Dentro de la enorme cantidad de desarrollos técnicos de todo tipo
realizados por los científicos alemanes antes y durante la guerra y al
que dedicaré varios artículos en mi blog, me gustaría empezar por uno
llamado “Elektromagnetische Käfig” o “Jaula Electromagnética”, aunque
también era conocido entre los equipos de investigación como “Vampiro
Electromagnético”.
Este desarrollo secreto fue sacado a la luz por el Ph Dr. en
Geofísica Axel Stoll, en su libro muy recomendable “Im Dritten
Reichsdeutsche Enwicklungen und die vermutlich wahre Herkunft der UFO”
(Amun-Verlag, 2001). En este libro, el Dr. Stoll habla sobre una
supuesta base alemana en el Tibet antes y durante la II Guerra Mundial.
Sabemos a ciencia cierta del interés alemán y de las SS en concreto por
ese país del Himalaya por muy diversas razones, desde la búsqueda del
Sanghri-La o Shambala, hasta el origen de la raza aria por la Deutsches
Ahnenerbe. Incluso hubo tropas y mandos SS entrenados en el Tibet.
El Dr. Stoll nos describe en su libro la base subterránea alemana en
el Tibet y los sistemas de seguridad que la protegían de posibles espías
o ataques enemigos. Entre los sistemas de protección indicados por el
autor, nos cita uno que llama poderosamente la atención y es esa
denominada “Jaula Electromagnética”, como el sistema máximo de
seguridad. Un sistema por el cual, quien entrase en una instalación
protegida por el mismo, sufriría las consecuencias fatales e
irreversibles del sistema.
Nuestro autor pone como ejemplo la antigua Cancillería del Reich.
Durante las últimas etapas de la guerra y ante el imparable avance de
las tropas aliadas por el oeste y las rusas por el este, los pasadizos y
cámaras subterráneas de la cancillería fueron inundadas para evitar que
los secretos que no pudieron llevarse en su retirada, no cayesen en
manos enemigas. Estamos hablando de bastante profundidad en la tierra,
evidentemente de absoluta oscuridad y truculento. El inundar
instalaciones subterráneas era una práctica habitual durante esa última
etapa de la guerra. Ahora volvemos a ellos, pero antes algunos datos.
Pero ¿de qué se trata? ¿cómo funciona este sistema?. El nombre ya
indica buena parte de su funcionamiento: “Jaula Electromagnética”. En la
zona donde estaba activo el sistema, un campo electromagnético estaba
en stand-by y preparado para recibir al visitante indeseado. Las zonas
que podía cubrir eran habitaciones de unos 20/30 m2, donde podían
guardarse los secretos más importantes a proteger y que necesitaban la
máxima seguridad, y no solamente porque estuviesen bajo tierra en
grandes instalaciones. El Dr. Stoll no cita a sus fuentes por razones de
seguridad, pero Stoll no es un cualquiera, ni es conocido por sus
bromas. Sin embargo, cita una historia espectacular durante los 70‘s,
como prueba de los resultados de ese sistema de protección, sucedida en
la antigua República Democrática Alemana.
La Stasi o Servicio de Seguridad del Estado, de la Alemania comunista u Oriental, que es quien se encargó del asunto que explica el Dr. Stoll, fue una de las más eficientes policías, al mismo nivel que la KGB soviética, y bien conocida por su rudeza y falta de escrúpulos. Unía la efectividad alemana, con los principios comunistas de control de la población.
La Stasi se planteó el introducirse en las cámaras inundadas de la
antigua cancillería, con el objetivo de recuperar documentos, material y
tecnología que pudiese haber quedado allí tras la guerra.
Evidentemente, disponían de información que parecía indicar que todo ese
material estaba allí. Se preparó a un equipo de buzos que deberían
entrar en las truculentas aguas, en las que nadie había entrado en más
de cuarenta años y rescatar todo lo valioso que allí pudiera haber. Los
buzos que se descolgaron con cuerdas y potentes linternas hasta entrar
en las negras aguas de la antigua cancillería, no eran boy-scouts o
gente débil. Eran tipos duros y profesionales y habían sido formados por
entrenadores soviéticos y alemanes en el Mar Báltico y en Murmansk para
su trabajo sub-acuático en cualquier lugar del mundo. Tenían muchas
horas de inmersión y experiencia acumuladas cada uno de ellos.
Lo que encontraron esos buzos en esas aguas fue el terror en estado
puro. Tras regresar a la superficie, según el Dr. Stoll, los buzos
presentaban varios síntomas muy extraños. Sus rostros mostraban muecas
horribles y el problema es que esas muecas de terror no desaparecieron.
Sus rostros se habían deformado en expresiones espantosas para siempre.
No sólo habían sido desfigurados por algo desconocido, sino que además
habían envejecido durante la inmersión. No sólo aparentaban ser más
mayores, sino que incluso parecían unos ¡quince años más viejos! Pero
eso no era todo… Funcionando como el sistema perfecto de protección, los
buzos no podían recordar nada de lo sucedido bajo el agua. Su memoria
había desaparecido y no era amnesia temporal, sino que fue para siempre.
Con sus conocimientos técnicos en geofísica, el Dr. Stoll analizó la
información y dio la explicación del posible funcionamiento de este
sistema de seguridad. Dentro de la zona a proteger por esa “Jaula”, el
cuerpo humano se encuentra en una especie de “punto de energía cero”, en
el centro físico de la habitación protegida. El cuerpo y su calor,
hacen que el sistema se active y proteja el área encomendada. En ese
punto, la energía es ¡succionada del cuerpo de la persona que ha
entrado! Esa pérdida de energía humana, que hace funcionar el sistema de
protección, altera el cuerpo humano y lo consume, pudiendo llevarle a
la muerte en función del tiempo de exposición.
Por ello, el “Vampiro Electromagnético” era ¿y quizás es todavía? el
sistema de protección definitivo. ¿Se está utilizando en la actualidad
por algún estamento oficial y secreto?. ¿Sigue funcionando en las
tenebrosas aguas de la antigua cancillería?
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