miércoles, 10 de diciembre de 2014

CENA CON EL FÜHRER (Editado originalmente el 6/2/2012)


Después de 70 años de que Hitler muriese en el bunker de Berlín, los detalles de su vida privada siguen siendo un tema de interés y para algunos de cierto morbo. Muchos no pueden desligar la figura pública del Führer, con una persona normal con una vida y un día a día no precisamente espectaculares. 

Hace un tiempo se vendió en una subasta pública de la casa Mullock en Inglaterra, un informe de la Inteligencia Británica, escrito por un agente “sin nombre” de fecha 3 de Mayo de 1945, tres días después de la muerte de Hitler. Este informe es un resumen del interrogatorio efectuado a un teniente coronel, que era miembro del Cuartel General de Hitler en Berlín. Mencionado sólo como “PW” (Prisionero de Guerra), pudo observar a Hitler muy de cerca, cenando con él al menos en 30 ocasiones.

Este testigo dijo a sus interrogadores que Hitler era “una criatura de costumbres. Se levantaba sobre las 11:00 u 11:30 por la mañana. Media hora después se le entregaban los informes y las reuniones tenían lugar en la Sala de Operaciones del Führerhauptquartier. Sobre las 14:00 comía una comida frugal y luego una siesta de una hora. Luego volvía a la Sala de Operaciones y seguía recibiendo informes, participaba en reuniones y se discutían los planes”.

Sobre las 20:00 Hitler y su entorno cenaban “Mientras que esta era la comida principal, era tan simple como uno pueda imaginar. La cena de Hitler solía consistir en verduras, seguido de fruta y postre. Esto lo comía con uno o dos vasos de cerveza (el único alcohol que permitía). Hitler comía rápido y mecánicamente. Para él la comida era meramente un medio indispensable de subsistencia. En el transcurso de unos pocos minutos, él terminaba pero toda la comida duraba unas dos horas”.

Hitler no era una persona de charlas “Todos los miembros de la mesa comenzaban a hablar de temas típicos e intrascendentes de cualquier conversación. Muy a menudo, Hitler se sentaba ahí durante toda la comida, envuelto en sus pensamientos, aparentemente sin prestar atención a la charla alrededor suyo. De todas maneras, seguía de forma vaga la conversación, y parecía que la conversación tenía un efecto como el de la música en otros: le estimulaba sus pensamientos y le relajaba. Hablaba como un barítono meloso, sin la estridencia desagradable de sus discursos públicos”

El Führer no era de lindezas sociales “En la mesa y en su hablar mostraba muchas facetas de su comportamiento especial. De forma distraída se mordía las uñas de sus dedos, también movía su dedo índice hacia delante y hacia atrás bajo su nariz y sus modales en la mesa eran sorprendentes. Tras la cena, sobre las 22:00 y siguiendo algunas últimas reuniones, Hitler desaparecía sobre la medianoche o a la 1:00. Se retiraba a sus habitaciones privadas, con algunos miembros de alto nivel  del partido y de su máxima confianza, donde comían aperitivos variados y escuchaban el fonógrafo. Hitler sorbía algo de té en esas horas de intimidad y comía enormes cantidades de pasteles.

La música era otra forma de relajación “Hitler tenía un fonógrafo de consola muy bonito con una gran cantidad de discos de música clásica de alto nivel. Wagner, Beethoven fueron sus favoritos en ese orden. Ponía algunos de esos discos en esas sesiones con sus amigos y escuchaba la música con pasión y con conocimiento artístico”

Hitler apreciaba la compañía de mujeres “Muy a menudo se retiraba a su zona privada con algunas mujeres que estimaba mucho. Durante sus últimos años particularmente con la señorita Braun, cuya relación con Hitler es casi desconocida (Aquí el teniente coronel se refiere a Eva Braun que en aquel momento era una desconocida para los alemanes). No se cree que en esas sesiones con mujeres, la relación del Führer no pasase más allá de una relación platónica.

 Hitler tuvo una razón para permanecer soltero hasta sus última horas “En una ocasión Hitler habló largo y tendido con PW sobre las razones de que nunca se hubiese casado. Hitler le dijo que no podía permitirse que el cuidar a una familia, se interfiriera en sus deberes de estado. Hitler creía firmemente estar casado con la nación alemana”

A pesar de estar casado con Alemania, había momentos en que ansiaba la soledad y sus propios pensamientos. Sobre las 2:00 salía al exterior, para caminar arriba y abajo frente a su bunker. El siempre realizaba su paseo diario por la noche y completamente solo. Hitler era altamente susceptible a exponerse al sol que parecía afectarle de alguna manera al cerebro. Generalmente, un hombre que vivía de noche”

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