Una pregunta nos asalta cuando pensamos en la II Guerra Mundial, en
sus innumerables episodios, y concretamente en los terribles bombardeos
aliados sobre Alemania ¿estaban justificados por la actuación de Hitler
en la guerra?
Christophen Hitchens dice que sí y sobre todo en respuesta a un libro
de Pat Buchanan titulado “Churchill, Hitler y la Guerra Innecesaria”
que recomiendo encarecidamente (hoy sólo en versión en inglés). Hitchens
defiende que la clara evidencia de la “Solución Final” contra los
judíos, fue una razón de peso para eliminar dudas sobre la sabia
decisión aliada de destruir las ciudades alemanas. Tengamos en cuenta
que Hitchens es ateo, troskista, gay en sus años de juventud y recién
neocon norteamericano y abraza sin dudar la “Ley del Talión” del “ojo
por ojo”: si los alemanes mataron a mujeres y niños, los ingleses
estaban moralmente justificados para matar a mujeres y niños alemanes.
Sin embargo y de acuerdo a historiadores británicos, Churchill ordenó
el inicio de los bombardeos sobre Alemania el primer día que ocupó su
oficina de primer ministro, es decir el primer día de la batalla de
Francia, el 10 de Mayo de 1940. Tras la caída de Francia, Churchill le
escribió a Lord Beaverbrook, ministro de producción aeronáutica “Cuando
observo cómo ganar la guerra, veo un solo camino seguro para
conseguirlo… un absoluto y devastador ataque exterminador por aviones
pesados desde nuestro país sobre la Alemania nazi”.
El historiador Paul Johnson dice que “los bombarderos ingleses fueron
utilizados en una escala enorme y en incremento para aterrorizar y
matar a civiles alemanes en sus casas”. Johnson sigue “el uso del
bombardeo de terror fue una medida de la desesperación británica”. Su
colega A.J.P. Taylor dice “los británicos asustaron a los alemanes
primero en teoría y luego en la práctica. Una nación que clamaba haber
luchado por una causa moral, se glorificaba por extensión por sus actos
inmorales”
.
Volviendo a Hitchens, la cronología es decisiva y demoledora para su
tesis. A finales de 1940, aún faltaba un año para las deportaciones
masivas de los ghettos polacos hacia los campos de Sobibor y Treblinka.
Churchill ordenó el bombardeo masivo indiscriminado de las ciudades
alemanas y sus civiles, mucho antes de que los nazis iniciasen la
llamada “Solución Final” en 1942. Según la lógica y la moral de Hitchen
los alemanes se merecían ese castigo mortal. Según la teoría de la
guerra justa, la matanza deliberada de civiles en guerra está prohibida.
Los nazis fueron colgados en Nuremberg por ello ¿los aliados cometieron
los mismos crímenes de guerra por los que ajusticiaron a los nazis?.
Cuando recordamos que los jueces de Stalin se sentaron junto a los
jueces americanos e ingleses en Nuremberg y uno de ellos fue Andrei
Vishinky, ejecutor de los brutales y falsos juicios de Moscú de 1938,
la respuesta sin duda es SÍ.
Hitler fue seguramente culpable de iniciar una guerra agresiva en
1939, pero no podemos olvidar que el Ejército Rojo de Stalin se unió a
los nazis en la guerra contra Polonia y además atacaron inmediatamente
las tres repúblicas bálticas, Finlandia y la Bukovina del norte en
Rumania, provocando decenas de miles de muertos. Sin embargo, en
Nuremberg los comunistas se sentaron para juzgar a sus cómplices nazis y
tuvieron la temeridad de acusar a los nazis de la matanza de Katyn, que
habían cometido los propios rusos. Los americanos lucharon codo a codo
con los soldados británicos en una guerra justa y moralmente justificada
de 1941 a 1945, pero tenían como aliados al monstruo comunista que
tenía las manos manchadas de sangre de millones de inocentes asesinados
mucho antes de la II Guerra Mundial. Por ello, tener a los jueces
comunistas de Stalin sentados junto a los americanos e ingleses, le
dieron a ese juicio una hipocresía que no puede ser borrada, ni olvidada
jamás.
Por ejemplo, en ese supuesto juicio el Almirante Erich Raeder fue
sentenciado a cadena perpetua por la invasión de la neutral Noruega. Lo
barcos de Raeder llegaron 24 horas antes que los de los británicos, en
una operación dirigida por Churchill. Los ingleses planeaban violar la
neutralidad de Noruega y controlar los puertos noruegos para negar el
acceso alemán al hierro sueco, que se transportaba a Alemania desde
ellos. Por triunfar donde Churchill fracasó, el almirante Raeeder fue
condenado como criminal de guerra y enviado a prisión.
El Tribunal Internacional Militar en Londres decidió que en Nuremberg
sólo los crímenes del Eje serían perseguidos y entre esos crímenes
habría uno nuevo recién inventado que fueron “los crímenes contra la
humanidad”. Este decreto fue puesto en marcha el 8 de Agosto de 1945,
48 horas después de que los americanos lanzasen la bomba atómica sobre
Hiroshima y 24 horas antes de que lanzasen la de plutonio sobre
Nagasaki. Curiosamente, los aliados decidieron de forma juiciosa no
perseguir a los nazis por sus bombardeos sobre Londres y Coventry. Fue
una decisión comprensible y en la que el general Curtis LeMay tuvo mucho
que ver, ya que LeMay dijo al finalizar la guerra “hemos destrozado y
achicharrado hasta la muerte a más gente en Tokio en la noche del 9 al
10 de Marzo, que los que se evaporaron en Hiroshima y Nagasaki juntas”.
Después de la guerra una sola y solitaria voz en el Senado de los
Estados Unidos, se alzó para decir que lo que sucedió en Nuremberg fue
“la justicia del vencedor”. Diez años después, un joven colega declaró
que lo que había dicho Robert A. Taft en su “Perfil en Valentía”,
hablando de la justicia “post-facto” era verdad. El joven senador era
John F. Kennedy.
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