Uno de los personajes menos conocidos y más influyentes del comunismo antes, durante y después de la II Guerra Mundial fue el líder propagandístico Ilya Ehrenburg. Sirvió a las órdenes de Stalin y fue una figura contradictoria. A este respecto, citaré algunos párrafos aparecidos en el semanario “Canadian Jewish News”, que aporta nueva luz sobre la vida de tal como lo describe “el hombre de las mil máscaras”.
Nació en 1891 en Kiev en el seno de una familia judía no religiosa. En 1908 escapó de la Rusia zarista por actividades revolucionarias. A pesar de algunas visitas tras la revolución bolchevique, continuó viviendo en el extranjero, incluyendo muchos años en Berlín, Bruselas y sobre todo París y no se instaló en la Unión Soviética hasta 1941. Fue un escritor prolífico ya que fue el autor de casi 30 libros. La figura central de una de sus novelas titulada “La tormentosa vida de Lazik Roitschwantz”, es un patético “luftmensch”, un recurrente personaje de la literatura judía que parece que viva “flotando”, sin ningún tipo de ayuda clara.
Como judío y entregado comunista, Ehrenburg fue un enemigo incansable del Nacionalsocialismo alemán. Durante la II Guerra Mundial, fue un miembro importante del patrocinado por los soviets Comité Antifascista Judío (Durante las reuniones para captar dinero en los Estados Unidos para el esfuerzo de guerra soviético, dos líderes del comité mostraron pastillas de jabón que alegaron que estaban hechas por los alemanes de los cuerpos de judíos asesinados).
Ehrenburg es quizás el más infame por su depravada propaganda de guerra. En palabras del semanario “Canadian Jewish News” se dice que “Como principal periodista soviético durante la II Guerra Mundial, Ehrenburg y sus escritos contra los invasores alemanes circularon a millones entre los soldados soviéticos”. Sus artículos aparecían regularmente en “Pravda”, Izvestia”, el diario militar soviético “Krasnaya Zvezda” (Estrella Roja), y en numerosos panfletos distribuidos a las tropas en el frente. En un panfleto titulado “Mata”, Ehrenburg incitó a los soldados soviéticos a tratar a los alemanes como animales. El párrafo final concluye de la siguiente manera:
“Los alemanes no son seres humanos. Desde ahora la palabra Alemán quiere decir la más terrible blasfemia. Desde ahora la palabra Alemán nos ataca. No necesitamos decir más. No debemos excitarnos. Debemos matar. Si no has matado al menos un alemán cada día, has perdido ese día... Si no puedes matar a tu alemán con una bala, mátale con tu bayoneta. Si hay calma en tu sector de frente, o estás esperando para el combate, mata a un alemán mientras tanto. Si dejas a un alemán vivo, el alemán colgará a un ruso o violará a una mujer rusa. Si matas a un alemán, mata a otro - no hay nada más entretenido para nosotros que un montón de muertos alemanes. No cuentes los días, no cuentes los kilómetros. Cuenta sólo el número de alemanes que has matado. Mata al alemán - esto es lo que te pide tu abuela. Mata a un alemán - esta es la oración de tu hijito. Mata a un alemán - esto es lo que te pide en voz alta la patria. No lo olvides. No les dejes avanzar. Mata”
Los escritos incendiarios de Ehrenburg ciertamente contribuyeron en no pequeña medida a la orgía de asesinatos y violaciones de los soldados soviéticos contra los civiles alemanes. Hasta su muerte en 1967 “Su soporte al estado soviético y por Stalin, nunca varió” dice el “Canadian Jewish News”. Su lealtad y servicio fueron reconocidos en 1952 cuando recibió el Premio Lenin de la Paz (¡Increible!). Fue diputado del Soviet Supremo sin haber sido nunca, increíblemente, miembro del Partido Comunista. En línea con la política oficial soviética, criticó públicamente a Israel y el Sionismo. El “Canadian Jewish News” dice también:
La reciente revelación de que Ehrenburg preparó la transferencia de sus documentos privados a la biblioteca y archivos Yad Vashem en Jerusalén, mientras estaba con vida, nos muestra una revelación sorprendente. La razón por la cual esta información ha salido a la luz sólo ahora es que Ehrenburg estuvo de acuerdo en enviar sus archivos bajo la condición de que permanecerían en secreto hasta veinte años después de su muerte. El 11 de Diciembre de 1987, expiró el plazo de veinte años y el periódico de Israel “Maariv” explicó la historia de Ehrenburg”
La colección de documentos incluía material muy importante sobre los movimientos de partisanos judíos durante la guerra. Entre ellos hay uno concerniente a un progrom en Malalchovka, una población cerca de Moscú en 1959.
Esta nueva revelación sobre uno de las figuras más influyentes del régimen stalinista muestra claramente que cualquier cosa que hubiese dicho para el consumo público, Ehrenburg privadamente nunca desaprobó el sionismo u olvido sus ancestros. Fue fiel hasta el final. está enterrado en el cementerio Novodévichi, el más famoso de Moscú, que forma parte del conjunto conventual del Monasterio Novodéchivi.
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