lunes, 22 de diciembre de 2014

LA IGLESIA DE LA GUARNICIÓN (Editado originalmente el 21/9/2014)


Cada vez que he dado clase en Alemania y en Berlín concretamente durante estos últimos 10 años, me ha gustado visitar los lugares históricos de la Alemania del III Reich. Aún quedan edificios en pie, como el Luftministerium hoy sede del ministerio de finanzas, o lugares donde estuvo algún edificio emblemático como la nueva cancillería, hoy desaparecida o el “Führerbunker” enterrado hoy en el jardín de un conjunto de casas de vecinos. Las calles de Berlín y muchos de sus edificios de aquella época aún muestran las huellas de los bombardeos y combates en la terrible “última batalla” de 1945. Uno de los lugares que me gusta visitar es no sólo Wansee y sus lagos magníficos, sino Potsdam, al suroeste de Berlín a muy pocos kilómetros.
 
Potsdam es la capital del estado de Brandenburgo y está situada a orillas del río Havel. Fue la ciudad-residencia de los reyes prusianos y tras la unificación, la del Kaiser hasta 1918. Incluye varios palacios entre ellos el Schloss Sanssouci de visita obligada y el Cecilienhof donde se celebró la Conferencia de Potsdam tras la II Guerra Mundial. Es una ciudad muy agradable para pasear y meditar lo importante que fue para la historia de Alemania. Por ello, los edificios no son sólo ladrillos, cemento y hormigón, tienen un sentido y explican algo. Y no tengamos dudas sobre ello y en el caso de Potsdam es muy claro. Hay una disputa en Alemania por los planes de reconstruir la famosa Garnisonkirche, o Iglesia de la Guarnición, donde se celebró el Día de Potsdam el 23 de Marzo de 1933, en el que Hitler recibió el poder de manos de Hinderburg. La ceremonia fue espectacular con un coro de Wagner interpretando “Los Maestros Cantores de Nuremberg”. Esa jornada ha sido conocida en la historia como “El Día de Potsdam”.
 
No hablo de una iglesia cualquiera en cualquier pueblo de Alemania. Por ello, en un país tan mediatizado y sometido como Alemania hay acalorados debates de si es bueno o no su reconstrucción, ya que la iglesia sobrevivió a la guerra con algunos desperfectos y fue derribada por los comunistas, puesto que Potsdam quedaba en su área de influencia. La iglesia para unos está ligada a Hitler y la subida de los nazis al poder y para otros es mucho más que eso ya que es una parte de la historia del país puesto que fue la iglesia de la familia real prusiana, Bach tocó el órgano en la misma y los reyes de Prusia y el mismo Federico el Grande, estaban enterrados allí. Algunos detractores dicen que “esa iglesia es el símbolo de la maldad. Es el lugar en el que el III Reich nació”. Una idiotez de tomo y lomo, lo siento.
 
Como he dicho antes, la iglesia fue parcialmente dañada por la RAF en 1945 y destruida totalmente por los dinamiteros comunistas de la Alemania del Este en 1968. Sin embargo, se ha logrado reunir el dinero para su reconstrucción y ya ha sido puesta la primera piedra. El profesor Dr. Wolfgang Huber, un antiguo obispo de Berlín-Brandenburgo y presidente del comité al cargo de la reconstrucción dice claramente que “Esta es una de las más extraordinarias iglesias del barroco y al mismo tiempo es un lugar controvertido. Nos enfrentamos con las ambigüedades de la historia de Alemania de forma directa en este lugar, más que en ningún otro. Para mi es un lugar muy importante para trabajar la paz y la reconciliación”. El Dr. Huber quiere que la iglesia muestre que los nuevos edificios pueden surgir de las cenizas. Dentro habrán exposiciones sobre el pasado de Alemania.
 
Cuando se demolió la iglesia en 1968, el líder comunista de la República Democrática Alemana, Walter Ulbricht, consideró que la iglesia no encajaba en la concepción atea de la utopia socialista que él creía construir en la Alemania del Este. Hoy, el Dr. Huber cree que la reconstrucción de la iglesia será una victoria sobre los destructores “dejar el lugar vacío querría decir el dar la victoria al Dr. Goebbels, que orquestó el “Día de Potsdam” y darle la victoria a Walter Ulbricht”. Bueno, eso dice el Dr. Huber, algo hay que decir y que encaje con lo “políticamente correcto” en un país que no es ni sombra de lo que fue...
 
El debate es complejo para la mentalidad alemana de hoy. Y se basa en que en una iglesia donde se celebro un acto no sagrado debe ser reconstruida. Pero también es un asunto de clase y dinero en la nueva Alemania. Potsdam fue una vez un a ciudad desaliñada y olvidada en la Alemania del Este. Su esplendor barroco con sus cúpulas y agujas que sombreaban el lago, fueron destruidas o abandonadas y no había nostalgia alguna en devolverle su esplendor de antaño. Con la caída del comunismo se convirtió en un reclamo para el dinero, un excelente dormitorio para los ricos de Berlín. Las casas en el lago que habían sido pisos para la gente corriente bajo el comunismo, fueron recompradas y reconvertidas en las casas de lujo de antes de la guerra de los super-ricos.
 
Algunos de los residentes del Potsdam comunista lo piensan así. Se sienten excluidos y dicen que no quieren que vuelva el comunismo, pero se sienten excluidos y han perdido el derecho a vivir en esa zona que, bajo las condiciones del mercado libre, son para el 0,5% de la sociedad. Dicen que la gente normal vivía allí y ahora nadie puede vivir en esa zona. es una zona para millonarios. Este no es un sentimiento tan extraño en la zona este de Alemania. Hay unos pocos que desean regresar al comunismo, pero también hay gente que no se sienten en casa en la nueva Alemania. Y lo que concierne a la Iglesia de la Guarnición les toca el nervio directamente.
 
Algunos discuten de cómo Alemania mira a su pasado. Creen que tratan de recrear Alemania antes de que los nacionalsocialistas y los comunistas la destrozasen, creando un Potsdam muy bonito para turistas y nuevos vecinos con mucho dinero. También se dice que la población tiene el sentimiento de que este proyecto de reconstrucción está hecho por gente que cree tener una idea mejor de cómo debería de ser Potsdam hoy. Lo ven como un plató cinematográfico, donde nada fue destruido, pretendiendo que la II Guerra Mundial nunca sucedió y eso no les gusta.
 
 Creo que es una idea excelente la reconstrucción de la Iglesia de la Guarnición, como lo fue el reconstruir la Abadia de Montecassino después de la guerra. Es evidente que el edificio será nuevo y sin la pátina de la historia en sus nuevas piedras, pero lo que simboliza para Alemania debe ser respetado y eso incluye a Hitler y al desastre comunista. Lo contrario es hacer creer que nada de esto existió y eso es absurdo, además de una inmoralidad para las generaciones venideras.

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