lunes, 8 de diciembre de 2014

EL PACTO RUSO-ALEMÁN, ECONOMÍA Y LA "TIERRA QUEMADA" 4/4 (Editado originalmente el 14/7/2014)

A pesar del esfuerzo alemán, el personal de supervisión y funcionarios en las zonas ocupadas no era suficiente para llevar a cabo una correcta distribución de productos agrícolas. Con la buena fe y ayuda de los agricultores y su actitud pro-alemana, fue posible encontrar productos para repartir en las ciudades pero debido a la miseria en las mismas, no fue suficiente. La administración alemana se vio forzada a montar su propio sistema de recolección y distribución para los productos agrícolas. Esto no fue tarea fácil por lo destruido por los soviets en su retirada y las cosechas en condiciones de guerra. Había poco tiempo y una administración de éxito era muy difícil en esas condiciones. La brutalidad bolchevique en la requisa a los agricultores, no encajaba con la mentalidad alemana o su política la cual, al contrario de lo que decía la propaganda aliada o soviética, era encontrar una base común de entendimiento con los pueblos liberados eslavos y bálticos.

Muy alejada de la brutalidad que se supone que caracterizó la ocupación alemana en Rusia, el hecho claro es que como nación central europea, los alemanes nunca llegaron el extremo de la “guerra total” que aplicaron sus contrarios soviéticos. Y como incluso admite el historiador judío Alexander Dallin “la requisa gubernamental soviética de la cosecha tenía, en la práctica, mucha más eficacia que la alemana.  Sin embargo, los agricultores en las zonas alemanas fueron capaces de disponer de más stock que antes de la guerra... Sin embargo no era suficiente para la hambruna causada por los soviets en las ciudades”

Desde 1941 hasta 1943, 15.000 trenes cargados de equipo agrícola y máquinas salieron de Alemania hacia los Territorios Ocupados del Este, bajo el programa “Ostackerprogramm”. Esto incluyó 7.000 tractores, 20.000 generadores eléctricos, 250.000 arados de acero y 3.000.000 de guadañas. Además miles de cabezas de ganado como toros, vacas y sementales se enviaron también con el objetivo de mejorar la calidad del ganado expuesto también a la hambruna. Las estadísticas de la época lo dejan claro, la ayuda agrícola alemana entre Julio de 1941 y Junio de 1943 llegó a los 445 millones de Reichsmarks.

Otro dato, la cosecha soviética de pre-guerra en 1940 llegó a los 82 millones de toneladas de grano, de los cuales el 30% de apartó para semillas y comida para ganado. Teóricamente, la población soviética disponía entonces de 57 millones de toneladas o algo menos de 800 gramos diarios por persona. En la realidad era menos, ya que parte de esa cantidad se dejó en reserva anticipando la futura guerra con Alemania. Asumiendo que el 30% de la cosecha registrada de sólo 13 millones de toneladas bajo la ocupación alemana en 1941 se dejó aparte para semillas y comida para el ganado, sólo 9 millones eran disponibles para la población. De esa cantidad, 2 millones de toneladas fue utilizado por el ejército alemán, que era una cantidad moderada y de esa cantidad 350.000 toneladas fueron enviadas a Alemania. Y esto queda claro por el hecho de que el Ejército Rojo requisó ¡32 millones de toneladas en 1940, último año de paz!

Para demostrar la desesperada situación en las ciudades de la Rusia ocupada, los informes secretos alemanes del Cuerpo Económico Este enviados a Berlín, lo dicen claramente:

11/11/41: La escasez de alimentos y la falta de los productos de consumo más esenciales son la razón principal por la que la moral de la población ucraniana y rusa es cada vez peor... Kiev no recibe grano desde su ocupación el 19 de Septiembre de 1941... Los partisanos cogen la comida de la población civil durante la noche y fuerzan a los hombres capaces de unirse a ellos. En parte, los suministros de comida son quemados por los partisanos. Hay grandes dificultades en las zonas del sur, donde es imposible alimentar a todos los prisioneros de guerra debido a su alto número... Las autoridades están continuamente buscando lo suficiente para alimentarles a todos y sólo las gachas y el trigo se obtiene en cantidades limitadas... estamos muy preocupados por nuestra capacidad para alimentar a la población urbana en las zonas del sur.

8/12/41: La situación alimentaria en la ciudad de Jarkov es extremadamente crítica. No hay nada para dar de comer a la población. No hay pan.

22/1/42: La distribución regular de comida para los civiles en las ciudades en la zona sur debe ser restringida más y más, y no parece que vaya a cambiar en un futuro próximo.

23/2/42: El suministro de alimentos para la población civil en las grandes ciudades es tan crítica que  es un aviso muy serio.

1/3/42: La moral es baja debido a los problemas con la comida... En la densamente poblada zona del Donets especialmente no se ha distribuido comida entre la población. Como resultado, miles de personas han muerto de hambre. En algunos casos incluso especialistas cualificados y profesores están entre las víctimas.

5/3/42: La situación con la comida continua siendo muy seria y en algunas ciudades hay hambruna. En Puskin se ha descubierto se había comercio con carne humana que se ofrecía a la población como carne de cerdo.

16/3/42: (Informe del comandante militar de las zonas de retaguardia) En las grandes ciudades, la situación con la comida continua siendo insatisfactoria y en Jarkov es catastrófica. A medida que pasa el tiempo resulta más difícil alimentar a la población urbana...

3/6/42: La situación alimentaria en las ciudades va de peor a peor debido a que los suministros de comida recogida para la población debe ser usada como semillas y parte de los suministros son destruidos por los partisanos.

Los esfuerzos incesantes de las autoridades civiles y militares alemanas para dar el suministro  de comida suficiente para la población civil dentro de sus escasos medios, empeoró debido a la pobre cosecha, la catastrófica situación del transporte, la amenaza partisana, la eliminación de los depósitos por los soviéticos y la imposibilidad de organizar satisfactoriamente el intercambio de productos entre el campo y la ciudad. Mientras que el suministro de la población rural y los pueblos pequeños era relativamente seguro, la población civil de las ciudades y los millones de prisioneros encaraban la hambruna. La despiadada acción soviética contra sus propios ciudadanos se ha convertido en la historia oficial, en una culpabilidad hacia los alemanes.

La ayuda económica alemana en los territorios ocupados de Rusia llegó a ser el 1% del PIB durante esos años. Incluso hoy, esa cifra no ha sido alcanzada por la ayuda extranjera de países industrializados hacia los países en desarrollo. Pronto y rápido, los territorios ocupados del este apenas añadieron algo en términos económicos en la ayuda contra el enemigo común, el bolchevismo. De hecho, fueron beneficiarios de una increíble ayuda de reconstrucción muy generosa. esta ayuda, como toda la ayuda extranjera, no fue sólo hecha por motivos altruistas. Sin embargo, fue única en la historia de las relaciones entre un poder ocupante y el territorio conquistado de un país todavía en lucha mortal.

Sería simplista decir que el fracaso económico alemán en Rusia se debió al éxito soviético en el desmantelamiento y destrucción de la base industrial y agrícola, materias primas, la deportación de millones de trabajadores o la amenaza partisana. Todos estos factores fueron importantes sin duda. Otro aspecto también fue significativo. Cuando Alemania entró en Rusia, los hizo a pesar de  no conocer exactamente a quien se enfrentaban en términos de ejército, capacidad de producción, sacrificio absoluto o la larga preparación de la Unión Soviética para entrar en Europa. Además Alemania no estaba prepara para el “cuello de botella” en transportes, ni para llevar adelante una economía que los rusos no entendían ya que la iniciativa privada no existía y sólo habían planes quinquenales centralizados desde Moscú. Toda la clase directiva y con sentido de negocios había sido deportada a Siberia. No sólo a brutalidad soviética y la falta de escrúpulos era diferente a las guerras europeas históricas, sino que el sentido de la economía difería totalmente de la visión y prácticas europeas. No se ha escrito un libro todavía que explique la derrota militar alemana en Rusia en términos de su fracaso en organizar la economía de los territorios ocupados de forma efectiva y productiva de nuevo. Parte de ese fracaso fue debida a la incapacidad alemana de relanzar la agricultura e industria soviética en tan corto espacio de tiempo y sus escrúpulos en machacar aún más a una población desesperada.

Es evidente y tengo muy claro que todo esta acción soviética había empezado mucho antes de Junio de 1941. Las pruebas demuestran que los esfuerzos soviéticos de desmantelamiento y deportaciones masivas se habían iniciado entre 10 y 14 días antes de la invasión alemana. No sabemos si Stalin sabía la fecha exacta del ataque alemán, pero espías como Sorge le habían dado mucha información al respecto. Creo que ambas partes sabían que su contrario atacaría en cuanto estuviese preparado. Este hecho desmonta para siempre el cargo sobre Alemania de que atacó a un país como la Unión Soviética no preparado para la guerra, amante de la paz, excelente vecino territorial y demás idioteces de la historia oficial.

Las victorias iniciales se consiguieron no por el elemento sorpresa sino a pesar del conocimiento de Stalin de la acción preventiva alemana y a pesar de la colosal preparación militar soviética para un ataque a la Europa central y occidental. 

Esa fue la razón y no otra del ataque alemán y su defensa de Europa frente a la hidra comunista. Además los alegatos sistemáticos de la brutalidad alemana en Rusia es sólo una mentira de la propaganda soviética. No se puede negar que la hambruna era mayoritaria en las ciudades ocupadas, que los prisioneros de guerra soviéticos murieron muchísimos de ellos de hambre, que se fusilaron a miles de partisanos según la Convención de Ginebra, que las ciudades soviéticas estaban en ruinas tras la retirada alemana y que la población rusa sufrió la muerte de millones de ellos. Sin embargo, también sabemos que la inhumana política soviética de “tierra quemada” fue la causa de la hambruna en los territorios ocupados, tras una orgía de destrucción jamás vista en ninguna guerra y la muerte de más de 20 millones de rusos civiles, muchos de los cuales fueron deportados a Siberia y los Urales donde las epidemias, falta de casa y cuidados médicos, trabajo esclavo y un clima extremo solo permitió sobrevivir a los más fuertes.

Añadamos a esto el coste en vidas de las oleadas humanas o carnicerías, como estrategia militar soviética y es evidente que sólo la brutalidad comunista fue la responsable de la increíble pérdida de vidas humanas que sufrió el resignado y sufrido pueblo ruso. El número exacto de caídos se ha discutido entre 20 y 30 millones, pero si comparamos el censo soviético de bajas de guerra frente a los datos poblacionales de 1959, 1970 y 1979 y su comparación con el censo de 1939, ajustado a los cambios fronterizos entre 1939 y 1945, creo que es suficiente verlo de otra manera y es que se perdió al 25% de los hombres y el 9% de las mujeres durante la guerra. Sin embargo para la población que quedó bajo Stalin durante la guerra las pérdidas fueron del 33% de hombres y 13% de mujeres. Es curioso que se trata este asunto en la actualidad diciendo que fueron unos 20 millones las víctimas de la guerra y creo que admitir que los soviéticos perdieron a 20 millones de civiles, en vez de los 6-7 millones durante la II Guerra Mundial, llevaría la responsabilidad de las pérdidas civiles a los soviéticos y sus destructivas políticas y eso es políticamente incorrecto...

Nos corresponde a nosotros correr la cortina de silencio y acabar con el mito de falta de preparación soviética, con la horrible verdad de la política de “tierra quemada” comunista.

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