A
pesar del esfuerzo alemán, el personal de supervisión y funcionarios en las
zonas ocupadas no era suficiente para llevar a cabo una correcta distribución
de productos agrícolas. Con la buena fe y ayuda de los agricultores y su
actitud pro-alemana, fue posible encontrar productos para repartir en las
ciudades pero debido a la miseria en las mismas, no fue suficiente. La
administración alemana se vio forzada a montar su propio sistema de recolección
y distribución para los productos agrícolas. Esto no fue tarea fácil por lo
destruido por los soviets en su retirada y las cosechas en condiciones de
guerra. Había poco tiempo y una administración de éxito era muy difícil en esas
condiciones. La brutalidad bolchevique en la requisa a los agricultores, no
encajaba con la mentalidad alemana o su política la cual, al contrario de lo
que decía la propaganda aliada o soviética, era encontrar una base común de
entendimiento con los pueblos liberados eslavos y bálticos.
Muy
alejada de la brutalidad que se supone que caracterizó la ocupación alemana en
Rusia, el hecho claro es que como nación central europea, los alemanes nunca
llegaron el extremo de la “guerra total” que aplicaron sus contrarios
soviéticos. Y como incluso admite el historiador judío Alexander Dallin “la
requisa gubernamental soviética de la cosecha tenía, en la práctica, mucha más
eficacia que la alemana. Sin embargo, los agricultores en las zonas
alemanas fueron capaces de disponer de más stock que antes de la guerra... Sin
embargo no era suficiente para la hambruna causada por los soviets en las
ciudades”
Desde
1941 hasta 1943, 15.000 trenes cargados de equipo agrícola y máquinas salieron
de Alemania hacia los Territorios Ocupados del Este, bajo el programa
“Ostackerprogramm”. Esto incluyó 7.000 tractores, 20.000 generadores
eléctricos, 250.000 arados de acero y 3.000.000 de guadañas. Además miles de
cabezas de ganado como toros, vacas y sementales se enviaron también con el
objetivo de mejorar la calidad del ganado expuesto también a la hambruna. Las
estadísticas de la época lo dejan claro, la ayuda agrícola alemana entre Julio
de 1941 y Junio de 1943 llegó a los 445 millones de Reichsmarks.
Otro
dato, la cosecha soviética de pre-guerra en 1940 llegó a los 82 millones de
toneladas de grano, de los cuales el 30% de apartó para semillas y comida para
ganado. Teóricamente, la población soviética disponía entonces de 57 millones
de toneladas o algo menos de 800 gramos diarios por persona. En la realidad era
menos, ya que parte de esa cantidad se dejó en reserva anticipando la futura
guerra con Alemania. Asumiendo que el 30% de la cosecha registrada de sólo 13
millones de toneladas bajo la ocupación alemana en 1941 se dejó aparte para
semillas y comida para el ganado, sólo 9 millones eran disponibles para la
población. De esa cantidad, 2 millones de toneladas fue utilizado por el
ejército alemán, que era una cantidad moderada y de esa cantidad 350.000
toneladas fueron enviadas a Alemania. Y esto queda claro por el hecho de que el
Ejército Rojo requisó ¡32 millones de toneladas en 1940, último año de paz!
Para
demostrar la desesperada situación en las ciudades de la Rusia ocupada, los
informes secretos alemanes del Cuerpo Económico Este enviados a Berlín, lo
dicen claramente:
11/11/41:
La escasez de alimentos y la falta de los productos de consumo más esenciales
son la razón principal por la que la moral de la población ucraniana y rusa es
cada vez peor... Kiev no recibe grano desde su ocupación el 19 de Septiembre de
1941... Los partisanos cogen la comida de la población civil durante la noche y
fuerzan a los hombres capaces de unirse a ellos. En parte, los suministros de
comida son quemados por los partisanos. Hay grandes dificultades en las zonas
del sur, donde es imposible alimentar a todos los prisioneros de guerra debido
a su alto número... Las autoridades están continuamente buscando lo suficiente
para alimentarles a todos y sólo las gachas y el trigo se obtiene en cantidades
limitadas... estamos muy preocupados por nuestra capacidad para alimentar a la
población urbana en las zonas del sur.
8/12/41:
La situación alimentaria en la ciudad de Jarkov es extremadamente crítica. No
hay nada para dar de comer a la población. No hay pan.
22/1/42:
La distribución regular de comida para los civiles en las ciudades en la zona
sur debe ser restringida más y más, y no parece que vaya a cambiar en un futuro
próximo.
23/2/42:
El suministro de alimentos para la población civil en las grandes ciudades es
tan crítica que es un aviso muy serio.
1/3/42:
La moral es baja debido a los problemas con la comida... En la densamente
poblada zona del Donets especialmente no se ha distribuido comida entre la
población. Como resultado, miles de personas han muerto de hambre. En algunos
casos incluso especialistas cualificados y profesores están entre las víctimas.
5/3/42:
La situación con la comida continua siendo muy seria y en algunas ciudades hay
hambruna. En Puskin se ha descubierto se había comercio con carne humana que se
ofrecía a la población como carne de cerdo.
16/3/42:
(Informe del comandante militar de las zonas de retaguardia) En las grandes
ciudades, la situación con la comida continua siendo insatisfactoria y en
Jarkov es catastrófica. A medida que pasa el tiempo resulta más difícil
alimentar a la población urbana...
3/6/42:
La situación alimentaria en las ciudades va de peor a peor debido a que los
suministros de comida recogida para la población debe ser usada como semillas y
parte de los suministros son destruidos por los partisanos.
Los
esfuerzos incesantes de las autoridades civiles y militares alemanas para dar
el suministro de comida suficiente para la población civil dentro de sus
escasos medios, empeoró debido a la pobre cosecha, la catastrófica situación
del transporte, la amenaza partisana, la eliminación de los depósitos por los
soviéticos y la imposibilidad de organizar satisfactoriamente el intercambio de
productos entre el campo y la ciudad. Mientras que el suministro de la
población rural y los pueblos pequeños era relativamente seguro, la población
civil de las ciudades y los millones de prisioneros encaraban la hambruna. La
despiadada acción soviética contra sus propios ciudadanos se ha convertido en
la historia oficial, en una culpabilidad hacia los alemanes.
La
ayuda económica alemana en los territorios ocupados de Rusia llegó a ser el 1%
del PIB durante esos años. Incluso hoy, esa cifra no ha sido alcanzada por la
ayuda extranjera de países industrializados hacia los países en desarrollo.
Pronto y rápido, los territorios ocupados del este apenas añadieron algo en
términos económicos en la ayuda contra el enemigo común, el bolchevismo. De
hecho, fueron beneficiarios de una increíble ayuda de reconstrucción muy
generosa. esta ayuda, como toda la ayuda extranjera, no fue sólo hecha por
motivos altruistas. Sin embargo, fue única en la historia de las relaciones
entre un poder ocupante y el territorio conquistado de un país todavía en lucha
mortal.
Sería
simplista decir que el fracaso económico alemán en Rusia se debió al éxito
soviético en el desmantelamiento y destrucción de la base industrial y
agrícola, materias primas, la deportación de millones de trabajadores o la
amenaza partisana. Todos estos factores fueron importantes sin duda. Otro
aspecto también fue significativo. Cuando Alemania entró en Rusia, los hizo a
pesar de no conocer exactamente a quien se enfrentaban en términos de
ejército, capacidad de producción, sacrificio absoluto o la larga preparación
de la Unión Soviética para entrar en Europa. Además Alemania no estaba prepara
para el “cuello de botella” en transportes, ni para llevar adelante una
economía que los rusos no entendían ya que la iniciativa privada no existía y
sólo habían planes quinquenales centralizados desde Moscú. Toda la clase
directiva y con sentido de negocios había sido deportada a Siberia. No sólo a
brutalidad soviética y la falta de escrúpulos era diferente a las guerras
europeas históricas, sino que el sentido de la economía difería totalmente de la
visión y prácticas europeas. No se ha escrito un libro todavía que explique la
derrota militar alemana en Rusia en términos de su fracaso en organizar la
economía de los territorios ocupados de forma efectiva y productiva de nuevo.
Parte de ese fracaso fue debida a la incapacidad alemana de relanzar la
agricultura e industria soviética en tan corto espacio de tiempo y sus
escrúpulos en machacar aún más a una población desesperada.
Es
evidente y tengo muy claro que todo esta acción soviética había empezado mucho
antes de Junio de 1941. Las pruebas demuestran que los esfuerzos soviéticos de
desmantelamiento y deportaciones masivas se habían iniciado entre 10 y 14 días
antes de la invasión alemana. No sabemos si Stalin sabía la fecha exacta del
ataque alemán, pero espías como Sorge le habían dado mucha información al
respecto. Creo que ambas partes sabían que su contrario atacaría en cuanto
estuviese preparado. Este hecho desmonta para siempre el cargo sobre Alemania
de que atacó a un país como la Unión Soviética no preparado para la guerra,
amante de la paz, excelente vecino territorial y demás idioteces de la historia
oficial.
Las
victorias iniciales se consiguieron no por el elemento sorpresa sino a pesar
del conocimiento de Stalin de la acción preventiva alemana y a pesar de la
colosal preparación militar soviética para un ataque a la Europa central y
occidental.
Esa fue la razón y no otra del ataque alemán y su defensa de Europa
frente a la hidra comunista. Además los alegatos sistemáticos de la brutalidad
alemana en Rusia es sólo una mentira de la propaganda soviética. No se puede
negar que la hambruna era mayoritaria en las ciudades ocupadas, que los
prisioneros de guerra soviéticos murieron muchísimos de ellos de hambre, que se
fusilaron a miles de partisanos según la Convención de Ginebra, que las
ciudades soviéticas estaban en ruinas tras la retirada alemana y que la
población rusa sufrió la muerte de millones de ellos. Sin embargo, también
sabemos que la inhumana política soviética de “tierra quemada” fue la causa de
la hambruna en los territorios ocupados, tras una orgía de destrucción jamás
vista en ninguna guerra y la muerte de más de 20 millones de rusos civiles,
muchos de los cuales fueron deportados a Siberia y los Urales donde las
epidemias, falta de casa y cuidados médicos, trabajo esclavo y un clima extremo
solo permitió sobrevivir a los más fuertes.
Añadamos
a esto el coste en vidas de las oleadas humanas o carnicerías, como estrategia
militar soviética y es evidente que sólo la brutalidad comunista fue la
responsable de la increíble pérdida de vidas humanas que sufrió el resignado y
sufrido pueblo ruso. El número exacto de caídos se ha discutido entre 20 y 30
millones, pero si comparamos el censo soviético de bajas de guerra frente a los
datos poblacionales de 1959, 1970 y 1979 y su comparación con el censo de 1939,
ajustado a los cambios fronterizos entre 1939 y 1945, creo que es suficiente
verlo de otra manera y es que se perdió al 25% de los hombres y el 9% de las
mujeres durante la guerra. Sin embargo para la población que quedó bajo Stalin
durante la guerra las pérdidas fueron del 33% de hombres y 13% de mujeres. Es
curioso que se trata este asunto en la actualidad diciendo que fueron unos 20
millones las víctimas de la guerra y creo que admitir que los soviéticos
perdieron a 20 millones de civiles, en vez de los 6-7 millones durante la II
Guerra Mundial, llevaría la responsabilidad de las pérdidas civiles a los
soviéticos y sus destructivas políticas y eso es políticamente incorrecto...
Nos
corresponde a nosotros correr la cortina de silencio y acabar con el mito de
falta de preparación soviética, con la horrible verdad de la política de
“tierra quemada” comunista.
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