lunes, 31 de mayo de 2021



OPERACIÓN UNTHINKABLE

Mi amor y admiración por Winston Churchill es perfectamente descriptible. Lo habréis visto en otros artículos sobre el personaje y la persona, porque Churchill era ambas cosas. Desde luego en su larga vida estuvo enredando e incordiando hasta su final y gracias a los medios, ha sido convertido en una especie de héroe por todo lo alto. Y eso que fue un personaje nefasto y lleno de sombras, pero aquí manda quien manda…

Traigo a Churchill a colación porque ha sido publicado un libro interesantísimo del historiador británico Giles Milton titulado “Checkmate in Berlin” (Jaque Mate en Berlín) y editado por John Murray Press. En este libro y bajo el nombre “Operation Unthinkable” (Operación Impensable), nos explica cómo el combinado anglo-americano y otros aliados iban a iniciar por tierra, mar y aire una ofensiva contra su querido aliado la Unión Soviética.

Esta información increíble rompe muchas ideas preconcebidas sobre la bondad aliada y lo maravillosa que era la URSS que propalaba la propaganda aliada a los cuatro vientos.. También encaja perfectamente con lo que dijo el general Patton, proféticamente, el 21 de Julio de 1945 “Gentlemen, I have come this morning to the inexcusable conclusion that we have fought on the wrong side. This entire war we should have fought with the fascist against the communists and no the other way around. I fear the perhaps in fifty years America will pay a dear price and become a land of corruption ad degenerate morals” (Caballeros, he llegado esta mañana a la inexcusable conclusión de que hemos luchado en el bando equivocado. Toda esta guerra deberíamos de haber luchado con los fascistas contra los comunistas y no al revés. Temo que quizás en cincuenta años America pagará un alto precio y se convertirá en una tierra de corrupción y moral degenerada). Murió en Diciembre de 1945 tras un extraño y oportuno accidente de tráfico en Alemania. Más claro, agua…

Con la derrota de Alemania, más o menos clara en Febrero de 1945 el Primer Ministro Churchill, con toda la cara dura, decía de su colega Stalin que “era un amigo en el que podemos confiar”. Lo dijo en la Conferencia de Yalta, donde los dos hombres, junto al presidente USA, Roosevelt, debatieron sobre la reorganización de Europa tras la guerra y sobre el papel preponderante de la URSS en la derrota de Hitler. Pero cuando las tropas soviéticas capturaron Berlín en Mayo de 1945, Stalin ya mostró el deseo de controlar los países de la Europa del Este. A la vista de ello, Churchill, a principios de Mayo, ordenó la creación de un plan que hubiese arrastrado al mundo a otra guerra devastadora.

El gabinete de guerra británico y sus archivos sobre este asunto fueron desclasificados en 1998, y evidencían el horror de los jefes militares ante el plan que finalmente lo anularon. El dossier mostraba la brutal diferencia entre las 47 divisiones aliadas disponibles en orden de combate frente a las 170 de la URSS. Para equilibrar esta diferencia, el arquitecto del plan, Brigadier Geoffrey Thompson, incluso propuso rearmar a las tropas de la Wehrmacht y SS para atacar a la URSS. 

Giles Milton ofrece en su libro la increíble gran cantidad de detalles del plan. Incluye gráficas, tablas, mapas además de datos comparativos de la fuerza aliada y soviética. El plan indicaba que a partir del 1 de Julio de 1945, las fuerzas aliadas lanzarían un ataque sorpresa sobre el Ejército Rojo de Stalin, empujando a los soviéticos de nuevo hacia los ríos Oder y Neisse, a unos 40 kilómetros de Berlín. Para situarnos, en ese momento, los comunistas ocupaban Berlín y tenían el control de la Europa del Este incluyendo Polonia.

El asalto aliado, que hubiese sido la más grande ofensiva de tanques de la historia con 8.000 vehículos blindados, hubiese acabado con una gran confrontación en la zona ocupada de Pila, en lo que actualmente es el noroeste de Polonia. A pesar de la significativa diferencia en el número de divisiones aliadas frente al poderío soviético, el Brigadier Thompson nos indica cómo la superioridad naval sería usada de forma efectiva con la rápida conquista del puerto de Stettin en el Mar Báltico. Al mismo tiempo, el creador del plan confiaba en que paralizar las exportaciones occidentales a la URSS podrían dañar a su maquinaria militar. En el plan se indica que la URSS dependía de los USA en cuanto a explosivos, así como goma, aluminio, cobre y el 50% de su gasolina de aviación.

El documento también habla sobre la “capacidad” militar soviética y de su cúpula de mando para “no tener en cuenta las pérdidas humanas cuando se trata de alcanzar un objetivo". Avisa a Churchill de que, si se lleva adelante el plan, deberían “replantearse todo” en una única batalla épica, donde las bajas serían “muy significativas”. Es por ello que se proponía rearmar a la Wehrmacht y las SS. Haciéndolo se añadirían otras 10 divisiones con hombres fogueados y duros tras seis años de guerra. 

A pesar del nivel de detalles del plan, y el tiempo y esfuerzo de su preparación, los jefes militares de Churchill se quedaron horrorizados. El Mariscal de Campo Sir Alan Brooke dijo que las tropas aliadas terminarían “comprometidas en una guerra con enormes perdidas”. El General Hastings Ismay estaba enfadado con la idea de usar a las tropas de Hitler. Dijo que “sería absolutamente imposible para los líderes de los países democráticos, el contemplar esa opción”. Y añadió que los rusos “habían realizado la parte del león en la lucha, con un sufrimiento indescriptible”.

Churchill le dijo a su Secretario de Asuntos Exteriores Anthony Eden, que si los deseos territoriales de Stalin continuaban “antes de la retirada del ejército USA de Europa y de que el mundo occidental guardara sus armas de guerra, quedaría muy poco para evitar una Tercera Guerra Mundial” y que “atacar tan pronto del final de este conflicto tan horroroso sería catastrófico para la moral”. Unos 27 millones de soviéticos, tanto civiles como combatientes, murieron durante la Segunda Guerra Mundial, frente a los “escasos” 450.000 británicos y 407.000 norteamericanos.

El Mariscal de Campo Brooke dijo que la posibilidad de éxito de la Operación Impensable era “prácticamente imposible”. Y el 8 de Junio de 1945, los jefes de estado de  Churchill, rechazaron el plan. De todas formas, Churchill que fue expulsado de su oficina de Primer Ministro un mes después en las Elecciones Generales de 1945, no estaba feliz con la “muerte” de ese plan. Churchill avisó a sus jefes de estado que “pronto sería imposible de batir al Ejército Rojo” y añadió “En cualquier momento que lo deseen, pueden marchar sobre el resto de Europa y devolvernos de nuevo a nuestra isla”

Los archivos de la “Operación Impensable” dicen que el plan tenía “el apoyo total de opinión pública en el Imperio Británico y los USA”, lo que indicaba la preocupación por el crecimiento del poder de la URSS. El Brigadier Thompson avisaba “de que el conflicto podría desarrollarse de una forma que permitiese a la URSS y sus tropas el retirarse hacia la profundidad de su país sin demasiadas pérdidas y sin sufrir una derrota decisiva”.

El General Hastings Ismay dijo que “era absolutamente imposible para los líderes de los países democráticos el contemplar un ataque a la URSS”. Afirmó que habían llevado la parte más dura de la guerra y sufrimientos en la misma. También dijo que “no había límite virtual a la distancia en que los aliados deberían penetrar en la URSS para ir acabando con los focos de resistencia”.

En cuanto al nuevo presidente Harry Truman desde Abril de 1945, éste dejó claro en un comunicado militar de que no había posibilidad de que los americanos liderasen un esfuerzo para sacar a las tropas soviéticas de Polonia a la fuerza. Esa fue la gota que colmó el vaso...