Increíblemente, las SS fueron particularmente entusiastas en su apoyo
al sionismo. En un documento interno de Junio de 1934, las SS urgen a un
activo y amplio soporte al sionismo por parte del gobierno, como la
mejor forma de acrecentar y motivar la emigración de los judíos alemanes
a Palestina. Eso requería incrementar el sentimiento judío: escuelas
judías, liga deportiva judía, organizaciones culturales judías, es decir
todo aquello que estimulase este sentimiento de reconocimiento propio
debería ser promocionado, como decía y recomendaba ese documento SS. El
oficial SS Leopold von Mildenstein y el representante de la federación
Sionista Kurt Tuchler, fueron juntos a Palestina durante seis meses para
preparar el desarrollo sionista allí. Von Mildenstein escribió una
serie de doce artículos ilustrados para el importante diario berlinés
“Der Angriff” que aparecieron a finales de 1934, bajo el título “Un nazi
viaja a Palestina”. Estos artículos reflejaban una gran admiración por
el espíritu pionero y logros de los judíos ya asentados. “El auto
desarrollo sionista”, decía von Mildenstein, “ha producido un nuevo tipo
de judío”.
Indicaba que “el sionismo era un gran beneficio para los
propios judíos y para el mundo entero”. En su último artículo decía que
“una patria judía en Palestina apuntaba el camino para curar una herida
de siglos en el cuerpo del mundo: la cuestión judía”. Incluso el
periódico “Der Angriff” emitió una medalla especial con la cruz gamada
en una cara y la estrella de David en la otra, para conmemorar la visita
SS-Sionista a Palestina. Pocos meses después de la aparición de los
artículos, von Mildenstein fue promocionado al frente del departamento
de asuntos judíos del servicio de seguridad de las SS, para dar soporte a
la emigración sionista y su desarrollo de forma más efectiva.
El periódico oficial SS “Das Schwarze Korps”, proclamó su apoyo al
sionismo en un editorial de Mayo de 1935 diciendo que “No está lejano el
tiempo para que Palestina sea de nuevo capaz de recibir a sus hijos que
han estado perdidos de ella durante mas de mil años. Nuestros mejores
deseos, junto con una despedida oficial, van con ellos”. Cuatro meses
después, apareció un artículo similar apareció de nuevo en el periódico
SS. El reconocimiento de la judería como una comunidad racial basada en
la sangre y no en la religión, llevó al gobierno alemán a garantizar sin
reservas la separación racial de esta comunidad. El gobierno alemán se
encontró el mismo totalmente de acuerdo con el gran movimiento
espiritual interno de la judería, el llamado sionismo, con su
reconocimiento de la solidaridad entre judíos en el mundo y su rechazo a
cualquier noción de asimilación. Sobre esta base, creo que Alemania
tomó medidas que seguramente jugarían un papel determinante en el futuro
manejo del llamado “Problema Judío” en todo el mundo.
En Octubre de 1933, una importante compañía naviera alemana empezó el
servicio de pasajeros directo desde Hamburgo hasta Haifa, Palestina,
dando a bordo “estricta comida kosher, bajo la supervisión del rabinato
de Hamburgo”. Con soporte oficial, los sionistas trabajaron sin descanso
en “reeducar” a los judíos alemanes. Como indica el historiador
norteamericano Francis Nicosia en su trabajo de investigación de 1985
“El III Reich y la Cuestión Palestina”, los sionistas “fueron alentados
para trasladar su mensaje a la comunidad judía, recolectar dinero, ver
películas sobre Palestina y educar de forma general a los judíos sobre
Palestina. Hubo una presión considerable para enseñar a los judíos en
Alemania para que cesasen en verse como alemanes y que despertase en
ellos una nueva identidad nacional judía”. En una entrevista tras la
guerra el anterior responsable de la Federación Sionista de Alemania, el
Dr. Hans Friedenthal, resumió la situación diciendo que “la Gestapo
hizo cualquier cosa en esos momentos para promocionar la emigración,
particularmente a Palestina. Recibíamos frecuentemente su ayuda cuando
solicitábamos cualquier cosa de otras autoridades en relación a
preparativos para la emigración”.
Es interesante saber que en el Congreso Nacionalsocialista celebrado
en Septiembre de 1935, el Reichstag adoptó las llamadas “Leyes de
Nuremberg”, que prohibían los matrimonios y las relaciones sexuales
entre judíos y alemanes y que proclamaban, como consecuencia, que los
judíos eran una minoría nacional ajena a Alemania. Pocos días después el
periódico sionista “Jüdische Rundschau”, escribió un editorial en el
que daba la bienvenida a las nuevas medidas del gobierno. En el
editorial se decía “Alemania está cumplimentado las solicitudes del
Congreso Sionista Mundial cuando declara que los judíos que viven
actualmente en Alemania, son una minoría nacional. Una vez que los
judíos hayan obtenido la minoría nacional, es de nuevo posible
establecer relaciones normales entre la nación alemana y la judería.
Las
nuevas leyes le da a la minoría judía en Alemania su propia vida
cultural, su propia vida nacional. En el futuro será posible tener sus
propias escuelas, su propio teatro y su propia asociación deportiva.
Abreviando, podrá crear su propio futuro en todos los aspectos de la
vida nacional…” El editorial continua “Alemania le ha dado a la minoría
judía la oportunidad de vivir por sí misma y le da protección estatal
para esa vida por separado de la minoría judía. El proceso judío de
crecimiento para convertirse en una nación, será promocionado y se hará
una contribución para establecer unas relaciones más tolerables entre
las dos naciones”.
El responsable de la Organización Estatal Sionista y de la Liga
Cultural Judía y anteriormente de la Comunidad Judía de Berlín, Georg
Kareski declaró, a finales de 1935, en una entrevista al diario berlinés
“Der Angriff”: “Durante muchos años he buscado una separación completa
en los asuntos culturales de los dos pueblos, Alemanes y Judíos, como
una condición previa para vivir juntos sin conflictos… He apoyado desde
hace tiempo esa separación, en la base del respeto para la comunidad
ajena. Las leyes de Nuremberg me parece que dan conformidad a este deseo
por una vida separada basada en el respeto mutuo. La interrupción en el
proceso de disolución de muchas comunidades judías, que ha sido
promocionada a través de los matrimonios mixtos es, desde un punto de
vista judío, totalmente bienvenida”.
Otros líderes sionistas de diferentes países estaban de acuerdo con
esta visión. Stephen S. Wise, presidente del Congreso Judío Americano y
del Congreso Judío Mundial, dijo en una reunión en Nueva York en Junio
de 1938 que “No soy un ciudadano americano de fe judía. Soy un judío…
Hitler tenía razón en una cosa. Denominó al pueblo judío como raza y
nosotros somos una raza” . también el Ministro del Interior en Asuntos
Judíos Dr. Bernhard Lösener, expresó su apoyo al sionismo en un artículo
aparecido en el número del Reichsverwaltungsblatt, de Noviembre de
1935: “Si los judíos ya tuviesen su propio estado la mayoría de ellos
estarían instalados, entonces la “Cuestión Judía” sería vista hoy como
totalmente resuelta, incluso para los mismos judíos”. En cooperación con
las autoriades alemanas, los grupos sionistas organizaron una red de
cerca de cuarenta campos y centros agrícolas en toda Alemania, donde los
futuros judíos que iban a Palestina fuesen entrenados para su nueva
vida allí.
A pesar de que las Leyes de Nuremberg prohibía a los judíos
mostrar la bandera alemana, se les permitió el derecho a mostrar la
bandera nacional judía blanca y azul. La bandera que un día sería
adoptada por Israel, fue izada en los campos sionistas y otros centros
judíos en la Alemania de Hitler.
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