El ratio de delitos durante la época de Hitler cayó
significativamente en relación a crímenes, robos, hurtos y malversación.
También se mejoró significativamente en la salud y aspecto de los
alemanes, algo que impresionó a muchos extranjeros. “La mortandad
infantil se redujo considerablemente y era más baja que la de
Inglaterra” escribió Sir Arnold Wilson, miembro del parlamento
británico, que visitó Alemania siete veces desde que Hitler llegó al
poder. Wilson sigue “La tuberculosis y otras enfermedades han disminuido
notablemente. Los tribunales nunca habían tenido tan poco por hacer y
las prisiones tan pocos ocupantes. Es un placer observar las cualidades
físicas de la juventud alemana.
Incluso la persona más pobre está mejor
vestida que antes y sus caras alegres testifican la mejora psicológica
que disfrutaban interiormente” La mejora psicológico-emocional y el
bienestar de los alemanes durante ese periodo, también fue reseñado por
el arriba citado Richard Grunberger “No hay duda que la llegada al poder
del Nacionalsocialismo incrementó la salud emocional de la población;
esto no fue sólo el resultado de un crecimiento económico, sino del alto
sentido de los alemanes en la identificación con un objetivo nacional”
Una prueba de esa confianza nacional fue el incremento en el número
de nacimientos durante ese periodo. En 1934, tras un año de Hitler en el
poder, la tasa de nacimientos se había incrementado en un 22%, hasta su
punto máximo en 1938 y se mantuvo alto hasta 1944, un año antes del
final de la guerra. Este incremento, según el historiador John Lukacs,
fue la “expresión del optimismo y la confianza” de los alemanes en ese
periodo “de cada dos niños nacidos en Alemania hasta 1932, cuatro años
después se había incrementado hasta tres. En 1938 y 1939 se alcanzaron
los niveles más altos de matrimonios de toda Europa, superando a los de
los pueblos más prolíficos de la Europa del este”. El historiador añade
“Sólo la Alemania Nacionalsocialista, entre todos los pueblos blancos de
la época, consiguió ese nivel de fertilidad”
Otro ejemplo interesante es el de Austria que experimentó un tremendo
incrementó desde que se unió al Reich en 1938. Tras esta unión, el
primer objetivo fue solucionar los problemas sociales y revitalizar su
moribunda economía. Se incrementaron rápidamente las inversiones,
producción industrial, construcción, gasto en el consumo, turismo y el
nivel general de vida. Sólo entre Junio y Diciembre de 1938, los
ingresos semanales de los trabajadores se incrementó un 9%. El éxito en
la eliminación del paro por el régimen Nacionalsocialista fue tan
rápido, que el historiador norteamericano Evan Berr Bukey lo denominó
como “uno de los éxitos más remarcables en economía de la historia
moderna”. La tasa de desempleo en Austria cayó de un 21,7% en 1937 a un
exiguo 3,2% en 1939. El Producto Interior Bruto de Austria era de un
12,8% en 1938, llegando a un increíble 13,3% en 1939.
A principios de 1937, en un discurso en el Reichstag, Hitler recordó
los objetivos que se había planteado al acceder democráticamente al
poder. Explicó también los principios básicos de su política y analizó
todo lo conseguido en esos cuatro años, diciendo “Esos que hablan sobre
“democracias” o “dictaduras”, sencillamente no entienden la revolución
que se ha llevada a cabo en Alemania, cuyos resultados pueden
considerarse democráticos en el más alto sentido del término, si
democracia tiene algún significado… La revolución Nacionalsocialista no
ha querido cambiar una clase privilegiada en una clase sin derechos en
el futuro. Ha querido dar los mismos derechos a esos que no tenían
derechos… Nuestro objetivo ha sido hacer posible para todos los alemanes
el estar en activo, no sólo económicamente sino también políticamente,
asegurando todo ello con una organización que tuviese en cuenta a la
población… Durante los últimos cuatro años hemos incrementado la
producción alemana en todas las áreas hasta unos niveles
extraordinarios. Y ese incremento de la producción ha sido en beneficio
de todos los alemanes”
En otro discurso, dos años después, Hitler habló brevemente sobre los
éxitos económicos de su régimen “Superé el caos en Alemania, restauré
el orden, incrementé la producción en todos los campos de nuestra
economía nacional, con tremendos esfuerzos se fabricaron sustitutos de
muchos materiales de los que carecíamos, impulsamos nuevos inventos,
desarrollamos el tráfico, hicimos carreteras y construimos canales,
grandes fábricas y al mismo tiempo nos centramos en la educación y
cultura de nuestro pueblo para el desarrollo social de nuestra
comunidad. Tuve éxito en encontrar trabajo útil para los casi siete
millones de desempleados que había y que tanto afectaban a nuestros
corazones, manteniendo a los agricultores en su tierra a pesar de las
dificultades y restaurando un comercio próspero”
El historiador norteamericano John Garraty comparó las respuestas
alemanas y americanas contra la Gran Depresión, en un artículo que
provocó mucha polémica en el American Historical Review. Garraty decía
“Ambos movimientos reaccionaron de forma similar ante la Gran Depresión y
diferente a otras naciones. De los dos, los nazis fueron mucho más
exitosos en arreglar la economía. Redujeron el desempleo y estimularon
la producción industrial mucho más rápido que los americanos y,
considerando sus recursos, manejaron sus problemas monetarios y de
comercio mucho mejor y desde luego con más imaginación. Eso fue debido
en parte en que los nazis emplearon la financiación del déficit en una
mayor escala y por otro lado, por su sistema totalitario que pudo mover
mejor a la sociedad, tanto por la fuerza como por la persuasión. En 1936
la depresión había terminado en Alemania, estando todavía lejos los
Estados Unidos de su finalización”. De hecho, el nivel desempleo en los
Estados Unidos se mantuvo alto hasta el estímulo que representó la II
Guerra Mundial y su producción masiva. Incluso en Marzo de 1940, la tasa
de desempleo estaba en el 15%. Fue la producción de guerra y no el “New
Deal” de Roosevelt, la que acabó con el desempleo allí.
El destacado historiador y profesor William Leuchtenburg, muy
conocido por sus libros sobre la vida y carrera de Roosevelt, lo resumió
en un aclamado estudio “El ‘New Deal‘ dejó muchos problemas sin
resolver e incluso creó nuevos. Nunca demostró que podía alcanzar la
prosperidad en tiempos de paz. Tan tarde como 1941, el desempleo
alcanzaba todavía a seis millones de personas, y hasta el año 1943 no
desapareció el ejército de desempleados”. El contraste entre los éxitos
de la economía alemana y americana durante los años 30, es más chocante
cuando se tiene en cuenta que los Estados Unidos tenían más recursos
naturales y riqueza, incluyendo reservas de petróleo, una menor densidad
de población y sin enemigos hostiles y bien armados en sus fronteras,
como era el caso alemán.
¿Podían las políticas de Hitler funcionar en los Estados Unidos?
Estas políticas podían funcionar mejor en países como Suecia, Dinamarca
y Holanda, con una sociedad culta, disciplinada y étnica-culturalmente
homogénea, con una fuerte y tradicional comunidad. Las políticas de
Hitler eran menos aplicables en los Estados Unidos y países con
poblaciones étnica y culturalmente diversas, muy individualistas, con
una tradición de cierta despreocupación y con un débil sentido de la
comunidad.
Hitler mismo comparó los sistemas de America, la Unión
Soviética y Alemania, durante un discurso a finales de 1941:”Ahora hemos
conocido los extremos de dos sistemas socio-políticos. Uno es el de los
estados capitalistas que utilizan la mentira, el fraude y el engaño
para negar a su gente los derechos más básicos y que sólo les preocupan
sus intereses financieros, y por los cuales son capaces de sacrificar a
millones de personas. En el otro extremo hemos visto a los comunistas;
un estado que ha traído una miseria indecible a millones de personas y
el cual, siguiendo su doctrina, sacrifica la felicidad de otros. Desde
ahí, bajo mi punto de vista tenemos una sola obligación, seguir más que
nunca hacia nuestro ideal nacional y socialista. En nuestro estado el
principio fundamental no es como en Unión Soviética, el principio de la
llamada igualdad, sino el principio de la justicia”
David Lloyd George, que fue Primer Ministro británico durante la I
Guerra Mundial y que hizo un viaje por Alemania a finales de 1936,
publicó un artículo en la prensa después explicando lo que había visto
“Independientemente de lo que uno pueda pensar de los métodos de Hitler y
los cuales no son ciertamente los de un país parlamentario, no hay duda
que ha conseguido un a transformación maravillosa en el espíritu de la
gente, en su actitud hacia los demás y en su aspecto social y económico.
Él dijo en Nuremberg que en cuatro años su movimiento había logrado una
nueva Alemania. No es la Alemania de la década posterior a la I Guerra
Mundial rota, repudiada, doblegada e impotente. Ahora está llena de
esperanza y confianza y un renovado sentido de la determinación en
dirigir sus pasos, sin interferencias ajenas a sus fronteras”
Lloyd continúa “Por primera vez desde la guerra, hay un sentido de
seguridad. La gente está más alegre a lo largo de todo el país- Es una
Alemania feliz. Lo he visto en todos sitios y los ingleses con los que
me he encontrado durante mi viaje, y que conocían la otra Alemania,
están impresionados con el cambio” Y de forma premonitoria, decía “Este
gran pueblo, trabajará mejor, se sacrificará más, y si es necesario
luchará con gran resolución simplemente porque Hitler se lo pide. Esos
que no entienden este factor, no pueden juzgar las posibilidades de la
moderna Alemania”
A pesar de los prejuicios y la ignorancia forzada que existen para
comprender las políticas económicas de Hitler y su impacto, su éxito en
economía ha sido reconocido por historiadores e incluso por aquellos que
siempre han sido muy críticos con el canciller alemán y las políticas
llevadas a cabo por su régimen. Sebastian Haffner un influyente y fiero
periodista muy crítico con el III Reich decía “Entre los logros
positivos de Hitler el que más asombra de entre todos es el de su
‘milagro económico’ Mientras el resto del mundo se halla en una
parálisis económica, Hitler ha hecho de Alemania una isla de
prosperidad.
En tres años las necesidades y sacrificios del pueblo han
sido convertidas en una modesta, pero confortable prosperidad. Se ha
ganado en confianza y los más asombroso es que la transición de la
depresión a la prosperidad económica se hizo sin inflación y con precios
y costes estables” Haffner continúa “Es impresionante el número de
trabajadores que han pasado de la social democracia y el comunismo a
Hitler"
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