La imagen ante las tropas alemanas que avanzaban era de desesperación. De la
red ferroviaria sólo quedaban las vías. Los trenes habían desaparecido. Los
depósitos de agua y centrales eléctricas estaban destruidas. Para organizar la
producción de materia prima y gasolina esencial para la guerra, los alemanes
crearon el llamado Cuerpo Económico Este. De todas maneras, la estrategia de
“tierra quemada” forzó rápidamente al Cuerpo Económico Este a reactivar todas
las instalaciones productivas de cualquier tipo. Incluso la producción de productos
de consumo se incluyó en este programa, ya que la industria local era incapaz
de volver a producir por sí misma por la política de desmantelamiento y
deportación ejecutada por los soviets. De la energía original generada de 2,57
millones de KW en los territorios ocupados del este, que era aproximadamente
una cuarta parte de la producción soviética antes de la guerra, sólo quedó
intacta una producción de 300.000 KW. La demolición soviética fue tan efectiva
que hasta finales de Marzo de 1943, la capacidad se pudo incrementar a sólo
630.000 KW.
También las diferencias regionales eran obvias. En el Reichskommissariat
Ostland (Repúblicas Bálticas y la Rusia Blanca), sobre la mitad de la capacidad
original de 270.000 KW sólo se recuperó al 90% a finales de Marzo de 1943. Pero
en Ucrania sólo el 7% (145.000 KW) de la capacidad original de 2.2 Millones de
KW estaba todavía en operación. La destructiva efectividad soviética queda
patente debido al hecho que he comentado antes de que hasta finales de Marzo de
1943, no había más de 350.000 KW disponibles que representaba el 16% de la
capacidad antes de la guerra. Y cuando cito estas cifras y porcentajes son
capacidades teóricas, en la práctica era difícil alcanzarlas por el incremento
de la amenaza de los partisanos y la falta casi absoluta de suministro de
carbón.
La estructura básica industrial como carbón, mineral de hierro, acero,
electricidad y cemento fue, a todas luces, totalmente destruida. Comparada con
los niveles de antes de la guerra el carbón estaba sólo al 2,4%, mineral de
hierro al 1,2%, acero nada, electricidad al 8,8% y la producción de cemento al
11,6%. Otro indicador de la situación económica de la Rusia ocupada por
Alemania era el tamaño del número de trabajadores. En 1940, los trabajadores de
manos obra directa e indirecta llegaban a los 31,2 millones. A finales de 1942
no legaban a 750.000... y de ellos sólo 600.000 en la industria. ¡Sólo 600.000
en una zona que antes de la guerra vivían sobre unos 75 millones de personas! Y
para empeorarlo, la productividad de esas personas estaba muy por debajo de los
niveles de antes de la guerra. Las Repúblicas Bálticas que sólo representaban
el 8% de la población de antes de la guerra en los Territorios Ocupados del
Este, proporcionaron un 25% del personal industrial bajo la administración
alemana.
Como he dicho, las deportaciones soviéticas redujeron el personal
cualificado hasta un punto que no se podían encontrar trabajadores de ese nivel
en los Territorios Ocupados del Este. Los alemanes se vieron forzados a llevar
unos 10.000 civiles especialistas desde el Reich, para solucionar este problema
en aquellos casos más críticos. Según el profesor soviético Telpuchowski, las
zonas ocupadas por los alemanes hasta Noviembre de 1941, representaban el 63%
de todo el carbón, 68% del hierro, 58% del acero, 60% del aluminio, 38% de
cereales y 84% del azúcar de toda la producción de la Unión Soviética antes de
la guerra.
Los documentos del Cuerpo Económico Este muestran magnitudes similares. Los
soviéticos hicieron todo lo posible para no dejar nada a los alemanes. Los
medios utilizados fueron despiadados en el desmontaje, demolición, fuego,
sabotaje y deportación. En vez de ser zonas que reforzaron a los alemanes y su
capacidad militar, esas zonas se convirtieron en una sangría terrible.
El hambre de la población civil también sería para los alemanes un problema
añadido, sobre todo en el caso de los cereales y de la comida en general. El
Cuerpo Económico Este propuso el 3 de Octubre de 1941 que ante la falta de
comida sobre todo en las ciudades, estas no se tomasen y se rodeasen sin
aceptar su capitulación. Por supuesto esto estaba fuera de cuestión desde el
punto de vista militar, pero muestra con toda su crudeza la situación y la
desesperación con que las autoridades alemanas de las zonas conquistadas. Esto
demostraba también los efectos de la estrategia soviética de dejarle a los
alemanes el alimentar a millones de soviéticos.
El Cuerpo Económico Este lo deja claro en un informe: “Nuestra experiencia
indica que los rusos se llevan o destruyen sistemáticamente todos los
suministros de alimentos antes de retirarse. La población urbana de las
ciudades conquistadas debe ser entonces alimentada por la Wehrmacht o debe
pasar hambre. Obviamente, forzándonos a llevar comida adicional para la
población rusa, los líderes soviéticos intenta empeorar la situación ya difícil
en el Reich a través de la reducción del suministro doméstico de comida. Es un
hecho que la situación actual de la comida nos permite alimentar a las poblaciones
urbanas rusas de nuestro propio stock sólo si reducimos los suministros al
ejército o rebajamos las raciones en Alemania”.
Muy al principio de la guerra, la destrucción soviética del sector agrícola
era únicamente de la maquinaría e instalaciones. Como regla, estas
instalaciones se encontraban vacías y las máquinas y vehículos inutilizables.
Al principio, el ganado estaba relativamente intacto, pero esto cambió
rápidamente durante las siguientes semanas. Tal como avanzaba la guerra desde
el oeste hacia el este, no se encontró ganado, cereales o gasolina. La
Luftwaffe y los prisioneros de guerra decían que los soviéticos recogían las
cosechas de los campos tal como se retiraban. Tras la liberación de Ucrania,
estaba claro que la situación alimenticia iba a ser catastrófica. En muchos
casos incluso se distribuían las semillas de grano para ayudar a los
hambrientos ucranianos. Esto también cambió la fecha de plantación de las
cosechas, la falta de tractores, gasolina o caballos empeorando la situación.
Se estima que bajo los soviéticos se produjeron 43 millones de toneladas de
cereales en 1940. Bajo la administración alemana fue de 13 millones. Una razón
fue la rapidez del avance alemán en el Norte y Centro, lo que permitió a los
rusos llevarse toda la cosecha de Ucrania o destruir más. En 1942 la cosecha
alemana fue de 11,7 millones de toneladas.
La administración alemana consiguió sembrar no más de tres cuartas partes en
comparación al período de pre-guerra y los fertilizantes eran prácticamente
imposibles de conseguir. En ese momento, la política de “tierra quemada”
comenzó a mostrar todos sus efectos: el uso de semillas para alimentar a la
población, la incesante amenaza de los partisanos y la escasez de personal y
maquinaria, redujo la cosecha de forma drástica.
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