lunes, 8 de diciembre de 2014

UNA FOTO FALSIFICADA (Editado originalmente el 24/10/2011)


Era pronto en la mañana del 2 de Mayo de 1945 en la destruida ciudad de Berlín. Aún se oían esporádicos disparos y ruido de carros. Tres horas antes el último comandante alemán de la ciudadela abandonó la capital que ya había capitulado tras la feroz lucha que había tenido lugar desde mediados de Abril. En ese amanecer Yevgeny Khaldei se dirigió con su cámara Leica (¡qué ironía!), hacia el Reichstag, portando además una bandera soviética con la hoz y el martillo. Este periodista gráfico de 28 años y teniente del Ejército Rojo, se encontró con un camarada en las puertas del enorme edificio, quemado y martirizado por miles de impactos de todo tipo de armas y que había costado muchas vidas su asalto.

En este encuentro, Khaldei convenció a su joven camarada para que posara en el tejado del Reichstag con la bandera. Dos soldados más que se encontraban allí, se unieron a la propuesta del fotógrafo. Khaldei utilizó un rollo entero y realizó un total de 36 fotografías. Varias versiones de una de ellas se han convertido en un símbolo del siglo XX. Era la imagen de la destrucción de la Alemania nazi por el Ejército Rojo y el comunismo. Una imagen que pertenece por la propaganda aliada, a la memoria colectiva de todo el mundo y particularmente de los soviéticos y alemanes.

Tras la guerra, Kahldei cayó víctima del supuesto antisemitismo de Stalin y su imperio totalitario, cayendo en el olvido. En 1991 el artista berlinés Ernst Volland, encontró esas fotografías por casualidad, el lote completo, en Moscú y decidió publicarlas en un libro. Evidentemente, Khaldei no se cuidaba mucho de la estética, pero como fotógrafo supo captar momentos de gran importancia. Hizo excelentes reportajes fotográficos y es desafortunado que él manipulase su foto más conocida en varias ocasiones. La complicada historia de esa imagen icónica de la bandera soviética sobre el Reichstag, fue desentrañada por Volland en su libro.

Volland nos explica que Khaldei voló a Moscú esa misma noche tras tomar sus fotografías. Cuando la imagen apareción en la revista Ogonjok el 13 de Mayo de 1945, había un detalle que ya había cambiado. En realidad, el soldado que está ayudando a su camarada con la bandera, llevaba un reloj de pulsera. Los soldados soviéticos se dedicaron al botín y al robo de cualquier objeto que encontraban a su paso por Alemania y por los relojes sentían una especial predilección. Kahldei admitió más tarde que rascó la imagen del reloj hasta que la hizo desaparecer, usando una aguja.

Otras versiones de la foto también fueron manipuladas, incluso groseramente. En la última versión apareció una nueva bandera, ondeando al viento de forma dramática. A pesar de que al menos otros tres fotógrafos tomaron instantáneas ese día de soldados con banderas en el Reichstag durante los días 1 y 2 de Mayo, fue la imagen de Khaldei la que se hizo famosa y pasó a la historia. Tiempo después, cuando se le preguntó sobre la manipulación de la foto, Khaldei respondió sin inmutarse “Es una buena fotografía con significado histórico. Siguiente pregunta, por favor”.

Kahldei se veía como un propagandista, pero por una causa justa: la guerra contra Hitler y los invasores alemanes de su amada patria. En los años previos a su muerte en Octubre de 1997, le gustaba decir “Perdono a los alemanes, pero no puedo olvidar”. Su padre y tres de sus cuatro hermanas murieron a manos de los alemanes.

Khaldei había nacido en 1917 en Yuzovka (hoy Donetz), Ucrania. Su madre y su abuelo habían sido fusilados en un progrom que lo había dejado a él herido.. Más tarde dijo que los pasaportes de entonces incluían “la marca de Caín de que tú eres judío”. Antes de que fuese despedido por la agencia estatal de noticias TASS en 1948, sus jefes le reprochaban su “bajo nivel de educación” y “falta de preparación política”. Pero para él su pérdida de trabajo era muy simple “La razón real fue que yo era judío”. Era algo que él tenía en común con la mitad de sus camaradas soviéticos que trabajaban como fotógrafos durante la II Guerra Mundial y también en el lado americano, como el fotógrafo judío-hungaro Endre Friedmann, alias Robert Capa, uno de los fundadores de la agencia Magnum. Los dos hombres se conocieron y Capa le dio a Khaldei una cámara “Speed Graphic”, cuando ambos cubrían el juicio de Nuremberg.
 
Khaldei que dijo que tenía una “necesidad interior” de crear imágenes, fue un ávido reportero hasta edad muy avanzada. El “Robert Capa soviético”, como le llaman los historiadores de la fotografía, vivió en un apartamento de una sola habitación en Moscú, que además le servía como “cuarto oscuro” para el revelado de las fotografías. Cuando en los 90‘s recibió 10.000 marcos alemanes por un libro y una exposición por parte del gobierno alemán, él se los gastó inmediatamente en una cámara Rolleiflex “nunca he tenido una cámara como esta en mi vida”

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