COLONIALISMO...
El escritor, académico, politólogo y consultor de relaciones internacionales, Marcelo Gullo, ha sido brutalmente agredido en Rosario (Argentina) el pasado 7 de Febrero. Es bien conocido por sus obras “Madre Patria” y “Nada Por Lo Que Pedir Perdón”, donde defiende la ingente y extraordinaria obra de España en toda Iberoamérica, frente a la nefasta leyenda negra surgida de ingleses, holandeses, franceses e incluso españoles, contra titánica la labor que hizo nuestra patria en aquella tierras. Son libros que recomiendo encarecidamente donde Gullo muestra datos, fechas, personajes, lugares, etc. de forma aplastante y de difícil discusión. He de decir que Gullo es argentino, con lo que está libre de toda sospecha. Lo que dice lo dice de forma sincera y sustentada.
Gullo se suma a diversos autores y académicos tanto en España (María Elvira Roca Barea), como en las tierras de ultramar (José Luis Lopez-Linares, José Mª Rosa, Patricio Lons o Ernesto Palacio), que están siguiendo esta senda de reivindicación de nuestra historia, frente a los “negrolegendarios” que no quieren tolerar semejante afrenta ante la historia “oficial”.
No voy a comentar los avances sociales, académicos y empresariales que se produjeron hasta el punto que los habitantes de esas tierras eran considerados como ciudadanos españoles en toda su amplitud. Cosa que jamás se dio en los sistemas colonialistas holandeses, franceses, británicos u otros. Todos estos estos eran colonialismos de rapiña, esclavitud y muerte. Es evidente que en nuestro caso pudo haber excesos, no voy a negarlo, pero infinitamente menores y sin un criterio de ser así institucionalmente, si no como actos personales.
El caso británico en la India es de manual de lo que he dicho más arriba. Ya se empieza a admitir que el colonialismo inglés provocó la muerte de más de 100 millones de indios entre 1880 y 1920, y esas políticas colonialistas y sus herramientas se acercan en cifras al comunismo y sus víctimas. Y eso hay que decirlo en un momento del resurgimiento de una cierta nostalgia por el Imperio Británico. Lo entiendo viendo en qué clase de desastre se ha convertido Londres y muchas otras ciudades británicas… Pueden verlo en libros como “The Last Imperialist”, de Bruce Gilley o “Empire: How Britain Made the Modern World” de Niall Ferguson. Tratan de defender que su colonialismo trajo prosperidad y desarrollo a la India y otras colonias bajo estandarte inglés. El resultado es que hoy el 32% de la población de origen inglés, por supuesto, se siente orgullosa de su historia colonial.
Sin embargo, esta historia edulcorada choca de frente con los datos históricos. El economista Robert C. Allen lo dice claro, la extrema pobreza en la India se incrementó exponencialmente bajo el Imperio. Del 23% en 1810 al 50% a mediados del siglo XX. Los salarios cayeron de forma estrepitosa hasta dejar a la gente sin capacidad de compra en el siglo XIX, donde las hambrunas y su mortalidad se incrementaron. Lejos de beneficiar a los hindúes, el colonialismo británico fue una tragedia humana sólo comparable al comunismo.
Ya hay académicos británicos que están de acuerdo en que el período de 1880 a 1920, la cúspide del poder del Imperio, fue totalmente devastador para la India. Los censos que se llevaron a cabo por el régimen colonial empezando en la década de 1880, revelan que el ratio de muertes se incrementó muchísimo en ese período pasando de 37,2 muertes cada 1000 personas, al 44,2% en la década de 1910. La expectativa de vida bajó de 26,7 años promedio a 21,9 en ese tramo temporal.
En el “World Development”, se han usado datos que estiman en número de personas muertas por las políticas colonialistas británicas durante esas cuatro décadas brutales. Se dispone de datos fiables de la mortalidad en la India desde la década de 1880. Si las utilizamos como datos base para la mortalidad “normal”, podremos ver que más hay un exceso de 50 millones de personas desde 1891 a 1920.
Es una cifra brutal, y no tengo dudas de que es una cifra conservadora. Los académicos estiman que antes del colonialismo británico, la India disfrutaba de unos estándares de vida a las par con los países desarrollados de la Europa occidental. Estos estudiosos aceptan claramente que desconocen los ratios de muertes en la India antes del colonialismo, pero asumen que podía ser similar a la Inglaterra de los siglos XVI o XVII (27,18 muertes cada 1000 personas), y con ello llegan a la conclusión de que pudo haber un exceso de 165 millones de muertes en el período de 1881 a 1920…
Es evidente que en ese número de muertes están basadas en el número base de mortalidad está claro que la cifra real debe moverse en los 100 millones, como decía más arriba. Ante esta cifra, la pregunta es lógica ya sean 100 ó 165 ¿cómo es posible que el régimen colonial británico causase esa terrible pérdida de vidas?.
Yo creo que hubo diversos mecanismos. Por un lado, Inglaterra destruyó el sector fabril de la India. Antes del colonialismo, la India fue uno de los productores más grandes del mundo, exportando productos textiles de la máxima calidad. El sector textil inglés, simplemente, no podía competir. Esto empezó a cambiar en Bengala en 1757, cuando la ‘British East India Company’ asumió el control de estos y otros productos.
Los británicos prácticamente eliminaron las tarifas indias, permitiendo la entrada sin restricciones de los productos ingleses, y crearon un sistema de impuestos internos exorbitantes que no permitían a los hindúes el vender sus propios productos en su propio país y sólo exportarlos. Este régimen comercial injusto aplastó a los fabricantes hindúes y des-industrializó el país. Un miembro del consejo de la “East India and China Association” lo dijo en el parlamento británico “Esta empresa ha triunfado en convertir a la India de un país fabricante a un país que exporta materia prima”. Los fabricantes ingleses ganaron una ventaja enorme, mientras la India fue reducida a la pobreza y su población fue entregada al hambre y las enfermedades.
Y para hacer las cosas aún peor, los colonizadores británicos establecieron un sistema de saqueo legal, conocido en aquel momento como “secado de riqueza”. Inglaterra impuso impuestos a los hindúes y utilizó los ingresos para comprar productos hindúes como índigo, cereales, algodón y opio, obteniendo todo ello gratis. Estos productos eran consumidos en Inglaterra o re-exportado a otros países, con las ganancias en manos del gobierno inglés y utilizado para financiar el desarrollo industrial de la propia Inglaterra y sus colonias como Australia, Canadá y los Estados Unidos.
Este sistema drenó a la India de productos por un valor de trillones de euros al cambio actual. Los ingleses no tuvieron compasión en imponer ese secado, forzando a la India a exportar productos alimenticios, mientras que se amenaza realmente el flujo interno de alimentos. Ello fue la causa de las hambrunas mencionadas. Los administradores coloniales estaban al tanto de las consecuencias de sus políticas. Sabían de la muerte de millones de personas y no hicieron cambio alguno. Continuaron negando el acceso del pueblo los recursos necesarios para la subsistencia. Todo esto no fue accidental.
Tras la II Guerra Mundial, Alemania firmó y cumplió el pago de indemnizaciones a las víctimas del Holocausto y recientemente también acordó pagar reparaciones a Namibia por los crímenes coloniales perpetrados a principios del siglo XX. En el fin del Apartheid, Sudáfrica pagó indemnizaciones a la gente que dice que fue víctima del gobierno blanco minoritario. Es evidente que no podemos cambiar la historia y los crímenes del Imperio Británico no pueden ser borrados sin más. Sin embargo, han pasado de puntillas por esa tragedia sin consecuencia alguna, salvo que hoy la India tiene una presencia enorme en Inglaterra a todos los niveles. ¿Justicia poética?…