lunes, 15 de diciembre de 2014

EL FINAL DEL IMPERIO YANKEE (Editado originalmente el 30/4/2012)


Creo que ya se puede hablar con cierta base de que el imperio montado por los USA en todo mundo y particularmente de puertas adentro, se va desmoronando, al igual que un día cayó el imperio soviético. Las causas pueden ser varias: hastío hacia lo que representa USA y sus mentiras políticas, sociedad multirracial imprevisible y que ya empieza a pasar factura, gasto militar desorbitado, sistema de vida que ha demostrado su fracaso (diabetes, obesidad, etc...). Ya sabéis que me gusta estudiar ese país con sus miserias y alguna de sus grandezas. Hoy estoy harto de lo que son y representan ante el mundo y mis amigos norteamericanos no hacen sino darme la razón en casi todo.
 
En estos días finales del imperio USA se ve como le están dando trabajo y poder a los irresponsables, a los dementes y a los idiotas. Esos políticos y sus cortesanos propagandistas, alquilados para ser las caras públicas del barco que se hunde, enmascaran el verdadero trabajo de la tripulación, el cual es robar sistemáticamente a los pasajeros a medida que ese barco se va hundiendo. Los magos y mandarines del poder mantienen el timón ladrando órdenes ridículas, viendo cómo pueden acelerar los motores. Se pelean como niños para controlar el timón de la nave, mientras ésta va a toda máquina contra un iceberg gigante.
 
Se pasean por las cubiertas dando discursos pomposos y vacíos. Vociferan que el barco “AMERICA” es el barco más grande jamás construido. Insisten en que tiene la tecnología más avanzada y las más altas virtudes. Y luego, con una furia inesperada, irán a parar a las aguas heladas que los engullirá como un torbellino. Los últimos días de este imperio son días de locuras y disparates. Están en la niebla por sí mismos, avanzando mientras sus líderes trabajan en la destrucción económica y medioambiental. Las ciudades de Sumer y Roma cayeron de esta forma. También lo hicieron así los imperios Otomano y Austro-Húngaro. Hombres y mujeres de una mediocridad y depravación aplastante, dirigieron las monarquías de Europa y Rusia en vísperas de la I Guerra Mundial, ayudados en su destrucción por la masoneria. Y los USA en su propio declinar, ha ofrecido su parte de débiles, imbéciles y bobos, para dirigirlos hacia el desastre. Una nación enraizada en la realidad, nunca daría pábulo ni glorificaría a muchos políticos que hoy pueblan el senado USA, ni los lobbies que hay detrás del telón.
 
Si se tuviese alguna idea de lo que les pasa en realidad, deberían de haberse cabreado y mucho con Barak Hussein Obama, cuyo legado es la capitulación a las demandas de Wall Street, la industria del petróleo, el complejo industrial-militar y el montaje de un estado de vigilancia, seguimiento y seguridad. Ha habido gente como Ralph Nader que ha denunciado que el sistema monetario está basado en el juego y la impresión sin fin de los billetes por parte de la FED. tenía que haber habido un motín y regresar con el barco a puerto. Pero los habitantes de los imperios son totalmente pasivos porque como en la Odisea de Homero, son comedores de loto. Están narcotizados por los que buscan que no se den cuenta de lo que pasa.
 
Se refugian en lo sexual, lo cursi y lo vano. Es un refugio que es momentáneamente placentero, pero que asegura la auto-destrucción. De forma cándida piensan que todo se arreglará. Como una especie, Margaret Atwood observa en su novela distópica “Oryx and Crake”, “estamos condenados por la esperanza”. Una absurda promesa de esperanza y gloria se sirve sin parar desde la industria del entretenimiento, la élite económica y política, la clase de cortesanos que parecen periodistas, gurús como Oprah Winfrey y un sistema de creencias religiosas que asegura a sus seguidores que Dios siempre les protegerá. Es un auto-engaño colectivo, un refugio en la magia.
 
Los ciudadanos USA viven en un mundo donde la fantasía es más real que la realidad, donde la imagen tiene más dignidad y credibilidad que el original. A este respecto, Daniel J. Boorstin escribió en su libro “The Image: A Guide to Pseudo-Events in America”, que “Difícilmente plantamos cara a nuestro desconcierto, porque nuestras ambiguas experiencias son tan placenteras que la realidad artificial se convierte en real y la preferimos. Nos hemos convertido en ansiosos accesorios en las grandes mentiras de este tiempo. Esas son las mentiras que nos aplicamos a nosotros mismos”
 
La cultura y la literatura en esa fases finales del declive, son reemplazadas por ruidosas diversiones y actos vacíos. Cicerón arremetía contra eso en su época, la arena, el circo, el Coliseo. Cicerón por su honestidad, fue capturado y asesinado cortándole las manos y la cabeza. Su cabeza y su mano derecha, que habían escrito “Las Filípicas”, fueron clavadas en la tribuna de los oradores en el Foro. 

A las masas rugientes, mientras la élite escupía a la cabeza de Cicerón, se les dijo con orgullo que él ya no hablaría o escribiría de nuevo. Actualmente, esta tóxica y sin sentido versión de los hechos es bombeada por los medios de comunicación 24 horas al día sin descanso. Ese es nuestro espectáculo de gladiadores y de “pan y circo”.
 
En Occidente, la vida política se ha fundido en el campo del famoseo. La educación es primordialmente vocacional. Los intelectuales son apartados y rechazados. Los artistas no pueden vivir. Pocas personas leen libros. El pensamiento se ha difuminado, especialmente en colegios mayores y universidades, donde  pedantes, marxistas y ambiciosos mienten a nivel académico. El placer sensual y la eterna juventud son las obsesiones de esa sociedad USA. El emperador romano Tiberio, al final, huyó a la Isla de Capri y convirtió su palacio frente al mar en una casa de putas y violencia.
 
¿Todo esto nos va sonando en España?


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