domingo, 14 de diciembre de 2014

¿ESTEPAS DE VICTORIA O FRACASO? 2/2 (Editado originalmente el 10/2/2012)


Debido a que creía que sus generales no entendían las enormes necesidades económicas y estratégicas que requería Alemania o la crítica importancia económica y estratégica que la campaña en el este tenía, Hitler rechazó hacer caso a su estado mayor para atacar enseguida Moscú. Prefería hablar con un soldado raso como hizo al principio del ataque en una visita que hizo al frente y tener una idea de la primera línea. Eso lo hacia con frecuencia. Eso no lo hicieron nunca ni Stalin, ni Roosevelt ni Churchill.
 
La campaña del sur de Rusia conquistó Ucrania, el Donetz y Crimea capturando ingentes cantidades de soldados soviéticos. Estas conquistas y las de la zona norte, hicieron que Rusia perdiese una gran parte de su población, de su industria y recursos naturales. Y a su vez le quitaron a los rusos su habilidad para movilizar tropas y material para la guerra y reforzó mucho la base económica alemana y su habilidad para la guerra. Eso le permitió a Alemania mucho más tiempo para resistir al coloso comunista del que podían haber calculado. David Irving explica en su libro “Hitler’s War” (London Focal Point, 1991), el razonamiento del líder alemán “En su visión de la situación, era más importante debilitar a Stalin de su materia prima e industria armamentística. Además, un rápido avance hacia el sur alentaría a Irán a resistir la invasión anglo-rusa que él sabía que estaba prevista. 

En cualquier caso quería que Crimea estuviese en manos alemanas y fue desde los aeropuertos de Crimea desde donde los bombardeos soviéticos atacaron Rumania, aliado de Alemania y proveedor de petróleo. Sin embargo, el alto mando seguía con su idea de atacar Moscú. Sólo mucho después se dieron cuenta de que la estrategia de Hitler ofrecía mejores perspectivas”. Göring lo dijo tras sus captores “Aún hoy creo que el plan original de Hitler hubiese decidido la campaña del este a principios de 1942”
 
También hubo otros imponderables que se dieron cita para la historia. En el libro de Stolfi no se habla apenas de que el invierno ese año de 1941 no sólo fue el más  duro en décadas, sino que llegó con varias semanas de anticipación. También la reacción de los USA e Inglaterra a la caída de Moscú, con una ayuda material y económica de alcance. Eso ayudó mucho a los rusos ante su pérdida de fábricas. Eso ayudó incluso psicológicamente a los rusos para capear la guerra y reestructurarse de nuevo
 
El libro de Stolfi demuestra de forma convincente que las tropas alemanas tenían la capacidad de por lo menos capturar Moscú en ese espacio de tiempo programado. Lo que siempre quedará la duda de que si la caída de la capital hubiese significado el colapso de la Unión Soviética y la rendición de otras ciudades. eso queda en el misterio. Stolfi construye un escenario de lo que pudo haber pasado si se hubiese conquistado Moscú. Imagina que Moscú cae en septiembre de 1941, el Grupo de Ejércitos Centro es amenazado por quedar rodeado por las enormes reservas militares soviéticas, en una enorme pinza en sus flancos. Para evitarlo, Hitler es forzado a retirarse y abandonar Moscú y pierde la oportunidad de vencer a la Unión Soviética. Bueno, es un escenario sin duda alguna.
Para entender las decisiones de Hitler en este 2014, en la tranquilidad de nuestro hogar y escribiendo en una máquina llamada ordenador, hemos de tratar de ver el mundo bajo la óptica de aquel momento. Es fácil criticar como han hecho algunos, las decisiones de entonces conociendo la historia y su desenlace. Hitler era consciente y demostró amplia cosmovisión política y social, de las limitaciones que tenía Alemania desde su experiencia. 

Las limitaciones venían de su situación geográfica desventajosa y su estrangulación económica que había arrastrado desde el final de la I Guerra Mundial y el infame e injusto Tratado de Versalles. También el Führer era consciente de las enormes limitaciones en recursos naturales. Por ello tomó decisiones militares teniendo muy en cuenta esas consideraciones territoriales y económicas. No nos engañemos, Hitler fue un dirigente popular, muy preocupado con su popularidad personal y la conexión de la misma ligada a los rigores de la guerra. Fue un idealista descomprometido de fuerzas mundialistas, que veía a Alemania segura como un gran poder solo por la ganancia de espacio suficiente para garantizar la autarquía económica o auto-suficiencia.
 
Por ello uno de los objetivos de la Operación Barbarroja, según la directiva militar del 18 de Diciembre de 1940 decía “El objetivo final de la operación es levantar una barrera contra la Rusia asiática en la línea Volga-Arkangel. Una línea desde la cual las fuerzas aéreas soviéticas no podrán atacar el territorio alemán”. Lo que demuestran estas palabras es un pensamiento muy conservador de Hitler, teniendo a Alemania como eje central de sus ideas y acciones.

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