Entre las muchas iniciativas con que nos obsequian cada vez con más frecuencia los mundialistas y financieros internacionales en general, hay una que destaca por sí sola y que no es demasiado conocida. Se trata del Arca de la Esperanza, remiendo del Arca de la Alianza del odiado cristianismo que tratan de borrar, pero al que imitan en sus formas y liturgia.
Dentro de la idea panteista, pagana y de encaje con la nueva religión
que se está montando llamada “New Age” o “Nueva Era”, el Arca de la
Esperanza es uno de los símbolos tangibles que ya ruedan representando
el nuevo credo.
Su parecido con las imágenes que hemos visto del Arca de la Alianza
(dibujos de Doré) es innegable. Pero nada más. Sus creadores dicen que
contiene la llamada “Carta de la Tierra” que es un papiro manuscrito,
que pretende ser un acuerdo internacional entre las personas para
construir un mundo justo, pacífico, sostenible y una sociedad global en
paz para el nuevo siglo XXI. Esta “Carta de la Tierra” contiene los 16
principios que deberán aplicarse para conseguir los objetivos antes
mencionados. Según Gorbachov, uno de sus promotores y gran mundialista,
serán los nuevos 10 Mandamientos… (sic). La Carta de la Tierra comienza
con estas palabras “Estamos ante un momento crítico en la historia de la
Tierra, un momento en que la humanidad debe escoger su futuro” (si
desean ver el contenido completo y asombrarse con el mismo y las ideas
que contiene no se lo pierdan: http://www.earthchartercitizens.org/earthcharterpreamble.htm)
El arca fue diseñada por la artista norteamericana Sally Linder, y
fabricada por los artesanos Kevin Jeness y Beth Haggart. Su madera
proviene de un bosque alemán que, naturalmente, es un bosque sostenible
según dicen estas personas (¿qué querrán decir?). Cada panel lateral y
la tapa representan una estación, una dirección, un elemento y un
símbolo universal como Agua, Aire, Fuego, Espiritu y Tierra. Los palos
travesaños para llevarla a hombros se supone que son cuernos de
unicornio que alejan cualquier fuerza negativa o malvada. Aparentemente
el mensaje del arca está basado en parte en unas creencias tipo Harry
Potter de magia terrenal y un ocultismo benevolente y positivo.
Se creó para celebrar la “Carta de la Tierra” y que tuvo lugar en
Shelburne Farms, Vermont, USA, el 9 de Septiembre de 2001. En ese
acontecimiento, “por amor a la Tierra”, participaron la naturalista y
defensora de los primates Jane Goodall, el abanderado de la ecología
profunda Satish Kumar, el músico Paul Winter y, como no, el Dr. Steven
C, Rockefeller que es miembro de la Comisión de la Carta de la Tierra.
Cuando hubo los atentados de las Torres Gemelas pocos días después de
esa celebración, Sally Linder decidió con otros activistas, llevar el
arca hasta Nueva York. Cientos de caminantes se unieron a la iniciativa.
El arca se halla en el New York’s Interfaith Center.
El arca ha presidido encuentros en las Naciones Unidas, en el
Encuentro Mundial para el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo y
siempre con la idea de que ilumine a los participantes en estos
encuentros. Organizaciones de todo tipo, escuelas, universidades,
comunidades religiosas, museos y conferencias internacionales han
utilizado el arca en muchos de sus actos. También ha sido expuesta en
Amsterdam y la Reina Beatriz de Holanda introdujo a más de 8.000 niños
para que participasen en el “Temenos Book” donde los niños de todo el
mundo escriben y dibujan todo aquello que puede ayudar al mundo en esos
encomiables objetivos. El “Temenos Book” forma parte de los satélites
que rodean el arca.
A la vista de estos datos someros, surge la pregunta: ¿Quien hay
detrás del Arca de la Esperanza y de la “Carta de la Tierra”?
Oficialmente impulsan la imposición global de la “Carta de la Tierra”
dos organizaciones, reconocidas como ONG’s pero con estatuto consultivo
en la ONU: La Cruz Verde Internacional que preside Mihail Gorbachov y el
Consejo de la Tierra que preside Maurice Strong. Strong es Secretario
General de las Conferencias de la ONU sobre Medio Ambiente, también es
Coordinador Ejecutivo para la reforma de la ONU y exasesor de Kofi
Annan, Asesor del Presidente del Banco Mundial , Consejero del World
Economic Forum, etc… Estos dos personajes controlaron el redactado de la
“Carta de la Tierra” que fue entregada a Kofi Annan por el brasileño
Celso Amorim el 8/4/1997 y se incorporó a la Comisión de Desarrollo
Sostenible (CDS) que la añadió al borrador oficial de Declaración
Política para Jefes de Estado y de Gobierno.
En la preparación de la carta y bajo la supervisión de los
mencionados Gorbachov y Strong, participaron directamente: Paulo Freire
que tras su muerte fue sustituido por Leonardo Boff, la princesa Basma
Bin de Jordania, el Dr. Steven C. Rockefeller, Federico Mayor Zaragoza,
entonces Director General de la Unesco y la cantante Mercedes Sosa, que
fue nombrada presidenta de la Comisión de las Américas para la “Carta de
la Tierra”. Del Banco Mundial participó James Wolfensohn, su
presidente. Según la información oficial e invitada como “representante
de la Iglesia Católica”, participó la Madre Tessa Biellicki, miembro de
la Asociación Humanista de los Estados Unidos, co-fundadora de la
primera comunidad monástica mixta –hombres y mujeres-, y Sir Shridrath
Rampal, también de la Asociación Humanista e impulsor activo de la
carta, miembro de la Comisión de Gobernabilidad Global, antiguo miembro
de la Comisión Brundtland, presidente de la World Conservation Union y
autor del libro Our Country, The Planet, un manifiesto materialista,
gnóstico y panteísta.
Como en muchos documentos internacionalistas también asesoraron
algunas ONG’s que trabajan en coordinación con la ONU. Algunas son
representativas de la “cultura de la muerte” como por ejemplo la
Fundación Rockefeller. La International Planned Parenthood Federation,
la Fundación Mac Arthur y el grupo de apóstatas Católicas para el
Derecho a Decidir, conocido por su continua prédica contraria a la vida
humana y la Iglesia.
Dejo a la opinión de los lectores de mi blog en manos de quién
estamos y lo que ello significa en nuestras vidas. Es necesario conocer
estas iniciativas mundialistas y de control sobre las personas. El
marxismo cultural sigue avanzando imparable, tal como lo diseñó la
“Escuela de Frankfurt” durante la primera mitad del siglo XX.
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