domingo, 14 de diciembre de 2014

MALDITOS BASTARDOS (Editado originalmente el 7/10/2012)


Siguiendo mi artículo sobre Hollywood del 28/9 y su manipulación de la historia, de cualquier historia, me gustaría hablar hoy sobre una película del 2009 del celebrado director (para algunos), Quentin Tarantino. Me refiero a “Malditos Bastardos”. Ha pasado ya mucho tiempo de su estreno y lejos de emociones o no, es el momento de poder hablar con tranquilidad de la misma. He que decir antes que se trata de una ficción al 100% y que, según Tarantino, se trata de una revisión de la película del mismo título, hecha por italianos, en los 60’s. Tarantino dice que esa película de los 60´s, es la mejor película de guerra que ha visto (sic)... No entraré en la italiana, ya que se trata de un auténtico pestiño infumable.
 
No soy aficionado al cine de Tarantino y he visto únicamente, “Pulp Fiction”, “Abierto hasta el Amanecer” y “Malditos Bastardos”. La primera, según algunos, es su obra maestra, la segunda es tan enrevesada que resulta divertida por la mezcla de géneros y la última es la que quiero comentar ahora. Personalmente creo que es la peor de todas, aunque contiene cosas interesantes si nos fijamos.
 
La sinopsis es muy simple y a estas alturas no descubro nada. Se trata de un grupo de terroristas bajo la bandera americana y que está formado por siete judíos dirigidos por un “goyim” o “gentil” (es decir, alguien que no es de origen judío), llamado Aldo “el Apache” Raine, interpretado por Brad Pitt. Aldo viene de Tennessee y dice que es medio indio. Creo que este personaje está basado en el propio Tarantino, ya que dice que él tiene nombre italiano, viene de Tennessee y tiene parte de sangre Cherokee... Este grupo terrorista tiene la misión de aterrorizar a los nazis, soldados y mandos, matándolos de la forma más sádica posible y mutilando sus cuerpos. Se les corta la cabellera a los cadáveres y a los supervivientes se les marca con una cruz gamada en la frente.
 
Cuando ves una película así parece que es la respuesta de los judíos a lo que pudo haber sido y no fue. También parece que necesitaban ser dirigidos por alguien como Aldo “el Apache”, un hombre blanco pero con la justa mezcla salvaje en su sangre, claro homenaje al mestizaje tan propalado los medios de comunicación y políticos desde hace años. Por ello y con Tarantino al mando, la guerra hubiese tenido un final muy diferente al que tuvo y “Malditos Bastardos” nos muestra cómo. A la vista de esto, me pregunto ¿podrían los judíos sentirse insultados ante la premisa de película? Por supuesto, deberían. Pero la película es todavía más insultante. De largo es la película más anti-semita hecha en Hollywood. Los personajes judíos de Tarantino sólo tienen una dimensión: monstruos inhumanos. Los “judíos bastardos” de la película son tan feos como las caricaturas del periódico nazi “Der Stürmer” de Julius Streicher. Prácticamente no tienen diálogos en la película. Todo lo que hacen es esconderse por ahí, esperando las órdenes de Aldo para torturar y matar alemanes.
 
El “bastardo judío” más importante es interpretado por Eli Roth, de origen judío a su vez. Su personaje se llama “Oso Judío” y mata a los alemanes con un bate de beisbol. Es lo más divertido de la película, con el pelo engominado, su boca remilgada, casi de puchero y maquillado como una “drag queen”. 

En la versión en inglés resulta muy gracioso que con el cuerpo musculado que tiene Roth y su aspecto amenazante, tiene una vocecilla aflautada con un toque histérico. Recuerdo haber leído una crítica en un periódico norteamericano de 2009 y se decía que el público en la sala “reía cada vez que este castrado gorila abría la boca”. Muy superficial para darse cuenta de que interpretaba a un bufón monstruoso, Roth dio en clavo al decir, glorificando la película, de que se trataba de “kosher porno”. Incluso tenía fantasías de matar nazis “es casi una satisfacción sexual el matar nazis, un sentimiento orgásmico. Mi personaje los golpea hasta la muerte. Eso es algo que yo pude observar todos los días. Mis padres son muy estrictos en la educación sobre el Holocausto”. Suena como gente encantadora y creo que estarán muy orgullosos en lo exitoso que se ha convertido su hijo Eli.
 
Otros judíos estaban también encantados, por ejemplo el productor de Tarantino Lawrence Bender le dijo que “Como tu socio productor te doy las gracias y como miembro de la tribu judía te doy las gracias, hijo de puta, ya que esta película es un jodido sueño húmedo judío”. Harvey y Bob Weinstein, judíos, productores ejecutivos de la película, también dijeron haber disfrutado del tema de la venganza judía. Otros amigos judíos de Tarantino también estaban muy satisfechos del resultado de la película. Si todos estos judíos no tienen objeciones de cómo se muestra a su tribu, sádicos unidimensionales ¿a quien debo quejarme? ¿Puede ser que el “zapato encaja?.
 
Como en toda película que se precie, hay una heroína. Es rubia y de ojos azules. Su nombre Shoshanna (intrepretada por la actriz francesa Mélanie Laurent), hija de un campesino judío cuya familia es masacrada en 1941 por el SS Hans Landa, en una escena antológica. Escapa y asume una identidad totalmente francesa, gestionando un cine en París con su amante negro. Otro guiño al mestizaje. Cuando su cine es seleccionado para una premiere de una película alemana a la que asistirán todos los jerifaltes nazis, incluyendo a Hitler, lo tiene claro y planea cerrar el cine y quemarlo todo como acto de venganza.

Shoshanna es un personaje de una inhumanidad casi de reptil. Un joven soldado alemán, Frederik Zöller (interpretado por Daniel Brühl), cae rendido a sus encantos. Es un fan de las películas, y trata de entablar conversación con ella sobre ese tema. El contraste es claro. Él es cálido, sincero y educado. Él la ve como alguien humano y entusiasta del cine. Ella sólo ve en él a un enemigo racial. 

No tiene interés por él hasta que descubre que es no solo un actor de cine, sino un héroe de guerra, por lo cual cree que puede sacar partido para su venganza. Hay que destacar que Zöller no le explica a ella eso inicialmente, por lo que no pretende impresionarla, sino ser su amigo. El único momento de humanidad de Shoshanna es cuando vuelve a cruzarse en París con el Standartenführer SS Hans Landa, que acabó con su familia al inicio del film y llora, pero esa humanidad que demuestra también aumenta la sensación de que es una maestra de la intriga y de la sangre fría. Hans Landa se vanagloria de que es un excelente cazador de judíos ya que piensa como ellos y les conoce bien. Esto queda muy claro al final de la película cuando se convierte en un traidor.  En general, la visión que se ofrece de los aliados americanos, ingleses, franceses y judíos es negativa. 

Y tiene un fuerte contraste con la imagen de los alemanes. Todos ellos tienen buen aspecto, son dignos, encantadores y educados con los extranjeros. Incluso el soldado condecorado que es asesinado por Roth con el bate de beisbol, es de una dignidad y hombría apabullante ante la animalidad de su asesino. A pesar de ser los enemigos en la película, estoy convencido de que la audiencia se siente más identificada con ellos que con los aliados y que sólo pueden sentir repulsión de los sádicos judíos que los matan. Evidentemente Hitler es presentado como un monstruo y aparece al principio con una capa ya que interpreta a un villano de tebeo (el actor Martin Wuttke es el Hitler más feo y grotesco que podamos imaginar). Pero la verdadera estrella de la película es Christoph Waltz, cuyo personaje del SS Hans Landa es de antología (ganó el Oscar 2009 al mejor actor de reparto por este papel). Es tan espectacular, que Tarantino tiene que convertirlo en un traidor al final, sino se hubiese convertido en el héroe de la película.
 
Si examinamos el climax de la película, con todos los nazis en el cine, Shoshanna ha preparado el cuarto rollo de la película en el que aparece su cara en la pantalla. En el momento que aparece, su amante negro cierra las puertas del cine y Shoshanna dice en pantalla “¡Esta es la cara de la venganza judía!”. El negro prende fuego al edificio utilizando las películas de nitrito muy inflamables. Parece que esta imagen quiera indicar que los judíos utilizan al cine y los negros para crear la destrucción... Al mismo tiempo hay dos bastardos infiltrados en el cine que matan ametrallando a Hitler y Goebbels. El teatro explota, todos mueren: Götterdämmerung...  Este final es calcado al de la masacre de la noche de los Oscar en la novela neo-nazi de Harold Covington “The Brigade”. Podéis comprobarlo.
 
¿Por qué Tarantino ha hecho una película sobre la II Guerra Mundial donde los alemanes son presentados como atractivos seres humanos, los americanos como bufones sádicos, los ingleses como imbéciles y los judíos como asesinos inhumanos? ¿Por qué Tarantino toma elementos de la novela de Covington y muestra la verdadera agenda que sigue Hollywood contra la raza blanca? ¿Es Tarantino un admirador de los nazis? No lo creo. Es un nihilista especialista en desacralizar lo sagrado. En “Malditos Bastardos”, Tarantino ha cogido varios de los mitos sagrados del mundo dominado por los judíos, Hollywood (entre otros), la II Guerra Mundial y el Holocausto, y lo ha desacralizado dándole la vuelta a sus valores y estereotipos. Al mismo tiempo ha mostrado la agenda anti raza blanca de Hollywood. ¿Por qué? Simplemente porque puede. El hecho de que Tarantino pueda desacralizar el Holocausto, exponer la agenda de Hollywood y revender todo ello de nuevo a los judíos, es una muestra de su genio retorcido, de su superficialidad y de su moralidad de imbécil.

3 comentarios:

  1. El mejor análisis que he podido leer. Excelente.

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  2. Gracias Carlos, yo la ví así y es lo que percibo de esa película.
    Un abrazo, Felipe Botaya

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