Como continuación a mi artículo que colgué en el blog a finales del
año pasado, me gustaría regresar a este asunto con algunas informaciones
más sobre este algo tan actual y que algunos vislumbran, otros se ríen,
otros no se lo creen y otros, sencillamente, viven en la inopia.
A principios de 1942 y en Filadelfia un cartógrafo llamado Maurice
Gomberg creó el mapa del Nuevo Orden Mundial (NOM) que incluyo y que
puede verse más detallado y con todos las leyendas en claro en http://bigthink.com/ideas/21338.
¿Qué tiene de particular este mapa? En primer lugar está hecho durante
el año 1941, antes de Pearl Harbour (9/12/41) y ya contempla a los
Estados Unidos en guerra. Además, explica la forma básica del NOM,
llamado en el mapa “Nuevo Orden Moral”, y que sería aplicado por los
Estados Unidos, Rusia e Inglaterra, tras ganar la II Guerra Mundial. El
mapa da por hecho que van a ganarla. Decir eso en 1941, desde luego, era
muy aventurado. También considera a la Unión Soviética un gran aliado
para la paz mundial, aparece el Estado de Israel (quizás porque Gomberg
era judío), una Irlanda unida, planes de limpieza étnica en Alemania y
Japón y devolverles a la Edad Media (como en el Plan Morgenthau, en
Alemania concretamente), y bases americanas diseminadas por todo el
planeta. No me parece no muy lejos de nuestra realidad algo que se
diseñó hace 70 años.
Es muy difícil saber de dónde sacó Gomberg su información para realizar el mapa NOM. De hecho, no se sabe mucho de él, salvo que era un cartógrafo de Filadelfia, como cito más arriba. Algunos hablan de que este mapa es una maniobra para causar miedo en los Estados Unidos por la supuesta estructura mundial de cariz comunista. No lo sabremos por ahora. Lo que sí se puede deducir que este mapa es un primer intento de una reorganización del mundo, con el benevolente e ingenuo principio de que esta estructura acabaría con las guerras para siempre, y traería la paz permanente, libertad, justicia, seguridad y una reconstrucción mundial. Una posible pista del origen en el que se basó Gomberg para su mapa, fue el discurso de Franklin D. Roosevelt, en el 77 Congreso de la Unión, llamado “Four Freedoms and a Moral Order”. Esa visión de Roosevelt aparece en la parte inferior del mapa. Creo que la discusión puede seguir, el campo está abierto a cualquier análisis.
De todas maneras, la percepción que puede tener cualquiera de
nosotros acerca del NOM es la de un pequeño grupo de individuos
poderosos, instituciones, empresas y/o naciones que deben dirigir el
mundo y la sociedad por el camino correcto. Esto puede ir contra los
deseos del propio mundo, pero al final es por su propio bien y hay que
hacérselo entender abiertamente o de forma sutil. Una de las
referencias más recientes al NOM fue la del ex-presidente Bush padre,
que citaba el NOM como referencia de los objetivos de los Estados Unidos
un un mundo tras la llamada “Guerra Fría”. De todas maneras, la
definición NOM, ya aparece en escritos de Cecil Rhodes, el imperialista
británico y fundador de Rhodesia, que describe el NOM, él lo llama
Gobierno Mundial Federal, bajo la égida de los Estados Unidos e
Inglaterra. La Liga de Naciones, antecesora de la ONU, era la primera
aproximación al asunto NOM y fue llevada a cabo por el presidente
Woodrow Wilson. Incluso HG Wells en su libro “The Open Conspiracy”, en
la que se busca el soporte de intelectuales para apoyar la idea de una
Democracia Social Mundial y también escribió “The New World Order” en el
que detalla como toda una generación de lucha será necesaria para
derrotar a los opositores de ese gobierno mundial.
Con
esta básica aproximación, también se puede concluir que el NOM era la
más benevolente salida a la situación mundial, siempre desde un punto de
vista optimista, positivista, socialista e incluso imperialista.
Algunos dicen que para alcanzar una secular Nueva Jerusalén, es decir el
mejor de los mundos posible. La muerte del comunismo, que como idea ya
había muerto antes de la caída de su imperio, puede ser visto como el
último argumento contra esta filosofía mundialista. Recuerdo que cuando
cayó el Muro de la Vergüenza en 1989, todos parecían sentirse aliviados
por quitarse una losa de encima. El peligro nuclear había sido la
bandera continuada para que ambos poderes, USA y la Unión Soviética,
hiciesen una división del mundo. Parecía que el mundo se encaminaba por
fin a un tiempo de paz y resolución de conflictos. Recuerdo también como
F. Fukuyama anuncia a bombo y platillo el “fin de la historia”,
anunciando además que se iniciaba una época de libertad y democracia
como jamás se había visto, con lo que las guerras desaparecerían.
Hablaba de una Confederación Planetaria, con una estructura global
interdependiente. Era el paso previo al NOM centralizado y controlado
por un grupo pequeño de personas.
Como he dicho más arriba, el llegar a un imperio como ese no es una
idea nueva, donde todos estaríamos sometidos a una única dirección
mundial. Desde sociedades secretas hasta grupos de poder, han hablado
más de una vez de conseguirlo y sobre la base de una minoría iluminada o
superior podría crear un mundo más racional. Todo ello basándose en que
la ciencia, el progreso, la técnica, la producción, es decir, elementos
racionales, eliminarían las religiones (y concretamente la cristiana) y
cualquier atisbo irracional en el ser humano en esa nueva sociedad
controlada.
Creo
que Fukuyama pecó de ingenuidad y sólo bastó ver la reacción del
sociólogo y asesor de alto nivel S.P. Huntington, cuando publicó su
demoledor “El Choque de las Civilizaciones”. En este libro clarividente
ya se decía que la historia no había finalizado como preconizaba
Fukuyama, sino que venía una época de inestabilidad y conflictos entre
diferentes continentes, culturas y razas. En pocas palabras,
civilización occidental o juedocristiana tendría como oponentes a
África, China y al Islam. Todo ello teniendo como objetivo la supremacía
mundial. Pero ¡atención! eso no quiere decir que ambos escritores
jueguen en campos distintos, ambos son miembros del CFR (Council on
Foreign Relations), en Nueva York, una de las llamadas sociedades
civiles más importantes y decisivas en muchas cuestiones que afectan al
planeta.
No solo edita una revista respetada y seguida por mucha gente
que sabe cómo se mueve el mundo, “Foreign Affairs”, sino que el CFR está
hermanado con el Royal Institute of International Affaires, con sede en
Londres. El CFR y su hermana inglesa están en la dirección de
organizaciones mundialistas como la CEIP (Carnegie Endowment for
International Peace), la Rand Corporation y cerca de treinta fundaciones
de menor tamaño e influencia. También están en la Comisión Trilateral,
que divide al mundo en tres grandes áreas (¿nos recuerda a 1984?). No
solamente su poder es inmenso, ellos detentan el poder real de las
finanzas, industria, política, justicia y medios de comunicación en los
Estados Unidos e Inglaterra, sino que tienen acceso a cualquier cosa de
su interés. Llega hasta tal punto su nivel de soberbia que un miembro
norteamericano del CFR llegó a afirmar cínicamente “No importa si ganan
los demócratas o los republicanos, siempre gobernamos nosotros”.
Hoy
los países están interconectados y perdiendo influencia y poder. Los
poderes financieros tiene las riendas de los que sucede o pueda suceder
en el mundo. Una simple idea o un comentario de Ben Shalom Bernanke,
presidente de la privada Reserva Federal norteamericana o de su
antecesor Alan Greenspan Goldsmith (CFR y Trilateral), hacen que el
mercado mundial tiemble económicamente, las acciones suban o bajen y las
divisas se vean en peligro.
Las naciones están atadas de manos. Las
democracias actuales no deja de ser sino simples estructuras de dos
partidos que no tienen margen de maniobra y están sujetos a la
globalización y control externo. Los políticos son de usar y tirar, pero
siempre son gente con utilidad para el internacionalismo y la
globalización. Y no impiden la imparable privatización de los servicios
públicos y empresas de los países bajo el yugo mundialista. Las empresas
de comunicaciones, energía, medios, empresas estratégicas para el país,
etc., son vendidas sin escrúpulos a corporaciones que inmediatamente
bajan el rendimiento de las mismas, bajan la calidad de los servicios
ofrecidos o las hacen desaparecer. Todo estos afecta al futuro de la
población, el territorio, salud, jubilaciones. Es un movimiento
imparable del que muy poca gente es consciente. Incluso grandes
corporaciones de la alimentación están comprando las fuentes de agua y
hoy las dominan ¿Nos harán pagar el agua a precio de oro? ¿Bajarán su
calidad? ¿Nos matarán de sed?. Fíjense como el poder ahora juega con
todo el asunto medioambiental, como nuevo paradigma, cuando son sus
multinacionales y grandes corporaciones las que contaminan de verdad.
Por todo esto y contestando al enunciado de este artículo ¿Debemos
ser dirigidos por un pequeño grupo de poder, con intereses concretos?
¿Quieren nuestra libertad? ¿Nos quieren traer la paz? ¿Desean lo mejor
para nosotros? ¿Nos harán mejores? etc. Siempre he creído que a pesar de
las buenas palabras y los buenos sentimientos aparentes, quien viene a
salvarnos, en el fondo viene a sojuzgarnos
Pero, ¿Y usted qué opina?…
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