lunes, 8 de diciembre de 2014

¿LA SOLUCIÓN A NUESTROS PROBLEMAS ES EL "NUEVO ORDEN MUNDIAL"? (Editado originalmente el 23/5/2011)

Como continuación a mi artículo que colgué en el blog a finales del año pasado, me gustaría regresar a este asunto con algunas informaciones más sobre este algo tan actual y que algunos vislumbran, otros se ríen, otros no se lo creen y otros, sencillamente, viven en la inopia.

A principios de 1942 y en Filadelfia un cartógrafo llamado Maurice Gomberg creó el mapa del Nuevo Orden Mundial (NOM) que incluyo y que puede verse más detallado y con todos las leyendas en claro en http://bigthink.com/ideas/21338. ¿Qué tiene de particular este mapa? En primer lugar está hecho durante el año 1941, antes de Pearl Harbour (9/12/41) y ya contempla a los Estados Unidos en guerra. Además, explica la forma básica del NOM, llamado en el mapa “Nuevo Orden Moral”, y que sería aplicado por los Estados Unidos, Rusia e Inglaterra, tras ganar la II Guerra Mundial. El mapa da por hecho que van a ganarla. Decir eso en 1941, desde luego, era muy aventurado. También considera a la Unión Soviética un gran aliado para la paz mundial, aparece el Estado de Israel (quizás porque Gomberg era judío), una Irlanda unida, planes de limpieza étnica en Alemania y Japón y devolverles a la Edad Media (como en el Plan Morgenthau, en Alemania concretamente), y bases americanas diseminadas por todo el planeta. No me parece no muy lejos de nuestra realidad algo que se diseñó hace 70 años.

Es muy difícil saber de dónde sacó Gomberg su información para realizar el mapa NOM. De hecho, no se sabe mucho de él, salvo que era un cartógrafo de Filadelfia, como cito más arriba. Algunos hablan  de que este mapa es una maniobra para causar miedo en los Estados Unidos por la supuesta estructura mundial de cariz comunista. No lo sabremos por ahora. Lo que sí se puede deducir que este mapa es un primer intento de una reorganización del mundo, con el benevolente e ingenuo principio de que esta estructura acabaría con las guerras para siempre, y traería la paz permanente, libertad, justicia, seguridad y una reconstrucción mundial. Una posible pista del origen en el que se basó Gomberg para su mapa, fue el discurso de Franklin D. Roosevelt, en el 77 Congreso de la Unión, llamado “Four Freedoms and a Moral Order”. Esa visión de Roosevelt aparece en la parte inferior del mapa. Creo que la discusión puede seguir,  el campo está abierto a cualquier análisis.

De todas maneras, la percepción que puede tener cualquiera de nosotros acerca del NOM es la de un pequeño grupo de individuos poderosos, instituciones, empresas y/o naciones que deben dirigir el mundo y la sociedad por el camino correcto. Esto puede ir contra los deseos del propio mundo, pero al final es por su propio bien y hay que hacérselo entender abiertamente o de forma sutil.  Una de las referencias más recientes al NOM fue la del ex-presidente Bush padre, que citaba el NOM como referencia de los objetivos de los Estados Unidos un un mundo tras la llamada “Guerra Fría”. De todas maneras, la definición NOM, ya aparece en escritos de Cecil Rhodes, el imperialista británico y fundador de Rhodesia, que describe el NOM, él lo llama Gobierno Mundial Federal, bajo la égida de los Estados Unidos e Inglaterra. La Liga de Naciones, antecesora de la ONU, era la primera aproximación al asunto NOM y fue llevada a cabo por el presidente Woodrow Wilson. Incluso HG Wells en su libro “The Open Conspiracy”, en la que se busca el soporte de intelectuales para apoyar la idea de una Democracia Social Mundial y también escribió “The New World Order” en el que detalla como toda una generación de lucha será necesaria para derrotar a los opositores de ese gobierno mundial.

Con esta básica aproximación, también se puede concluir que el NOM era la más benevolente salida a la situación mundial, siempre desde un punto de vista optimista, positivista, socialista e incluso imperialista. Algunos dicen que para alcanzar una secular Nueva Jerusalén, es decir el mejor de los mundos posible. La muerte del comunismo, que como idea ya había muerto antes de la caída de su imperio, puede ser visto como el último argumento contra esta filosofía mundialista. Recuerdo que cuando cayó el Muro de la Vergüenza en 1989, todos parecían sentirse aliviados por quitarse una losa de encima. El peligro nuclear había sido la bandera continuada para que ambos poderes, USA y la Unión Soviética, hiciesen una división del mundo. Parecía que el mundo se encaminaba por fin a un tiempo de paz y resolución de conflictos. Recuerdo también como F. Fukuyama anuncia a bombo y platillo el “fin de la historia”, anunciando además que se iniciaba una época de libertad y democracia como jamás se había visto, con lo que las guerras desaparecerían. Hablaba de una Confederación Planetaria, con una estructura global interdependiente. Era el paso previo al NOM centralizado y controlado por un grupo pequeño de personas.

Como he dicho más arriba, el llegar a un imperio como ese no es una idea nueva, donde todos estaríamos sometidos a una única dirección mundial. Desde sociedades secretas hasta grupos de poder, han hablado más de una vez de conseguirlo y sobre la base de una minoría iluminada o superior podría crear un mundo más racional. Todo ello basándose en que la ciencia, el progreso, la técnica, la producción, es decir, elementos racionales, eliminarían las religiones (y concretamente la cristiana) y cualquier atisbo irracional en el ser humano en esa nueva sociedad controlada.

Creo que Fukuyama pecó de ingenuidad y sólo bastó ver la reacción del sociólogo y asesor de alto nivel S.P. Huntington, cuando publicó su demoledor “El Choque de las Civilizaciones”. En este libro clarividente ya se decía que la historia no había finalizado como preconizaba Fukuyama, sino que venía una época de inestabilidad y conflictos entre diferentes continentes, culturas y razas. En pocas palabras, civilización occidental o juedocristiana tendría como oponentes a África, China y al Islam. Todo ello teniendo como objetivo la supremacía mundial. Pero ¡atención! eso no quiere decir que ambos escritores jueguen en campos distintos, ambos son miembros del CFR (Council on Foreign Relations), en Nueva York, una de las llamadas sociedades civiles más importantes y decisivas en muchas cuestiones que afectan al planeta. 

No solo edita una revista respetada y seguida por mucha gente que sabe cómo se mueve el mundo, “Foreign Affairs”, sino que el CFR está hermanado con el Royal Institute of International Affaires, con sede en Londres. El CFR y su hermana inglesa están en la dirección de organizaciones mundialistas como la CEIP (Carnegie Endowment for International Peace), la Rand Corporation y cerca de treinta fundaciones de menor tamaño e influencia. También están en la Comisión Trilateral, que divide al mundo en tres grandes áreas (¿nos recuerda a 1984?). No solamente su poder es inmenso, ellos detentan el poder real de las finanzas, industria, política, justicia y medios de comunicación en los Estados Unidos e Inglaterra, sino que tienen acceso a cualquier cosa de su interés. Llega hasta tal punto su nivel de soberbia que un miembro norteamericano del CFR llegó a afirmar cínicamente “No importa si ganan los demócratas o los republicanos, siempre gobernamos nosotros”.

Hoy los países están interconectados y perdiendo influencia y poder. Los poderes financieros tiene las riendas de los que sucede o pueda suceder en el mundo. Una simple idea o un comentario de Ben Shalom Bernanke, presidente de la privada Reserva Federal norteamericana o de su antecesor Alan Greenspan Goldsmith (CFR y Trilateral), hacen que el mercado mundial tiemble económicamente, las acciones suban o bajen y las divisas se vean en peligro. 

Las naciones están atadas de manos. Las democracias actuales no deja de ser sino simples estructuras de dos partidos que no tienen margen de maniobra y están sujetos a la globalización y control externo. Los políticos son de usar y tirar, pero siempre son gente con  utilidad para el internacionalismo y la globalización. Y no impiden la imparable privatización de los servicios públicos y empresas de los países bajo el yugo mundialista. Las empresas de comunicaciones, energía, medios, empresas estratégicas para el país, etc., son vendidas sin escrúpulos a corporaciones que inmediatamente bajan el rendimiento de las mismas, bajan la calidad de los servicios ofrecidos o las hacen desaparecer. Todo estos afecta al futuro de la población, el territorio, salud, jubilaciones. Es un movimiento imparable del que muy poca gente es consciente. Incluso grandes corporaciones de la alimentación están comprando las fuentes de agua y hoy las dominan ¿Nos harán pagar el agua a precio de oro? ¿Bajarán su calidad? ¿Nos matarán de sed?. Fíjense como el poder ahora juega con todo el asunto medioambiental, como nuevo paradigma, cuando son sus multinacionales y grandes corporaciones las que contaminan de verdad.

Por todo esto y contestando al enunciado de este artículo ¿Debemos ser dirigidos por un pequeño grupo de poder, con intereses concretos? ¿Quieren nuestra libertad? ¿Nos quieren traer la paz? ¿Desean lo mejor para nosotros? ¿Nos harán mejores? etc. Siempre he creído que a pesar de las buenas palabras y los buenos sentimientos aparentes, quien viene a salvarnos, en el fondo viene a sojuzgarnos

Pero, ¿Y usted qué opina?…

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