sábado, 20 de diciembre de 2014

CONSPIRANOICOS (Editado originalmente el 5/7/2012)


Uno de los asuntos más en boga actualmente y sobre todo como calificador de todo aquel que no está de acuerdo con las explicaciones oficiales, la historia oficial o cualquier otra información o explicación llegada desde el poder y que encima la discute, es tratar a ese disidente con el sistema como “conspiranoico”, que sería el peyorativo calificador de todo aquel que cree que detrás de lo que sucede en nuestra vida normal, social, económica, educacional, etc., hay arreglos y acuerdos inconfesables entre los poderosos para que las cosas sucedan como suceden.
 
Como digo en mi columna de presentación, yo no creo en la teoría de las conspiraciones, yo creo en la teoría de las coincidencias. Y la verdad, cuando repaso la historia en general y algunos capítulos en particular, tengo claro que hay coincidencias muy curiosas. No me considero “conspiranioco”, aunque a mí el término no me resulte ofensivo y menos viniendo de quien viene, que me merece un respeto perfectamente definible.
 
Si nos vamos a la historia y a pesar de que los historiadores oficiales no se cansan de repetir y basar su explicación del ascenso de Hitler al poder democráticamente en Enero de 1933, a una conspiración para conseguirlo. Sin embargo, sólo ven conspiraciones en el ascenso de Hitler y también de Benito Mussolini, pero no en ningún otro sitio.... Para un historiador de la supuesta talla del británico Arnold Toynbee, la victoria de Hitler se debió (y lo dice con aplomo...), al apoyo incondicional de la banca y la industria alemana y a los atentados terroristas nazis culpando a los comunistas de los mismos para ganar el aprecio de los votantes. Una historiadora de origen judío que vive en Francia, Suzanne Labin, llega a afirmar que los bancos judíos fueron los que le dieron el apoyo financiero a Hitler... Quizás conspiraron para ello los financieros pensando que Hitler sería un pelele a sus órdenes, como todos los políticos siempre han sido y son. Si fue así, se equivocaron.
 
El origen y puesta en marcha de la revolución bolchevique de 1917 fue una conspiración desde su inicio y está históricamente demostrado, pero poca gente se para a verlo y a admitirlo, es más viven en la inopia y los medios no hablan apenas de ello. Siempre he dicho que cualquier revolución necesita dos cosas: organización y dinero. El pueblo no tiene organización y dinero menos. Ambas cosas siempre han venido a través de la historia desde arriba, desde los poderosos y sus intereses que mueven al pueblo de turno.
 
Sólo hemos de pensar en la conspiración de las potencias occidentales (léase multimillonarios y banqueros mundialistas), para ayudar sin límite a los revolucionarios comunistas en contra del Zar, que era su aliado en Rusia durante la I Guerra Mundial. También durante esa contienda la conspiración para permitir que Lenin y cientos de bolcheviques cruzasen el campo de batalla europeo sin problemas y llegasen hasta Rusia, con un cargamento de oro para pagar la revolución. 

O la conspiración para ayudar a Trotsky en su periplo desde Nueva York hasta San Petersburgo, con un barco fletado por los mundialistas y con oro para la revolución. La traición de occidente (léase multimillonarios y banqueros mundialistas), contra los ejércitos blancos del Zar guiados por Koltchak y Denikin, que luchaban contra los comunistas y que fueron diezmados por los mismos. Creo que todo esto son conspiraciones o por lo menos existe la coincidencia de que siempre son los mismos banqueros o grandes sagas familiares financieras, las que dan soporte a un tipo concreto de principio político por sus intereses. Aunque también ayudan y fomentan el capitalismo, con lo cual juegan a dos bandos y siempre ganan ¿Es conspiración, es casualidad, es coincidencia...?
 
Incluso si nos vamos a la II Guerra Mundial, la ayuda recibida por la Unión Soviética fue totalmente desproporcionada para una nación que era la antítesis de los Estados Unidos, al menos en teoría. ¿No fue una conspiración, una coincidencia el clamor aliado anti Italia o anti Alemania, por el Anchluss, la remilitarización de Renania o la colonización de Etiopía por las tropas del Duce, incluso los  Acuerdos de Munich que fueron acordados por dirigentes votados democráticamente? Sin embargo, el silencio clamoroso de esos mismos quejosos aliados por la ocupación soviética-bolchevique de las tres repúblicas bálticas, media Polonia, Finlandia, Bukovina del Norte, Mongolia Exterior, Ucrania, Armenia, Uzbekistán, Carelia Meridional, Georgia, Azerbaiyan, Tadjikistán, Kirguzia, Turkmenistán, etc., da mucho que pensar y a mí me suena otra vez a coincidencia...
 
Eso me lleva a pensar que incluso la II Guerra Mundial pudo ser un montaje conspirativo o de coincidencia, cuando pienso en increíble predisposición previa de Francia e Inglaterra para proteger a Polonia y que ayudarían en el caso de que fuese atacada. Era una ayuda que curiosamente contemplaba a un solo culpable: Alemania. Jamás a la Unión Soviética que acabó rematado a la desgraciada Polonia en aquél Septiembre de 1939.
 
Si me voy a la llamada “Guerra Fría”, olvidándome de las muchas guerras que ha habido como Corea, Vietnam, Afganistán, África, Oriente Medio, etc. donde las coincidencias son numerosas, siempre me llamó la atención que de pequeño oía (años 50/60) las posturas irreconciliables de la Unión Soviética y los Estados Unidos, donde parecía haber un peligro real de confrontación nuclear y de repente oía noticias, sobre todo en prensa, donde se hablaba del comercio USA-URSS, sobre todo en el abastecimiento de trigo y maíz norteamericano para los soviéticos. Yo no podía entender como se podía ayudar a un feroz enemigo. Ahora lo tengo claro. Todo era una postura de cara a la galería para justificar desmanes de todo tipo, industria militar, etc.
 
Recuerdo que Anthony Sutton, catedrático de Economía en la Universidad de Los Ángeles y gran conocedor de las relaciones capitalismo-comunismo y que nombraba a muchísimas empresas americanas e inglesas que ya comerciaban con la Unión Soviética desde el principio, incluso en asuntos de ¡¡cooperación militar!! ¡¡Qué coincidencia!!. Por ejemplo, las tres cuartas partes de los barcos utilizados por rusos y chinos para abastecer al Vietcong comunista en su lucha contra los Estados Unidos, habían sido vendidos por los mismos Estados Unidos y otros países occidentales como material obsoleto e incluso chatarra a precio de derribo ¿es coincidencia?. 

La fábrica soviética de tanques y camiones militares de Kama, en la Unión Soviética, había sido construida por la compañía americana Swindel & Dressler Co., utilizando créditos del banco de la familia Rockefeller, Chase Manhattan Bank ¡Qué coincidencia!. Incluso la industria de alta tecnología y robótica de la Unión Soviética, recibió ayuda e impulso bajo el mandato de Nixon y el omnipresente Henry Kissinger ¿Otra coincidencia?...
 
La innegable cooperación financiera con la URSS hasta su caída en 1990, tenía que tener una potente base económica. Ya lo había dicho Lenin que el Crédit Lyonnais era un ejemplo típico de “banco imperialista”. Sin embargo, fue el primer banco en abrir sucursal en un país socialista. Luego vino el Chase Manhattan que ya desde los años 20 ayudaba financieramente a la Unión Soviética, hasta tener una oficina en Moscú en 1973. En ese mismo año ya había veinte grandes bancos occidentales operando en el “paraíso del proletariado”. Seguro que es una coincidencia todo esto...

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