viernes, 5 de diciembre de 2014

VALKIRIA 1/3 (Editado originalmente le 21/7/2014)


Ayer se conmemoró el 70 aniversario del atentado al Führer en Rastenburg, el 20 de Julio de 1944. Fue la llamada Operación Valkiria y la idea era terminar con la vida de Hitler, buscar la paz con los aliados y formar un nuevo gobierno. Ha habido libros, películas, comentarios, tertulias, etc., y sigue siendo un tema que Alemania analiza en cada aniversario tratando de arrojar luz a lo que pasó en realidad y a los actores que participaron.

El atentado tuvo lugar en el momento álgido de la batalla de Normandía, la lucha en Italia y el avance soviético hacia Polonia. Muchos de los participantes fueron juzgados y ajusticiados, alguno logró escapar y el golpe no obtuvo el objetivo buscado. No voy a entrar en valoraciones sobre los personajes que llevaron a cabo la acción, pero sí que me gustaría contar con la opinión de alguien que vivió la situación en Berlín en aquel 20 de Julio. Se trata de Otto Ernst Remer, que en Mayo de 1944 fue nombrado comandante del Regimiento de la Guardia “Grossdeutschland” en Berlín.
Otto Remer nació en 1912. Se alistó en el ejército en 1930 y durante la II Guerra Mundial sirvió como oficial de primera línea en Polonia, los Balcanes y en la campaña de Rusia. Fue herido en ocho ocasiones y obtuvo la Cruz Alemana en Oro, la Cruz de Hierro y otras condecoraciones. Es decir, estoy hablando de un militar alemán de primer orden.

En el caso que nos ocupa, Operación Valkiria, Remer tuvo un papel clave en hacer fracasar el golpe de Claus von Stauffenberg y otros conspiradores para matar a Hitler y tomar el control del gobierno alemán el 20 de Julio. Ese día, uno de los conspiradores Paul von Hase, ordenó a Remer y sus tropas que sellasen los edificios gubernamentales en el centro de Berlín y arrestasen al Ministro de Propaganda Joseph Goebbels. Cuando todos pensaban que Hitler había muerto, Goebbels puso en contacto telefónico directo a Remer con Hitler, que le ordenó que arrestase a los conspiradores en la capital y acabar con el intento de golpe. Remer lo hizo rápido y sin coste alguno en vidas.

Promocionado a Coronel, tomo parte en la ofensiva de las Ardenas en Diciembre de 1944. Fue promocionado a Generalmajor el 30 de Enero de 1945. En las últimas semanas de la guerra estuvo el mando de una división panzer en Pomerania. Tras al guerra ayudó a fundar el Partido Socialista del Reich (SRP), que fue más tarde prohibido. Tras ser sentenciado por un tribunal a prisión por negación del Holocausto, emigró a España donde murió en el exilio en Octubre de 1997.

 Si entramos en más detalle sobre la participación de Remer en Berlín hemos de conocer un poco cuales eran sus asignaciones en esa posición. Básicamente era un cargo como recompensa a su extraordinaria carrera militar y sus heridas. Estuvo sólo 4 meses allí, Valkiria incluida, hasta que solicitó regresar al frente con sus camaradas. Su misión como comandante fue para trabajos puramente ceremoniales, salvaguardar el gobierno y la capital del Reich. En aquella época había más de un millón de trabajadores extranjeros en Berlín y su extrarradio y siempre se tuvo en cuenta la posibilidad de un levantamiento. Sobre el mediodía del 20 de Julio, el primer teniente Dr. Hans Hagen, que había sido gravemente herido en el frente, acabó su charla sobre historia de la cultura frente a los oficiales y mandos del regimiento. Estaba en su regimiento solo administrativamente y no como oficial político nacionalsocialista, como a veces se ha dicho. Remer era el único líder tanto político como militar de la unidad.

Invitó a Hagen a un almuerzo en su oficina del cuartel en Rathenow, junto a su ayudante el primetr teniente Siebert. Éste, que había perdido un ojo en combate, fue pastor de la Iglesia Confesional, una rama de la Iglesia Protestante que se había opuesto a Hitler. Oficiaba cada Domingo en la iglesia de la Guarnición con el permiso expreso de Remer, a pesar de que él había abandonado la iglesia. Entre ellos la libertad era la regla de actuación.

En esos días algo así era perfectamente posible, sin repercusiones.  De todas formas, antes de que Remer escogiese a Siebert por su personalidad como ayudante, éste le confió que mientras fue un SA había entrado en una oficina de la Gestapo para coger documentos que incriminaban a sus compañeros de la Iglesia Confesional. Esta confesión le demostró a Remer que Siebert era un hombre fiable, como demostró.

A principios de la tarde de ese día, el regimiento como todas las unidades de reemplazamiento, estaban alerta por la palabra clave “Valkiria”, el código para poner en guardia a las tropas en la capital. Mientras que el regimiento de Remer puso en marcha las medidas acordadas, él fue convocado mientras estaba en la piscina. En cumplimiento de sus órdenes condujo su coche rápidamente al puesto designado para él, el Centro de Mando de la Ciudad de Berlín. Mientras que otros comandantes de unidad esperaban en la sala de espera, sólo él fue recibido por el comandante de la ciudad, Mayor General von Hase, que le entregó las órdenes sobre la situación y su tarea: “¡El Führer ha tenido un accidente fatal! El desorden civil ha estallado. ¡El ejército ha asumido la autoridad ejecutiva! Se ordena al Regimiento de la Guardia que concentre una fuerza potente, reforzada para el contraataque, con la orden de sellar el barrio gubernamental para que nadie, ¡ni un general o un ministro puedan entrar o salir! ¡Para ayudarle en el sellado de calles y pasos subterráneos, dispondrá del Teniente Coronel Wolters a sus órdenes!

Tal como se emitieron las órdenes, Remer estaba extrañado por la circunstancia de que un oficial joven del Estado Mayor, el Mayor Heissen asistiese, mientras que el antiguo oficial general al que él conocía personalmente, estaba de pie, como atontado y visiblemente nervioso. Podemos imaginar que Remer estaba casi en shock por todas las circunstancias repentinas que estaba viviendo y por las palabras del general, ya que creía que con la muerte de Hitler desaparecía un posible giro favorable de la guerra. Remer preguntó si el Führer estaba realmente muerto y si había sido un accidente o un asesinato, si habían habido revueltas civiles, etc., ya que él no había visto nada especial mientras conducía hasta allí por las calles de Berlín. También preguntó por qué se daba autoridad ejecutiva al Ejército y no a la Wehrmacht, quien sería el sucesor de Hitler ya que en el testamento de Hitler, Göring era su sucesor automáticamente. ¿Había emitido Göring alguna orden o proclamación?

Evidentemente, Remer no recibió información detallada alguna, ni respuestas claras a sus preguntas y la situación se fue volviendo más extraña y él sentía que algo no era de fiar en todo aquello desde el principio. Cuando trató de echar un vistazo a los papeles que estaban sobre la mesa, sobre todo para ver quién había firmado las órdenes, el Mayor Hayessen ostentosamente reunió todos los papeles y los puso en una carpeta. Mientras volvía a su regimiento pensaba que Hitler había muerto, reinaba la confusión y que varias personas tratarían de alcanzar el poder. De todas formas, decidió que en cualquier caso no debería perder la capacidad de comandar la única unidad militar de élite en Berlín. Su regimiento estaba formado totalmente por soldados veteranos con condecoraciones al valor. Cada oficial tenía la Cruz de Hierro. Estaba preocupado por los hechos de 1918, en los que se reprochó a la guardia de Berlín por su vacilación, que contribuyó al triunfo de la revolución. Y Remer no quería estar expuesto a un reproche similar ante la historia.

Cuando estuvo con sus tropas, reunió a sus oficiales y les informó de la situación y de las órdenes recibidas. La supuesta muerte de Hitler dejó en shock a los presentes. Nunca en su vida incluso en la rendición alemana había visto Remer tanto abatimiento. Y creo que a pesar de las historias que nos explican hoy sobre el suceso, este sentimiento fue cierto. No guardó ningún secreto a sus oficiales a pesar de que no todo estaba claro e incluso misterioso para Remer. Pidió expresamente la confidencialidad absoluta y la obediencia incondicional como en el frente, a cada uno de sus oficiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario