viernes, 5 de diciembre de 2014

¿ERA NECESARIO HUNDIR EL BISMARCK? (Editado originalmente el 16/10/2013)


Fue una de las batallas épicas de la II Guerra Mundial y seguramente de las más conocidas. Todo muy heroico aquel 27 de Mayo de 1941. A pesar de ello, yo aún me pregunto ¿Era necesario ese hundimiento? Le costó la vida a más de dos mil marineros que supieron hundirse con su barco y su capitán al frente. Con sus timones destrozados y su velocidad al mínimo por el ataque de torpedos, el Bismarck y sus más de  2.400 hombres  a bordo, eran como un patito de feria para la Royal Navy. En dos horas el acorazado alemán era una ruina destrozada de metal retorcido, fuegos en todas las cubiertas y la tripulación muriendo bajo el impacto continuado de proyectiles inmisericordes.

Pero la agonía del barco no se acabó. Tras el bombardeo por barcos y aviones de guerra británicos, fue rematado por torpedos, yéndose al fondo y quedando sólo unos 200 supervivientes. Un marinero británico, Tommy Byers, sirvió en uno de los barcos que atacaron al Bismarck. Él fue testigo del intento de rendición del acorazado alemán hace ya 70 años. El hundimiento del Bismarck fue la venganza por el hundimiento del HMS Hood unos días antes. Para la Royal Navy fue un triunfo el vengar a HMS Hood, que era la joya de la corona británica en los mares. Pero el hijo de Tommy Byers, dice que la batalla podía haber acabado de una manera muy diferente, ya que la tripulación alemana trató de rendirse en la cúspide del bombardeo sobre el barco.

Tommy Byers estaba a bordo del “HMS Rodney”, y mantuvo hasta su muerte  en 2004 que el barco alemán que fue hundido cerca de las costas francesas en el Atlántico, ondeó la bandera negra que es la llamada naval reconocida para parlamentar. En la flota británica de ataque y en los aviones de RAF, se hizo caso omiso de esta señal inequívoca. Byers y otro marinero también vieron una señal luminosa de código morse, que interpretaron como una rendición, junto a un marinero alemán que movía banderas con el mismo mensaje. Los oficiales de la Royal Navy se dieron cuenta de estas señales, pero estaban determinados a seguir la orden de Winston Churchill de “hundir el Bismarck”. El Primer Ministro quería vengar al “Hood”, donde excepto tres marineros, habían muerto 1.418 tripulantes.

Pero podemos verlo desde otra óptica. Si se hubiese capturado al Bismarck, como se habían capturado U-Boots, las vidas de cientos de marineros alemanes se hubiesen salvado. Incluso el barco hubiese sido un excelente trofeo militar, permitiendo a los ingenieros ingleses conocer los detalles técnicos y militares de ese poderoso acorazado de bolsillo y saber cómo era su gemelo el “Tirpitz”. Pero ¿Por qué no aceptar la rendición del Bismarck? Pueden haber argumentos de peso para comprender la decisión de la Royal Navy de ignorar las señales de rendición desde el barco alemán. Según los informes de la Royal Navy, el Bismarck estuvo contestando hasta el final al fuego británico, por lo que no tenía muchas más oportunidades que ser destruido. Según el historiador del Imperial War Museum de Londres, el almirante del Bismarck era un fanático seguidor de Hitler y en los telegramas que envió escribió “lucharemos hasta el final” y podía haber sido peligroso aceptar la rendición ya que el “HMS Devonshire” recogió a unos 200 supervivientes, pero tuvo que dejar a muchos más por la actividad de los submarinos alemanes en la zona.

Pero volvamos con Tommy Byers que era oficial de artillería en el “HMS Rodney”. Él vio la batalla con sus prismáticos desde una distancia de dos millas. Y lo que explica es espeluznante. El “HMS Rodney” estaba muy cerca del Bismarck en términos de artillería naval y era porque el Bismarck ya no respondía al fuego británico. Era una masa de acero inerte e incendiada en el mar. Byers dijo que “Muy pronto comenzaron a saltar marineros por la borda. No podían soportar el infierno a bordo del barco. Uno en particular sobre la torreta B, movía sus brazos haciendo señales. Lo vi y se lo dije al oficial de artillería, teniente Crawford. Me dijo que “No quiero saber nada de señales ahora”. Entonces izaron la bandera negra para poder hablar con nosotros... pero Crawford no tenía ninguna. Luego iniciaron las señales morse con un foco y Crawford dijo “No haga informe sobre eso”

Kevin Byers el hijo, dice que “mi padre sabía lo que vio. Se sintió culpable de no hacer nada más en aquel momento, pero no tenía el rango para tomar decisiones, ni ser escuchado. Murieron más de 2.000 hombres y eso lo arrastró toda su vida” El segundo testigo fue el teniente Donald Campbell, el oficial de defensa aérea del “HMS Rodney”. Él vio también las señales morse luminosas y eso mismo también fue dicho por un marinero a bordo del “HMS Dorsetshire”.

Averiado por el ataque de torpedos del portaaviones “Ark Royal”, el Bismarck trató de buscar refugio dirigiéndose hacia las costas francesas, pero fue encajonado por el “HMS Rodney” y el “HMS King George V”. El historiador arriba citado, dijo que le almirante alemán envió telegramas a Hitler de que el barco lucharía hasta el fin y añade que “Es posible que algunos marineros tratasen de rendirse, pero estaban en una situación sin esperanza alguna”

Sigo creyendo que el hundimiento del Bismarck no era necesario en la situación en que estaba dicho barco. Fue un empecinamiento personal de Churchill y su odio desproporcionado a Alemania, Hitler y cualquier cosa que significase ese régimen. Hubiese demostrado más grandeza permitiendo salvar a esos jóvenes marineros que descansan a 5.000 metros de profundidad y que se hundieron cantando el himno alemán, según testigos. Hitler permitió salvar a 300.000 soldados ingleses y franceses en Dunkerke, pudiendo haber acabado con ellos sin problemas. No lo hizo. Él quería la paz con Inglaterra, pero Churchill prefirió perder todo el Imperio Británico y convertir a Inglaterra en un lacayo de los USA, como exactamente pasó.

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