Fue una de las batallas épicas de la II Guerra Mundial y seguramente de las más conocidas. Todo muy heroico aquel 27 de Mayo de 1941. A pesar de ello, yo aún me pregunto ¿Era necesario ese hundimiento? Le costó la vida a más de dos mil marineros que supieron hundirse con su barco y su capitán al frente. Con sus timones destrozados y su velocidad al mínimo por el ataque de torpedos, el Bismarck y sus más de 2.400 hombres a bordo, eran como un patito de feria para la Royal Navy. En dos horas el acorazado alemán era una ruina destrozada de metal retorcido, fuegos en todas las cubiertas y la tripulación muriendo bajo el impacto continuado de proyectiles inmisericordes.
Pero
la agonía del barco no se acabó. Tras el bombardeo por barcos y aviones de
guerra británicos, fue rematado por torpedos, yéndose al fondo y quedando sólo
unos 200 supervivientes. Un marinero británico, Tommy Byers, sirvió en uno de
los barcos que atacaron al Bismarck. Él fue testigo del intento de rendición
del acorazado alemán hace ya 70 años. El hundimiento del Bismarck fue la
venganza por el hundimiento del HMS Hood unos días antes. Para la Royal Navy
fue un triunfo el vengar a HMS Hood, que era la joya de la corona británica en
los mares. Pero el hijo de Tommy Byers, dice que la batalla podía haber acabado
de una manera muy diferente, ya que la tripulación alemana trató de rendirse en
la cúspide del bombardeo sobre el barco.
Tommy
Byers estaba a bordo del “HMS Rodney”, y mantuvo hasta su muerte en 2004
que el barco alemán que fue hundido cerca de las costas francesas en el
Atlántico, ondeó la bandera negra que es la llamada naval reconocida para
parlamentar. En la flota británica de ataque y en los aviones de RAF, se hizo
caso omiso de esta señal inequívoca. Byers y otro marinero también vieron una
señal luminosa de código morse, que interpretaron como una rendición, junto a
un marinero alemán que movía banderas con el mismo mensaje. Los oficiales de la
Royal Navy se dieron cuenta de estas señales, pero estaban determinados a
seguir la orden de Winston Churchill de “hundir el Bismarck”. El Primer
Ministro quería vengar al “Hood”, donde excepto tres marineros, habían muerto
1.418 tripulantes.
Pero
podemos verlo desde otra óptica. Si se hubiese capturado al Bismarck, como se
habían capturado U-Boots, las vidas de cientos de marineros alemanes se
hubiesen salvado. Incluso el barco hubiese sido un excelente trofeo militar,
permitiendo a los ingenieros ingleses conocer los detalles técnicos y militares
de ese poderoso acorazado de bolsillo y saber cómo era su gemelo el “Tirpitz”.
Pero ¿Por qué no aceptar la rendición del Bismarck? Pueden haber argumentos de
peso para comprender la decisión de la Royal Navy de ignorar las señales de
rendición desde el barco alemán. Según los informes de la Royal Navy, el
Bismarck estuvo contestando hasta el final al fuego británico, por lo que no
tenía muchas más oportunidades que ser destruido. Según el historiador del
Imperial War Museum de Londres, el almirante del Bismarck era un fanático
seguidor de Hitler y en los telegramas que envió escribió “lucharemos hasta el
final” y podía haber sido peligroso aceptar la rendición ya que el “HMS
Devonshire” recogió a unos 200 supervivientes, pero tuvo que dejar a muchos más
por la actividad de los submarinos alemanes en la zona.
Pero
volvamos con Tommy Byers que era oficial de artillería en el “HMS Rodney”. Él
vio la batalla con sus prismáticos desde una distancia de dos millas. Y lo que
explica es espeluznante. El “HMS Rodney” estaba muy cerca del Bismarck en
términos de artillería naval y era porque el Bismarck ya no respondía al fuego
británico. Era una masa de acero inerte e incendiada en el mar. Byers dijo que
“Muy pronto comenzaron a saltar marineros por la borda. No podían soportar el
infierno a bordo del barco. Uno en particular sobre la torreta B, movía sus
brazos haciendo señales. Lo vi y se lo dije al oficial de artillería, teniente
Crawford. Me dijo que “No quiero saber nada de señales ahora”. Entonces izaron
la bandera negra para poder hablar con nosotros... pero Crawford no tenía
ninguna. Luego iniciaron las señales morse con un foco y Crawford dijo “No haga
informe sobre eso”
Kevin
Byers el hijo, dice que “mi padre sabía lo que vio. Se sintió culpable de no
hacer nada más en aquel momento, pero no tenía el rango para tomar decisiones,
ni ser escuchado. Murieron más de 2.000 hombres y eso lo arrastró toda su vida”
El segundo testigo fue el teniente Donald Campbell, el oficial de defensa aérea
del “HMS Rodney”. Él vio también las señales morse luminosas y eso mismo
también fue dicho por un marinero a bordo del “HMS Dorsetshire”.
Sigo
creyendo que el hundimiento del Bismarck no era necesario en la situación en
que estaba dicho barco. Fue un empecinamiento personal de Churchill y su odio
desproporcionado a Alemania, Hitler y cualquier cosa que significase ese
régimen. Hubiese demostrado más grandeza permitiendo salvar a esos jóvenes
marineros que descansan a 5.000 metros de profundidad y que se hundieron
cantando el himno alemán, según testigos. Hitler permitió salvar a 300.000
soldados ingleses y franceses en Dunkerke, pudiendo haber acabado con ellos sin
problemas. No lo hizo. Él quería la paz con Inglaterra, pero Churchill prefirió
perder todo el Imperio Británico y convertir a Inglaterra en un lacayo de los
USA, como exactamente pasó.
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