Ahora que se han destapado las escuchas-espías de USA sobre países aliados
(nada nuevo, por otro lado, de qué nos extrañamos...), parece que el mundo ha
descubierto de repente lo peligroso y poco protegidos que están nuestros
mensajes verbales o escritos por el teléfono móvil o lo que escribimos y vemos
en Internet. Es evidente que dejamos una huella cada vez que marcamos un número
de teléfono o entramos en una página web y el rastro es seguido por todo aquel
estado que lo desee. Nunca había pasado en la historia algo así. Nunca
hemos estado más desprotegidos, ni más en manos del estado-policía para el que
todos somos somos sospechosos. Siempre he dicho que la tecnología avanza, nunca
va hacia atrás y si un sistema de control hoy alcanza 1.000, en poco tiempo
alcanzará 100.000 y poco después 1.000.000 y así hasta el infinito. No seamos
pusilánimes. Lo que hemos de saber es que eso existe y defendernos frente al
“Hermano Mayor”.
Todo esto viene a cuento por la noticia aparecida estos días de que tanto en
Francia como en USA, Israel ha estado involucrada en este seguimiento masivo de
comunicaciones entre los estados y las comunicaciones privadas entre
ciudadanos. Por supuesto Israel da la callada por respuesta y la culpa cae
sobre los USA y otros estados en Europa. Tampoco es nada nuevo. Israel siempre
ha luchado por sus intereses pasando por encima de quien hiciese falta y sin
dar explicaciones a nadie. Y si alguien se quejaba, se le tildaba de
anti-semita y fin de la historia. Pero estos movimientos “bajo la mesa” entre
USA e Israel, vienen de lejos y no es la primera vez que Israel deja a los USA
a los pies de los caballos. Ha sido su proceder habitual con un aliado que ha
hecho morir a sus hijos por ese pequeño país de Oriente Medio, cuyos ciudadanos
están diseminados por todo el planeta.
Recuerdo que en 1968, Richard Helm, director de la “Central Intelligence”,
escribió urgentemente al Fiscal General de los USA, Ramsey Clark y al
presidente Lyndon B. Johnson, que parte del uranio altamente enriquecido que se
usaba en la central nuclear israelí de Dimona, había sido robado en los
Estados Unidos. LB Johnson le contestó “No se lo diga a nadie, ni siquiera a
Dean Rusk (Secretario de Estado), ni a Robert McNamara (Secretario de
Defensa)". El FBI puso en marcha una profunda investigación a la
inexplicable pérdida de la NUMEC (Nuclear Materials and Equipment Corporation)
de Pennsylvania, y las muy sospechosas actividades y conexiones israelíes con
los americanos que allí trabajaban. Se encargó a la CIA saber qué estaba
pasando en Israel, y obtuvo miles de documentos sobre el incidente. Los mandos
de la CIA que estaban en una posición que les permitía saber qué había
ocurrido de forma no-oficial, dijeron que durante décadas habían habido por
parte de la CIA, unas maniobras de distracción que habían frustrado la
desclasificación y entrega de los memorandums de Lyndon B. Johnson sobre este
asunto.
En este pasado mes de Octubre, concretamente el día 18, la única agencia
capaz de pasar por encima de la CIA, el ISCAP (Interagency Security
Classification Appeals Panel), envió una nota diciendo que los americanos no
estaban todavía preparados para conocer el contenido de esos memorandums. Esta
negativa a la desclasificación pública de secretos de hace décadas sobre las
relaciones secretas USA-Israel, no es única en la historia americana. A pesar
de que Barack Hussein Obama y su administración prometieron una transparencia
sin precedentes, han castrado la posibilidad de que los ciudadanos sean
informados sobre temas clave en política interior y exterior de su propio país.
El antiguo Secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld, dijo en 2006 algo ante
los periodistas que fue muy comentado durante una reunión sobre la guerra de
Irak. Era un trabalenguas “Hay datos conocidos. Eso son cosas que sabemos que
conocemos. Pero también hay datos conocidos desconocidos. Es decir, hay cosas
que sabemos, que no sabemos. Pero también hay datos conocidos desconocidos. Hay
cosas que no sabemos que no sabemos”. El que lo entienda que lo compre... El
secretismo de la administración Bush y las declaraciones de Rumsfeld fracasaron
en evitar que el público no se diese cuenta gradualmente que la invasión se
basó en pretextos pre-fabricados. Y la debacle de Irak se podía haber evitado
si los americanos hubiesen estado mejor informados. Eso nos demuestra lo bien
que funciona el sistema de comunicación masiva para desinformar o hacer creer a
la gente lo que no es.
Muchos oficiales y mandos que sabían lo que había sucedido se llevaron sus
secretos a la tumba. Como un producto del poder y la nefasta influencia del
lobby israelí, el montón de “datos conocidos desconocidos” es enorme. Muchos
ciudadanos curiosos y periodistas “libres” han querido saber cual esa relación
especial USA-Israel, amparándose en la FOIA (Freedom of Information Act). Pero
ha resultado en vano en todos los casos ya que el manto protector del gobierno
USA ha impedido entrar en ese espinoso terreno. Se pueden repasar algunos
asuntos sobre estas particulares relaciones USA-Israel, donde queda claro que
el poder de influencia, corrupción y chantaje del lobby israelí en los USA, es
la única explicación posible de por qué siguen siendo secreto muchos asuntos de
primer orden que, al final nos afectan o han afectado, a todos.
Por ejemplo, la política israelí de Henry Morgenthau hijo, relacionada con
el nacimiento de Israel. Algunos investigadores dicen que el antiguo Secretario
del Tesoro de Delano Roosevelt, estuvo presente en la reunión de 1945 de los
Sionistas Americanos, con el director de la Agencia Judía David Ben-Gurion,
para poner en marcha la red de contrabando llamada Haganah, para robar, comprar
ilegalmente y aprovecharse de los sobrantes de armas de la II Guerra Mundial de
los USA, para los terroristas judíos en Palestina. Este fue el primer mayor
desafío del lobby judío a la soberanía USA. Pasó exitosamente por encima de la
política USA de neutralidad y leyes de exportación de armas. Otros
investigadores también sustentan que Morgenthau también fue pieza fundamental
en la financiación ilícita para el programa clandestino de armas atómicas, en
oposición directa a la política de los presidente americanos.
El polvoriento dossier de 10.000 páginas del FBI sobre Morgenthau, numerado
105-HQ-188123 (el código 105 significa “contra-inteligencia extranjera”),
que incluye documentos interceptados de Israel a Morgenthau, podría aclarar
todos estos puntos citados. A pesar de que el FBI dice, tras un proceso que
empezó en 2010, que había desclasificado totalmente el “archivo Morgenthau”,
los censores habían “blanqueado” casi cada página con un rodillo de tinta
negra. Y aquí surge la pregunta “¿Qué hacen altos mandos con fuertes lazos con
Israel y su lobby, que políticamente están agregados al Departamento del Tesoro
USA, burlándose de las leyes USA con su propia coordinación extranjera de
movimientos políticos? Parece que el FBI y el Departamento de Justicia creen
que los ciudadanos americanos no están preparados para saberlo...
Otro ejemplo, el famoso “Caso Lavon”, durante la presidencia de Eisenhower.
En 1954 el gobierno israelí lanzó la llamada “Operación Susannah”, que fue el
ataque terrorista de falsa bandera contra instalaciones militares USA en
Egipto. Los integrantes de este operativo fueron rápidamente arrestados cuando
sus explosivos estallaron antes de hora. Ese fallo abrió la crisis que he
indicado más arriba bajo el nombre de “Caso Lavon”. El presidente Eisenhower,
rodeado periódicamente por los lobistas del “American Zionist Council” que le
urgían a enviar dinero y armas a Israel, deberían de haber aprendido algunas
duras lecciones sobre las relaciones USA-Israel tras el incidente. Sin embargo,
el archivo presidencial de Eisenhower, que no está sujeto a la FOIA, nunca ha
publicado nada revelador sobre cómo reaccionó el gobierno USA al pretendido
ataque de falsa bandera. Una pequeña solicitud de esos archivos sólo consiguió
la desclasificación de una opinión no especificada en la que el Comandante en
Jefe creía que los israelíes eran “fanáticos”. Pero el objetivo de esa
operación de falsa bandera, atacando para mantener a las tropas USA
estacionadas en la zona del Canal de Suez y para que respondiesen a los
“militantes egipcios”, parecía totalmente racional a Israel y seguramente para
muchos de los que apoyaban esas políticas en los USA que habían luchado para
minimizar la importancia del “Caso Lavon”. En la actualidad los archiveros de
Eisenhower dicen que hay una cantidad enorme de documentación sin “procesar”
todavía...
Otro ejemplo que he citado más arriba, el robo de material nuclear de la
NUMEC en Pennsylvania. Incluso en 2013, la CIA se resiste a entregar miles de
documentos y archivos sobre el asunto NUMEC y ello viene de la decisión secreta
de 1979 de John H. Stein, Director de Operaciones de la CIA. Stein dijo
que la entrega incluso de un pequeña porción de esa documentación de la CIA,
era imposible “por la necesidad de tener una posición coordinada de la Rama
Ejecutiva y nuestro deseo de proteger un valioso y sensible equilibrio de esa
coordinación” En Roman Paladino, Stein decía que los ciudadanos americanos no
tienen todavía la confirmación oficial de la CIA del robo del uranio, porque
entonces el presidente USA debería detener ese sinsentido de “ambigüedad
estratégica” y explicar lo que la inteligencia israelí estaba canalizando hacia
los USA.
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