Kennedy
es un tema que gusta y no sólo por la celebración del cincuentenario de su
asesinato, sino por el aura que tenía y aún tiene, este presidente americano.
Ya lo dije en un artículo reciente, su vida es un cúmulo de circunstancias que
lo hacen muy interesante para una mayoría de la población. Los medios también
han ayudado a esta construcción del mito y cada rincón de lo que era o hacia,
parece tener repercusión incluso hoy. Sin embargo y ahondando en el tema de su
asesinato, quiero ampliar información que ya indiqué en otro artículo que
escribí en este otoño. Haremos un poco de cronología del su muerte, personajes
involucrados y posibles causas.
El
4 de Junio de 1963, Kennedy firmó la Orden Ejecutiva 11110, por la cual el
gobierno de los Estados Unidos recuperaba el poder para imprimir dinero sin
tener que pasar por la Reserva Federal (propiedad y manejada por los
Rothschilds a través de 7 bancos privados). Es decir, le daba un zarpazo brutal
al control y generación de la deuda de la Fed, y le daba a la población la
posibilidad de créditos blandos para desarrollar sus vidas. Dinero americano
para los americanos en oposición al beneficio imparable de una élite extranjera
e internacionalista. Kennedy llegó a imprimir y poner en circulación los
llamados “dólares Kennedy” eliminando buen aparte de la simbología másonica en
ellos. Era una orden para el Departamento del Tesoro “Para emitir certificados
de plata contra cualquier lingote de plata, o dólares en metal tanto de oro
como de plata existentes en la Tesorería. Esto significaba que por cada onza de
plata en la bóveda de la Tesorería americana, el gobierno pudiera introducir el
nuevo dinero en circulación estaba basado físicamente en la plata en lingotes
que estuviesen allí. Como resultado, más de $4 mil millones de dólares en
billetes de Estados Unidos entraron en circulación en denominaciones de $2 y $5
dólares. Nunca circularon los billetes de Estados Unidos de $10 y $20 dólares
que estaban impresos por el Departamento del Tesoro cuando Kennedy fue
asesinado. Parece obvio que el Presidente Kennedy sabía que el dinero de la
Reserva Federal usado como el pretendido dinero legal, era contrario a la
Constitución de los Estados Unidos de América.
Los
billetes de Estados Unidos "fueron emitidos como divisas libres de interés
y deudas avaladas por las reservas de plata en la Tesorería americana. Si
comparamos un billete de la Reserva Federal emitida por el privado Banco
Central de los Estados Unidos (Banco de la Reserva Federal/Sistema de la
Reserva Federal), con un "billete de Estados Unidos" de la Tesorería
americana emitida por la orden del ejecutivo del Presidente Kennedy, parecen
iguales, excepto porque uno dice "Reserva Federal Note" en la parte
superior mientras que el otro dice "United States Note". Asímismo, el
billete de la Reserva Federal tiene sello y el número de serie color verde
mientras que el billete de Estados Unidos tiene un sello y el número de serie
en rojo.
Kennedy
sabía que si los billetes de Estados Unidos avalados en plata circulaban
ampliamente, ellos eliminarían la demanda de billetes de la Reserva Federal.
Ésta es una cuestión muy simple de economía. El USN (billete de EEUU) se
avalaba en metal plata y el FRN (billete de la Reserva Federal) no estaba
avalado con algo de un valor intrínsico. El decreto del ejecutivo 11110 podría
haber impedido la deuda nacional creciente alcanzar el nivel actual
(virtualmente se han creado casi $9 trillones de deuda federal desde 1963) si
Lyndon B. Johnson o cualquiera de los posteriores presidentes le hubiesen dado
curso. Esto habría permitido al Gobierno americano casi inmediatamente la
capacidad de reembolsar su deuda sin ir a los Bancos de la Reserva Federal
privada pagándoles intereses para crear "dinero". El Decreto 11110 le
dio la habilidad al EE.UU., una vez más, de crear su propio dinero avalado en
metal-plata y dominio del valor digno de algo.
Menos
de seis meses después, 22 de Noviembre, era asesinado en Dallas, y los billetes
de Estados Unidos que él había emitido se sacaron inmediatamente de
circulación. Los billetes de la Reserva Federal continuaron sirviendo como el
dinero legal de la nación. Según el Servicio Secreto de Estados Unidos, el 99%
de todo el papel "moneda" americano que circula son billetes de la
Reserva Federales. Eso me recuerda a algo que también he comentado en este blog
y es el asesinato de Lincoln por los mismos motivos, imprimir su propio dinero
para los ciudadanos y no depender de banqueros extranjeros internacionalistas.
La
Orden Ejecutiva 11110 fue rescindida, que no anulada... sigue vigente, por el
sucesor Lyndon Baines Johnson, en una de sus primeras decisiones al llegar al
cargo y con el cadáver de Kennedy aún caliente. Y, evidentemente, Johnson
introdujo a los USA de lleno en la guerra de Vietman. Algo que su antecesor
quería detener y retirarse de allí. Eso no sentaba bien a la industria militar
ni al Pentágono que necesitaba su guerra para sus propósitos. La guerra de
Vietnam y su origen puede ser discutido, pero lo que queda claro es que una
buena razón para la misma, al igual que los franceses anteriormente, era el
control de la fabricación y de las rutas de la droga en Extremo Oriente. Algo
similar a Afganistán, con los soviéticos primero y ahora con USA y una
coalición, que no olvidemos nunca que produce el 80% del opio y sus derivados
en el mundo ¿Qué tiene Afganistán de particular para que enviemos tropas allí?
¿La democracia? ¿Hacerles ver las bondades de occidente? ¿O la droga y su
control desde el origen? La respuesta es muy fácil.
Otra
buena razón para asesinarle, que también comenté en este blog, fue la temeridad
de Kennedy en controlar y detener el programa atómico israelí y su lucha con el
Primer Ministro de Israel David Ben-Gurion, defendiendo que bajo ninguna circunstancia
aprobaría que Israel se convirtiese en una potencia nuclear. En el periódico
judío Ha’aretz del 5 de Febrero de 1999, hubo una reseña y entrevista con Avner
Cohen sobre su libro “Israel y la Bomba”, donde decía: “El asesinato del
presidente Kennedy trajo un abrupto parón de la tremenda presión que aplicaba
la administración USA sobre el gobierno de Israel para que detuviese su
programa nuclear... y si el presidente hubiese continuado vivo, es muy dudoso
de que Israel pudiera tener hoy la opción nuclear”.
Es
interesante reseñar en este punto que los que hayan visto la película de Oliver
Stone “JFK”, en la que el director llega a otras conclusiones sobre los motivos
del asesinato, deberán saber que el padre de Oliver Stone es judío y esa es una
buena causa para alejar las verdaderas razones del crimen hacia otros presuntos
culpables y despistar a la opinión pública.
Algo que confirma lo que digo es que el asesino de Lee Harvey Oswald se llamaba Jakob Rubinstein, y cuyo nombre completo fue utilizado por la CBS durante la primera hora de transmisión sobre lo sucedido. Luego fue recortado a Jack Ruby ya que Jakob Rubinstein sonaba muy judío... Más tarde Rubinstein le dijo a su abogado William Kunstler, otro judío, lo siguiente y que este abogado revela en su libro de 1994 “My Life as a Radical Lawyer”: “Lo hice para no implicar a los judíos... y proteger a los judíos americanos de un “Progrom” de odio que podría ocurrir por el asesinato de Kennedy”.
Es
evidente que Jakob Rubinstein actuó bajo ordenes de alguien para matar a Oswald
para que no fuese a juicio y que se descubriese que éste había sido un monigote
de alguien muy por encima. La pregunta policíaca surge al instante ¿quién o
quienes fueron los beneficiarios del crimen?
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