lunes, 8 de diciembre de 2014

OPERACIÓN BARBARROJA 1/3 (Editado originalmente el 29/6/2014)

No quiero acabar este mes de Junio de 2104 sin hablar sobre la ofensiva alemana contra la Unión Soviética y el por qué de dicho ataque. El 22 de Junio de 1941 comenzó la ofensiva de 3 ejércitos alemanes, Norte (Leningrado), Centro (Moscú) y Sur (Ucrania) contra el bolchevismo en la Unión Soviética. La lucha fue titánica y como ya he comentado en otros artículos, la gran debacle alemana vino por esa lucha despiadada en el frente del este y el brutal desgaste en tropas y material sufrido. No fue ni el “Día D”, ni Monte Cassino, ni África, ni la “Batalla de Inglaterra”, etc.

A este respecto, ya he comentado también en otros artículos un libro que he recomendado sin dudar y que se titula “Icebreaker” (Rompehielos) de Viktor Suvorov, nombre real Vladimir Rezun, antiguo oficial de la inteligencia soviética que escapó al oeste en 1978. Editado en 1990 en inglés por Hamish Hamilton, es un libro excepcional y es la cúspide de unas investigaciones de una nueva hornada de historiadores rusos, sobre material nuevo, que rompe la historia oficial del por qué ataque alemán a la Unión Soviética.

Todos sabemos que muchos de los más significativos trabajos y libros sobre la historia son ignorados por la “corriente oficial”, los medios de comunicación y sus lacayos, y por ello solo alcanzan a muy pocos lectores. Creo que este es el caso del libro “Icebreaker”. Incluso antes de la aparición de este libro, Rezun ya tenía una sólida reputación con la publicación de cinco libros previos, bajo el seudónimo de V. Suvorov. Estos libros trataban sobre los “trabajos internos” de los militares soviéticos y particularmente de sus operaciones de inteligencia.

Pero en “Icebreaker” se acerca como nadie a los orígenes y desarrollo de la II Guerra Mundial en Europa y concretamente en los entresijos de la Operación Barbaroja de Hitler contra la Unión Soviética, en aquel lejano 22 de Junio de 1941. Desde su edición original en ruso, editado en Francia en 1988 y titulada en “Ledokol”, se han publicado increíblemente casi 90 ediciones en 18 idiomas. A pesar de su importancia como dato histórico, “Icebreaker” ha recibido una mínima atención en todos los países. Los pocos que se han atrevido hablar del libro y su contenido lo han hecho de forma cobarde y evasiva, lo que refleja la irresponsabilidad intelectual del “establishment” académico y periodístico que sigue las pautas “políticamente correctas” ante la historia y de quien fue el "criminal oficial" de la II Guerra Mundial.

Según la visión convencional oficial, Hitler y pérfido ataque forzaron a una neutral y pacífica Unión Soviética a la guerra. Esta visión mantiene que un sorprendido Stalin había creído de forma ingenua al mentiroso Führer alemán. Rechazando esta visión como propaganda política, Suvorov muestra la responsabilidad personal de Stalin en el inicio de las hostilidades y su desarrollo. Pero sobre todo, este libro detalla las enormes preparaciones soviéticas para una invasión de Europa en el verano de 1941, con el objetivo de sovietizar la Europa oeste y central. Y Suvorov no está solo en esta visión. También lo afirman varios historiadores no rusos, como el académico americano R.H.S Stolfi en su estudio de 1991 “Hitler’s Panzers East: World War II Reinterpreted”.

A pesar de la rígida censura soviética, Suvorov triunfó al encontrar muchas perlas de valiosa información en documentos soviéticos clasificados que confirman la tesis central de su trabajo. “Icebreaker” está basado en el meticuloso trabajo de su autor con las memorias de líderes militares soviéticos, historias de divisiones soviéticas, cuerpos de ejército, infantería, marina y unidades aéreas. Un dogma central de la ideología soviética era que la Unión Soviética, como primer estado marxista y bastión del “poder de los trabajadores”, podría liberar a toda la humanidad del yunque del capitalismo y del fascismo. Mientras los líderes comunistas podrían no estar de acuerdo en las circunstancias y fechas de este proceso de liberación global, ninguno de ellos discutía la importancia de este objetivo. Y como dice el amigo Suvorov en sus anotaciones “Tanto para Lenin como para Marx, la revolución mundial seguía siendo la estrella-guía y no debía perderse de vista este objetivo. Y de acuerdo con el programa básico, la I Guerra Mundial solo facilitaría la revolución en un solo país. Luego entonces, ¿cómo y dónde se produciría la revolución mundial? Lenin dio una respuesta clara a esta pregunta en 1916: “como resultado de la segunda guerra imperialista...”

Al principio, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas estaba formada por un puñado de repúblicas constituyentes. Lenin y los demás líderes soviéticos intentaron que más repúblicas se añadieran a la URSS, hasta alcanzar el globo entero. En consecuencia, escribe Suvorov, “la declaración que acompañaba a la formación de la URSS era una clara y directa declaración de guerra al resto del mundo”. Hitler entendió esto mucho mejor que los líderes de Inglaterra, Francia o los USA. Durante una conversación en 1937 con Lord Halifax, uno de los dirigentes más importantes de UK, le dijo “En el caso de una guerra general (en Europa, se entiende), sólo un país puede ganar. Ese país es la Unión Soviética”. En “Icebreaker”, Suvorov explica como en 1939 Stalin explotó la larga disputa entre Alemania y Polonia sobre Danzig y el “corredor polaco”, para provocar una “segunda guerra imperialista”, que expandiría enormemente en imperio soviético.

Stalin preveía una tremenda guerra de desgaste en la cual Alemania, Francia e Inglaterra se agotarían en una guerra devastadora que provocaría también el chispazo de los levantamientos comunistas en Europa. Y como esperaba el premier soviético, el “Rompehielos” (Icebreaker) alemán rompería el orden establecido en Europa. Pero tanto Stalin como otros líderes políticos, estaban asombrados por la velocidad con la cual Hitler había subyugado a Polonia, Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Yugoslavia y Grecia. De forma brillante, Hitler era el dueño de Europa en Julio de 1940, a pesar de las expectativas del Kremlin de que una “segunda guerra imperialista” pronto convertiría a Europa en un régimen soviético.

¿Qué hicieron los soviéticos ante todo lo que pasaba ante sus ojos a gran velocidad? Desplegaron las tropas del Primer Escalón Estratégico en la primavera de 1941 para atacar a Europa. Otros siete ejércitos detrás iban de camino hacia la frontera alemana preparando el masivo ataque soviético. El 9º Ejército Soviético no se concentró en la frontera alemana, sino en la frontera con Rumania. El ataque de este ejército tenía como objetivo tomar rápidamente el suministro más importante de petróleo para Alemania, los pozos de Ploesti. Dos ejércitos soviéticos de montaña se concentraron para ayudar a cortar la “yugular” del petróleo alemán y prevenir el movimiento de tropas alemanas hacia Rumania. También se fueron habilitando pistas de despegue para la “primera oleada” de tropas aerotransportadas. Otras cinco cuerpos de tropas 
aerotransportadas se organizaron de forma secreta muy en el interior de la Unión Soviética.

Tengo muy claro que a través de la historia, cada ejército ha tenido una misión básica a realizar y que requiere los preparativos adecuados para esa misión. Un ejército cuya misión es básicamente defensiva es adecuadamente entrenado y equipado para una guerra defensiva. Este ejercito fortifica las áreas fronterizas y emplea sus unidades en profundidades escalonadas en ese territorio. Construye emplazamientos defensivos y obstáculos, extiende campos de minas y cava trampas para tanques y trincheras. Los vehículos militares, aviones, armas y el equipo necesario para defender el país es diseñado al efecto, producido y suministrado. Los oficiales y las tropas son entrenadas en tácticas de defensa y operaciones contra-ofensivas.

Por ello, un ejército cuya misión es una guerra agresiva, actúa de forma muy diferente. Los oficiales y las tropas están entrenadas para operaciones ofensivas. Se les suministra armas y equipo diseñados para el ataque y el área fronteriza con el objetivo se prepara adecuadamente. Las tropas y su material de combate se colocan masivamente cerca de la frontera, se eliminan obstáculos y se limpian los campos de minas. Los mapas de las zonas a invadir se entregan a los oficiales y las tropas son preparadas sobre los problemas del terreno, como interactuar con la población a conquistar y demás detalles como estos. Si se examina detalladamente el número de tropas, el equipo, el entrenamiento y el despliegue de las fuerzas soviéticas, así como el número y potencia del armamento, vehículos, suministros y aviones, Suvorov deja sin lugar a dudas y con gran detalle, que el Ejército Rojo estaba organizado y desplegado en el verano de 1941 para el ataque sobre Europa y no la defensa de la Unión Soviética.

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