No quiero acabar este mes de Junio de 2104 sin hablar sobre la ofensiva
alemana contra la Unión Soviética y el por qué de dicho ataque. El 22 de Junio
de 1941 comenzó la ofensiva de 3 ejércitos alemanes, Norte (Leningrado), Centro
(Moscú) y Sur (Ucrania) contra el bolchevismo en la Unión Soviética. La lucha
fue titánica y como ya he comentado en otros artículos, la gran debacle alemana
vino por esa lucha despiadada en el frente del este y el brutal desgaste en tropas
y material sufrido. No fue ni el “Día D”, ni Monte Cassino, ni África, ni la
“Batalla de Inglaterra”, etc.
A este respecto, ya he comentado también en otros artículos un libro que he
recomendado sin dudar y que se titula “Icebreaker” (Rompehielos) de Viktor
Suvorov, nombre real Vladimir Rezun, antiguo oficial de la inteligencia
soviética que escapó al oeste en 1978. Editado en 1990 en inglés por Hamish
Hamilton, es un libro excepcional y es la cúspide de unas investigaciones de
una nueva hornada de historiadores rusos, sobre material nuevo, que rompe la
historia oficial del por qué ataque alemán a la Unión Soviética.
Todos sabemos que muchos de los más significativos trabajos y libros sobre
la historia son ignorados por la “corriente oficial”, los medios de
comunicación y sus lacayos, y por ello solo alcanzan a muy pocos lectores. Creo
que este es el caso del libro “Icebreaker”. Incluso antes de la aparición de
este libro, Rezun ya tenía una sólida reputación con la publicación de cinco
libros previos, bajo el seudónimo de V. Suvorov. Estos libros trataban sobre
los “trabajos internos” de los militares soviéticos y particularmente de sus
operaciones de inteligencia.
Pero en “Icebreaker” se acerca como nadie a los orígenes y desarrollo de la
II Guerra Mundial en Europa y concretamente en los entresijos de la Operación
Barbaroja de Hitler contra la Unión Soviética, en aquel lejano 22 de Junio de
1941. Desde su edición original en ruso, editado en Francia en 1988 y titulada
en “Ledokol”, se han publicado increíblemente casi 90 ediciones en 18 idiomas.
A pesar de su importancia como dato histórico, “Icebreaker” ha recibido una
mínima atención en todos los países. Los pocos que se han atrevido hablar del
libro y su contenido lo han hecho de forma cobarde y evasiva, lo que refleja la
irresponsabilidad intelectual del “establishment” académico y periodístico que
sigue las pautas “políticamente correctas” ante la historia y de quien fue el
"criminal oficial" de la II Guerra Mundial.
Según la visión convencional oficial, Hitler y pérfido ataque forzaron a una
neutral y pacífica Unión Soviética a la guerra. Esta visión mantiene que un
sorprendido Stalin había creído de forma ingenua al mentiroso Führer alemán.
Rechazando esta visión como propaganda política, Suvorov muestra la
responsabilidad personal de Stalin en el inicio de las hostilidades y su
desarrollo. Pero sobre todo, este libro detalla las enormes preparaciones
soviéticas para una invasión de Europa en el verano de 1941, con el objetivo de
sovietizar la Europa oeste y central. Y Suvorov no está solo en esta visión.
También lo afirman varios historiadores no rusos, como el académico americano
R.H.S Stolfi en su estudio de 1991 “Hitler’s Panzers East: World War II
Reinterpreted”.
A pesar de la rígida censura soviética, Suvorov triunfó al encontrar muchas
perlas de valiosa información en documentos soviéticos clasificados que
confirman la tesis central de su trabajo. “Icebreaker” está basado en el
meticuloso trabajo de su autor con las memorias de líderes militares
soviéticos, historias de divisiones soviéticas, cuerpos de ejército,
infantería, marina y unidades aéreas. Un dogma central de la ideología
soviética era que la Unión Soviética, como primer estado marxista y bastión del
“poder de los trabajadores”, podría liberar a toda la humanidad del yunque del
capitalismo y del fascismo. Mientras los líderes comunistas podrían no estar de
acuerdo en las circunstancias y fechas de este proceso de liberación global,
ninguno de ellos discutía la importancia de este objetivo. Y como dice el amigo
Suvorov en sus anotaciones “Tanto para Lenin como para Marx, la revolución
mundial seguía siendo la estrella-guía y no debía perderse de vista este
objetivo. Y de acuerdo con el programa básico, la I Guerra Mundial solo
facilitaría la revolución en un solo país. Luego entonces, ¿cómo y dónde se
produciría la revolución mundial? Lenin dio una respuesta clara a esta pregunta
en 1916: “como resultado de la segunda guerra imperialista...”
Al principio, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas estaba formada
por un puñado de repúblicas constituyentes. Lenin y los demás líderes
soviéticos intentaron que más repúblicas se añadieran a la URSS, hasta alcanzar
el globo entero. En consecuencia, escribe Suvorov, “la declaración que acompañaba
a la formación de la URSS era una clara y directa declaración de guerra al
resto del mundo”. Hitler entendió esto mucho mejor que los líderes de
Inglaterra, Francia o los USA. Durante una conversación en 1937 con Lord
Halifax, uno de los dirigentes más importantes de UK, le dijo “En el caso de
una guerra general (en Europa, se entiende), sólo un país puede ganar. Ese país
es la Unión Soviética”. En “Icebreaker”, Suvorov explica como en 1939 Stalin
explotó la larga disputa entre Alemania y Polonia sobre Danzig y el “corredor
polaco”, para provocar una “segunda guerra imperialista”, que expandiría
enormemente en imperio soviético.
Stalin preveía una tremenda guerra de desgaste en la cual Alemania, Francia
e Inglaterra se agotarían en una guerra devastadora que provocaría también el
chispazo de los levantamientos comunistas en Europa. Y como esperaba el premier
soviético, el “Rompehielos” (Icebreaker) alemán rompería el orden establecido
en Europa. Pero tanto Stalin como otros líderes políticos, estaban asombrados
por la velocidad con la cual Hitler había subyugado a Polonia, Francia,
Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Yugoslavia y Grecia. De forma brillante,
Hitler era el dueño de Europa en Julio de 1940, a pesar de las expectativas del
Kremlin de que una “segunda guerra imperialista” pronto convertiría a Europa en
un régimen soviético.
¿Qué hicieron los soviéticos ante todo lo que pasaba ante sus ojos a gran
velocidad? Desplegaron las tropas del Primer Escalón Estratégico en la
primavera de 1941 para atacar a Europa. Otros siete ejércitos detrás iban de
camino hacia la frontera alemana preparando el masivo ataque soviético. El 9º
Ejército Soviético no se concentró en la frontera alemana, sino en la frontera
con Rumania. El ataque de este ejército tenía como objetivo tomar rápidamente
el suministro más importante de petróleo para Alemania, los pozos de Ploesti.
Dos ejércitos soviéticos de montaña se concentraron para ayudar a cortar la
“yugular” del petróleo alemán y prevenir el movimiento de tropas alemanas hacia
Rumania. También se fueron habilitando pistas de despegue para la “primera
oleada” de tropas aerotransportadas. Otras cinco cuerpos de tropas
aerotransportadas se organizaron de forma secreta muy en el interior de la
Unión Soviética.
Tengo muy claro que a través de la historia, cada ejército ha tenido una
misión básica a realizar y que requiere los preparativos adecuados para esa
misión. Un ejército cuya misión es básicamente defensiva es adecuadamente
entrenado y equipado para una guerra defensiva. Este ejercito fortifica las
áreas fronterizas y emplea sus unidades en profundidades escalonadas en ese
territorio. Construye emplazamientos defensivos y obstáculos, extiende campos
de minas y cava trampas para tanques y trincheras. Los vehículos militares,
aviones, armas y el equipo necesario para defender el país es diseñado al
efecto, producido y suministrado. Los oficiales y las tropas son entrenadas en
tácticas de defensa y operaciones contra-ofensivas.
Por ello, un ejército cuya misión es una guerra agresiva, actúa de forma muy
diferente. Los oficiales y las tropas están entrenadas para operaciones
ofensivas. Se les suministra armas y equipo diseñados para el ataque y el área
fronteriza con el objetivo se prepara adecuadamente. Las tropas y su material
de combate se colocan masivamente cerca de la frontera, se eliminan obstáculos
y se limpian los campos de minas. Los mapas de las zonas a invadir se entregan
a los oficiales y las tropas son preparadas sobre los problemas del terreno,
como interactuar con la población a conquistar y demás detalles como estos. Si
se examina detalladamente el número de tropas, el equipo, el entrenamiento y el
despliegue de las fuerzas soviéticas, así como el número y potencia del
armamento, vehículos, suministros y aviones, Suvorov deja sin lugar a dudas y
con gran detalle, que el Ejército Rojo estaba organizado y desplegado en el
verano de 1941 para el ataque sobre Europa y no la defensa de la Unión
Soviética.
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