Los juristas más importantes de los USA estaban consternados con los Juicios
de Nuremberg. El juez de la Corte Suprema de USA, Harlas Fiske Stone, dijo
irritadamente “el fiscal Jackson está llevando a cabo un linchamiento en
Nuremberg. No me preocupa lo que haga a los nazis, pero odio ver la pretensión
de que él está dirigiendo un jurado y procediendo según la ley. Es un fraude”.
En una carta privada escribió “Quisiera saber como esos que presiden el
tribunal pueden justificar sus actos ante sus gobiernos si ellos fuesen los
acusados”. En otra ocasión Stone quería saber “si bajo esa nueva doctrina de la
ley internacional de Nuremberg, si nosotros hubiésemos sido los derrotados, los
ganadores hubiesen dicho con toda la razón que nuestro suministro de cincuenta
destructores a Inglaterra (en 1940), hubiese sido considerado como un acto de
agresión".
El representante del Congreso USA, Lawrence H. Smith de Wisconsin, declaró
que “Los Juicios de Nuremberg son tan repugnantes para los principios de
justicia anglo-sajones que deberemos sentirnos avergonzados para siempre de
esta página en nuestra historia... La farsa de Nuremberg representa una
política de venganza de la peor clase”. Otro congresista, John Rankin de
Mississippi dijo “Como representante del pueblo americano deseo decir que lo
que sucede en Nuremberg, Alemania, es una desgracia para los Estados Unidos...
Una minoría racial, dos años y medio después de que la guerra acabase, están en
Nuremberg no sólo para colgar a los soldados alemanes, sino para juzgar a los
alemanes en nombre de los Estados Unidos. Pero quizás la condena más valiente
fue la del Senador Robert A. Taft, considerado como la “conciencia del Partido
Republicano”. Con un considerable riesgo a su carrera política denunció en un
discurso de Octubre de 1946, diciendo que “El juicio de los vencedores
sobre los vencidos no puede ser imparcial y no importa como se justifican los
vencedores en cuanto a las formas de justicia aplicadas"
Incluso Milton R. Konvitz un especialista judío en ley y administración
pública y que enseñaba en la Universidad de Nueva York, avisó entonces de que
el Tribunal de Nuremberg “desafía muchos de los principios básicos de un
proceso judicial” Y siguió “Nuestra política con respecto a los nazis no es
coherente con la ley internacional, ni con la política del Departamento de
Estado... El Juicio de Nuremberg constituye una amenaza real a los conceptos
básicos de justicia que han costado miles de años a la humanidad”. Desde
entonces, distinguidas figuras tanto de los USA como de otros países han
expresado opiniones similares. El juez de la Corte Suprema USA William O.
Douglas, escribió “Pensaba entonces y aún pienso que los Juicios de Nuremberg
no se basaban en los principios. La ley fue creada “ex post facto” para encajar
con la pasión y el clamor de entonces”. El almirante USA retirado H. Lamont
Pugh, antiguo responsable de Cirugía en la Marina y Comandante en Jefe del
Centro Médico Naval Nacional, escribió “Yo creo que los juicios bordearon la
locura internacional. Creo que fue particularmente desafortunado, inapropiado,
enfermizo, poco juicioso de que los Estados Unidos hayan liderado el papel de
fiscales y ejecutores del juicio sobre los alemanes tanto participantes como
autores”
Hay muchas más opiniones contra el proceso, pero creo que toda la historia
de justicia europea u occidental, esa herencia, fue violada por el Tribunal de
Nuremberg. Juristas de peso en cada país europeo, no en Rusia, protestaron contra
esa violación del sistema legal occidental. También lo hicieron historiadores y
también hombre y mujeres cultos y con moralidad. Si los vencedores juzgaron a
los vencidos por “crímenes de guerra”, entonces deberían haberse juzgado a sí
mismos por cometer los mismos crímenes. ¿Quién juzgará al Mariscal del Aire Sir
Arthur “Bomber” Harris, el arquitecto de la política de los bombardeos de
saturación sobre las ciudades alemanas?. Pero no sólo era una cuestión de
nuestros propios “crímenes de guerra” diría un aliado. Si fue correcto usar
todo el aparato de la ley para castigar a esos responsables de crímenes
excepcionales como el llamado Holocausto, fue un error no usar ese
aparato para castigar a los propios criminales aliados. Hubiese sido algo imparcial,
pero ese no era el caso entonces.
Ningún líder soviético fue ejecutado por las intervenciones militares
soviéticas en Hungría en 1956 o en Checoslovaquia en 1968. Ningún líder
británico fue llevado ante un tribunal por la invasión británica de Egipto en
Octubre de 1956. El presidente Eisenhower no fue juzgado por su invasión del
Líbano en 1958. El presidente Kennedy no fue colgado por su fracaso en la
“Bahía de Cochinos” en Cuba en1962. El presidente LB Johnson no fue llamado
ante un tribunal por su conducta en la guerra de Vietnam o su invasión de la
república Dominicana. Y Nixon nunca fue juzgado por su incursión militar en
Camboya... Y cuando los mandos norvietnamitas amenazaron con llevar a los
pilotos USA capturados ante un tribunal en 1966, el senador USA Everett
Dirksen, remarcó que los Juicios de Nuremberg “quizás fueron un error terrible”
Pero para mi, aparte de todas estas opiniones contrarias que suscribo sin
dudar, lo peor fue el doble estandard o rasero aplicado. En su gestión de los
juicios, los gobiernos aliados violaron la ley internacional. Su trato a los
acusados alemanes y los prisioneros militares que testificaron, violaron los
artículos 56 y 58 y otros de la Convención de Ginebra de Julio de 1929. La
justicia, como antítesis de la venganza, es algo que se aplica de forma
imparcial si no no es justicia, es venganza. En Nuremberg los principios de la
“justicia” sólo se aplicaron a los vencidos. Los cuatro potencias también eran
culpables de muchos de los crímenes que acusaban a los alemanes.
El fiscal Robert Jackson lo reconoció privadamente en una carta al
presidente Truman, diciendo que los aliados “han hecho o están haciendo muchas
de las cosas por las que estamos juzgando a los alemanes. Los franceses están
violando la Convención de Ginebra de tal forma en el trato de los prisioneros
de guerra alemanes que nuestro mando está recuperando prisioneros que se les
había entregado a los franceses (para trabajos forzados en Francia). Estamos
juzgando el saqueo y nuestros aliados lo practican. Decimos que la guerra
agresiva es un crimen de guerra y uno de nuestros aliados, la Unión Soviética,
somete la soberanía de los Estados Bálticos sin otra razón que la conquista”.
Para entender el doble rasero que comentaba más arriba, el primer principio
de Nuremberg que era “planificación, preparación iniciar una guerra de
agresión” la Unión Soviética entró en Polonia en Septiembre de 1939, en un
territorio mayor que el ocupado por los alemanes, atacó a Finlandia en
Diciembre de 1939 (y fue expulsada de la Liga de Naciones como resultado).
Pocos meses después el Ejército Rojo invadió las tres repúblicas bálticas y las
incorporó brutalmente a la Unión Soviética. Además, al mismo tiempo atacó a
Rumania quedándose con la Bukovina del norte ¿Pasó algo? ¿Hubo algún juicio por
todo ello? ¿Fueron colgados los sanguinarios dirigentes comunistas? Al
contrario, la Unión Soviética no sólo recibió una ayuda inmensa desde los USA e
Inglaterra, sino que al terminar la guerra toda la Europa oriental le fue
entregada. Muy mal negocio... La Francia de la pos-guerra violó la ley
internacional y el principio de Nuremberg de “maltrato a prisioneros de guerra”
empleándoles en trabajadores forzados en Francia. En 1945 los USA, Inglaterra y
la Unión Soviética acordaron la brutal deportación de más de diez millones de
alemanes desde sus tierras ancestrales hacia el este y su desaparición
mayoritaria en las garras comunistas, en contra del principio de Nuremberg que
decía “deportación y otros actos inhumanos cometidos contra la población civil”.
Mientras los fiscales aliados acusaban a los acusados de “crímenes contra la
paz” al planificar al invasión de Noruega en 1940, el gobierno británico
admitía que Inglaterra y Francia fueron también culpables del mismo “crimen” al
preparar la invasión de Noruega, “Operación Stratford”, antes de la acción
alemana. Y en Agosto de 1941, los ingleses y los soviéticos invadieron y
ocuparon juntos Irán, una nación neutral. Sabiendo esto tan simple, no me
sorprende que las cuatro potencias que organizaron los Juicios de Nuremberg de
1945/46, no incluyesen la definición de “agresión” en la constitución del
tribunal.
Mikhail Vozlenski, un historiador soviético que fue traductor en Nuremberg
en 1946, decía que él y otros soviéticos se sentían “fuera de lugar” ya que las
acusaciones y crímenes de los líderes alemanes eran “la norma en nuestra vida”
en la Unión Soviética. El papel de los soviéticos en los juicios, que los USA
apoyaron sin fisuras, hizo que el diplomático USA e historiador George F.
Kennan, condenase todo la farsa de Nuremberg como un “horror” y una “parodia”.
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