lunes, 8 de diciembre de 2014

LAS REVOLUCIONES COMUNISTAS, SU INFLUENCIA Y SU SECRETO 4/4 (Editado originalmente el 16/5/2014)

España no iba a ser menos en este intento de dominación del “Komitern” de la Unión Soviética sobre la Europa occidental y su cultura. Ya desde 1936 comenzó a armar y a dotar de importantes cantidades económicas a lo que se iba a conocer como la sangrienta Guerra Civil Española. Como todos sabemos, al margen de ayudar a la causa de los comunistas, el objetivo era robar todo el oro posible de nuestras arcas, cosa que sucedió con el llamado “Oro de Moscú” que no es ninguna leyenda, ni nada gracioso. Exactamente igual que ahora en Ucrania donde un avión anónimo transportó de madrugada en Febrero 2014, todo el oro del país hasta los USA y provocar la deuda a partir de ahora con el FMI y el BCE y sus “ayudas” económicas a Ucrania. Ese era el objetivo del filántropo George Soros (nombre real Schwartz György, judío húngaro), tras pagar la revolución ucraniana.

Aprovechándose de las revueltas de Asturias de 1934, donde muchos dicen que empezó la guerra civil, el comunismo trató de transformar el país más conservador, monárquico y católico de Europa en una pesadilla de república comunista y atea, alentada por los fondos y armas de la Unión Soviética. Como es habitual, la actividad comunista en España como en otras revoluciones previas en Europa estaba organizada y controlada por judíos. Al margen de las tropas republicanas, vinieron voluntarios de todo el mundo incluyendo polacos, franceses, ingleses, alemanes, canadienses y palestinos que se unieron a la lucha en las llamadas “Brigadas Internacionales”, para ayudar en el lado comunista. Un porcentaje desproporcionado de esos supuestos “liberadores comunistas” eran judíos (10.000 según Tzila Chelminsky, sobre un total de 40.000 brigadistas, el 25%). Según Alicia Benmergui en su artículo “Los Judíos y la Guerra Civil Española”, los judíos fueron el segundo contingente en hombres de las brigadas, tras los franceses.

Las mujeres judías se unieron a la lucha como enfermeras. De las 600 que hubo de diferentes orígenes, se sabe que judías fueron 25 que vinieron de los USA y 26 de Bélgica, aunque hubo muchas más. Aparecieron publicaciones en Yiddish como “Der Freiheits-Kempfer”(salió el 7 de Agosto de 1937). El fundador de este diario fue Gerszon Dua (Bogen) que ya desde joven fue activista del Partido Sionista Socialista Poale Zion (obreros de Sion), luego perteneció a la dirección de los Obreros Judíos Socialistas, organización que antecedió al Partido Comunista Palestino. Expulsado de Palestina por la autoridad bajo Mandato Británico, fue a Polonia donde dirigió la sección judía del Partido Comunista de Polonia. Otro periódico fue “Botwin” (apareció el 30 de Diciembre de 1937), que  se editó como el anterior para todos los voluntarios judíos en España.

Los voluntarios alemanes formaron la “Brigada Thälman”, los italianos la “Brigada Garibaldi”, los franceses la “Comuna de París” y los americanos la “Brigada Lincoln”. Muchos de los miembros de esas brigadas eran judíos. Por ejemplo, la “Brigada Lincoln” era dirigida por el judío Milton Wolfe. Moe Fishman, otro judío, fue el líder durante muchos años del grupo “Veteranos de la Brigada Lincoln”. El 70% (127) del personal médico de las “Brigadas Internacionales” era judío. De los 50 médicos polacos, 49 eran judíos. A destacar el médico Edward K. Barsky, director del servicio sanitario en la zona catalana. En Cataluña también habían judíos agitadores autóctonos como Margarita Nelken Mansberger que huyó a México tras la guerra.

La gran mayoría de los comandantes rusos que vinieron a España eran también de ese origen. Por ejemplo Yaakov Shmushkevitsh organizó la Fuerza Aérea Republicana. Grigori Stern fue el jefe militar adjunto de la República Española, el general Manfred Stern (Kleber) fue el comandante de XI brigada internacional, Mata Zalke (Lukacs) de la XII, Waclaw Roman de la 129º y Leiba Lazarevich Feldbin (Alexander Orlov) fue el jefe de la Seguridad Soviética en España. Irving Goff fue el organizador de las guerrillas que operaban tras las líneas nacionales. Todos judíos. Feldbin (Orlov), supervisó las masacres de los curas católicos y monjas en España. El judío Mikhail Koltzov fue corresponsal en España de periódico soviético Pravda (Verdad) y Moisés Rosenberg fue el embajador soviético en España. El 2 de diciembre de 1937 Farol Guzmán, comandante de la segunda compañía del Batallón Palafox 9 perteneciente a la XIII Brigada Dombrowski, fundó la unidad judía con el nombre de Botwin, en recuerdo del judío polaco comunista Naftali Botwin condenado a muerte por la policía política polaca en 1925. Un caso llamativo es el de Arthur Koestler (1903-1983) que fue un periodista y escritor: sionista en Palestina, comunista en Alemania, anti fascista en España, abolicionista en Gran Bretaña, y por último combativo ideólogo del anti estalinismo. Más no se puede pedir.

A destacar también el fotógrafo húngaro-judío Robert Capa (Endre Friedmann) y su compañera Gera Taro (Gerta Pohorylle), muerta durante la Guerra Civil. Gina Medem fue una periodista norteamericana que publicó el libro “Los Judíos Luchadores de la Libertad” y también la corresponsal de guerra en España para el  “Morgen Freiheit”, diario norteamericano en Yiddish. Con sus discursos, sus testimonios y sus artículos, Gina Medem fue una protagonista en la ayuda ofrecida a los comunistas.

El “Terror Rojo” en España tomó los mismos derroteros que el “Terror Rojo” en Rusia, Ucrania, Hungría e Italia. Los judíos dirigieron la orgía de matanzas masivas, violaciones y destrucción. Como habían hecho en otras ocasiones y países, trataron de borrar el cristianismo y por ello atacaron a la Iglesia Católica en España con sed de venganza. Más de 20.000 iglesias fueron destruidas, 6.832 curas, 3.000 monjes, 300 monjas y 13 obispos fueron asesinados. Además, mataron a más de 4.000 personas que habían ayudado a huir u ocultado religiosos en sus casas. Estos asesinatos fueron llevados a cabo con las torturas habituales y mutilaciones típicas del “Terror Rojo”.

El general Francisco Franco, el general más joven de Europa era un militar de firmes convicciones y devoto católico romano, se irguió ante la situación de que España acabase siendo otra víctima de la revolución comunista. Unió a fuerzas dispares de derechas de forma disciplinada, frente a unos republicanos formados por grupúsculos izquierdistas descontrolados que incluso luchaban y se mataban entre ellos. Evidentemente estaban dirigidos por Moscú. Franco tuvo el soporte de Antonio Salazar de Portugal, Benito Mussolini de Italia y Adolfo Hitler de Alemania. Aplastó a los republicanos bolcheviques y salvó a España de los bolcheviques judíos.

Franco ha sido “marcado” como fascista por la prensa internacional judía, lo que sólo quiere decir que se opuso a su dominio  y control. En realidad fue el salvador de España.

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