lunes, 8 de diciembre de 2014

LAS REVOLUCIONES COMUNISTAS, SU INFLUENCIA Y SU SECRETO 1/4 (Editado originalmente el 29/4/2014)

Es importante ser conscientes de lo importantes que han sido para nuestra vida social, política,  económica y laboral en occidente y otros lugares, las diferentes revoluciones comunistas que ha habido. Iremos viendo las más importantes como continuación a los últimos artículos sobre la I Guerra Mundial y sus consecuencias. Es evidente que hemos de empezar por la Revolución Rusa o más apropiadamente la Revolución Bolchevique, que fue como un seísmo por el impacto que causó.

Creo que desde la Revolución Francesa, nada ha habido a esa escala y de hecho guarda muchas similitudes con lo que pasó en Francia. Ese conflicto revolucionario no fue solamente en Rusia ya que pronto se trasladó sobre toda Europa. Hemos de tener en cuenta que Europa estaba al borde del colapso económico y político como consecuencia del final de la I Guerra Mundial, ello ayudó a que los sentimientos revolucionarios empezasen socialmente al mismo tiempo y en muchos lugares  distintos. Las viejas monarquías y aristocracia desaparecieron y algo comenzaba a ocupar su lugar, aunque no era claro todavía. Los contendientes del momento parecía ser una forma de democracia representativa y una forma de socialismo, en cuyo extremo se situaba el comunismo bolchevique que acababa de ganar el control sobre Rusia. Las clases bajas en Europa sentían atracción por el comunismo ya que les prometía el control y el poder, pero causaba temor en las clases medias y altas que estaban dispuestas a suprimirlo y prevenir su expansión en Europa.

A pesar de que Lenin y Trotsky tenían el control absoluto en Rusia, no se sentían del todo seguros. Creían que hasta que la revolución comunista no se extendiese por Europa, podían ser arrollados y aplastados por el poder militar capitalista. Para ello fue creada la “Internacional Comunista” o “Komitern” que fue apoyado económicamente por el gobierno en Rusia y apoyado por los bancos de capital judío de USA y Europa. El objetivo del “Komitern” era fomentar el comunismo y su revolución en toda Europa para derribar los regímenes tradicionales, que serían reemplazados por Repúblicas Socialistas Soviéticas.

El partido comunista más grande y principal miembro del “Komitern” fuera de Rusia, estaba en Alemania, del cual un significativo 78% de sus miembros eran judíos. Una red de partidos comunistas se formó en cada país europeo, con cuartel general en Moscú con la intención de controlar toda Europa y más tarde todo el mundo. En cada partido los judíos dominaban y eran la mayoría de sus miembros y respondían ante los judíos bolcheviques que dominaban Rusia. Ante esto, creo que quedaba clara la titánica lucha que se avecinaba para determinar el futuro social, económico y cultural de Europa. Por un lado, los judíos bajo la bandera del comunismo y en el otro la civilización cristiana occidental tradicional.

La primera nación fuera de Rusia en caer bajo las garras del comunismo fue Hungría. Veamos someramente qué pasó.
Como resultado de la I Guerra Mundial, el antiguo imperio austro-húngaro se había disuelto en total desorden. Los judíos bolcheviques, financiados y controlados por el “Komitern” de la Unión Soviética, se aprovecharon del caos reinante en Hungría. Contaron con la ayuda de la población judía húngara, que casi todos eran comunistas o simpatizantes,  y lograron derribar el gobierno en Marzo de 1919. Impusieron un régimen de terror sobre Hungría que duró hasta el 12 de Agosto de 1919 bajo el liderazgo del judío Bela Kuhn (nombre real Moritz Cohen), que era un nativo húngaro pero agente de Lenin. Kuhn fue soldado húngaro durante la guerra, siendo capturado por los rusos. Tras el triunfo de los bolcheviques en Rusia y debido a que era judío, fue liberado y se convirtió en miembro de la “Cheka”. Fue enviado a Ucrania donde participó en el asesinato de cientos de miles de cristianos ucranianos. Kuhn fue entonces seleccionado para ser un agente bolchevique en la propia Hungría.

El nuevo régimen bolchevique en Hungría bajo Kuhn era judío hasta el último de sus miembros. Entre los nuevos dirigentes podemos encontrar a Otto Korvin (Kline), Bela Szanto, Tibor Szamuely, Jeno Varga, Jozseph Pogany (Joseph Swartz), Jeno Landler, Georg Lukacs (que huyó y formó parte de la Escuela de Frankfurt, de la que ya he hablado en otros artículos) y Jeno Hamburger. Hungría fue dividida en distritos y los judíos fueron nombrados como comisarios de cada distrito. Muchos de ellos eran matones del peor tipo. Uno había sido portero en una sinagoga y ahora comisario de distrito. Escuadrones preparados al efecto comenzaron a expandir el “Terror Rojo”, copiando lo que estaba pasando en ese momento en la Unión Soviética. Se nacionalizó toda la propiedad privada, toda la industria, se expropió el grano de los campesinos a la fuerza y fueron concentrados en granjas colectivas.

El ejército y la policía fueron eliminados y sustituidos por los nuevos escuadrones de “Terror Rojo” formados por judíos. Éstos empezaron un reinado de terror contra los sacerdotes cristianos quemando iglesias y matándolos en toda Hungría. Propietarios de terrenos y sus familias así como otros burgueses fueron llevados en camiones de ganado y asesinados a miles. Las violaciones se convirtieron en algo endémico. Los escuadrones llegaban a las casas privadas de la clase alta y violaban en grupos a las mujeres, casadas o no, convirtiéndolas en esclavas sexuales. La que se resistía era asesinada allí mismo.

Ese terror bolchevique puede entenderse por la siguiente orden a sus escuadrones, dada por uno de los comisarios de distrito “No desfallezcáis por la visión de la sangre ya que nada puede conseguirse sin ella. Sin sangre no hay terror y sin terror no puede haber la dictadura del proletariado”. Este párrafo se puede leer en el libro del conde Paul Teleki, antiguo primer ministro de Hungría, “The Evolution of Hungary and its Place in European History”. Los bolcheviques abolieron el derecho a un juicio y el derecho a la defensa. La acusación de “contra-revolucionario” quería decir la muerte al instante. La tiranía judía estaba causando una venganza terrible entre los cristianos en Hungría. Esos pocos meses de locura comunista costaron más de 200.000 muertos.

Kuhn utilizó los métodos habituales de la propaganda judío-bolchevique para destruir la santidad de la religión, el patriotismo y la moralidad con el objetivo de socavar la cultura húngara. La moralidad conservadora cristiana del pueblo húngaro fue ridiculizado, mientras la corrupción y la pornografía eran permitidas sin problemas. El judío Georg Lukacs fue el encargado de todo este apartado y de la educación también, donde se ridiculizaba a los maestros y se introducía una educación sexual totalmente depravada entre los niños.

Pero todo tiene su final y en caso húngaro también. El vicealmirante Miklos Horthy formó un Ejército Nacional para combatir a los bolcheviques que dominaban el país. En respuesta el “Terror Rojo”, Horthy lanzó su campaña de “Terror Blanco”. Con la ayuda del ejército rumano, Horthy logró derrocar a Kuhn el 1 de Agosto de 1919 y formar un gobierno del partido Social Demócrata que él dirigía.

La brutalidad de los judíos contra el pueblo húngaro levantó una virulenta ola de anti-semitismo y una masacre de judíos tal como fueron expulsados del gobierno. Eran el 5% de la población, pero dominaban más de la mitad de todo el comercio nacional, la banca y las profesiones liberales. Dominaban totalmente el negocio del cine y el teatro y la gran mayoría de periódicos. En 1939 el gobierno húngaro redacto un ley anti-judía por la cual se restringía la participación judía en negocios a un 12% y un 6% en las profesiones liberales. También les fue prohibido a los judíos trabajar en oficinas públicas y tener puestos directivos o de propiedad en periódicos, teatro o cine.

Bela Kuhn recibió el premio a los servicios prestados al proletariado tras huir de Hungría a la Unión Soviética, siendo juzgado y ajusticiado en 1938 durante los famosos “Juicios de Moscú”.

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