lunes, 8 de diciembre de 2014

LA UNIÓN SOVIÉTICA Y SUS TROPAS CAPTURADAS 3/3 /Editado originalmente el 2/7/2014)

Hubiese sido posible crear más de 180 unidades con los voluntarios del este al servicio de los alemanes. Por ejemplo, sólo de rusos eran 75 formaciones, los cosacos del Don, Kuban y Terek unas 216, Tártaros y Tártaros de Crimea 42, Georgianos 11, gentes del norte del Cáucaso 12, Azerbayán 13 y Armenios 8. La potencia numérica (sobre el papel) de esos batallones según su afiliación nacional, según datos del 24 de Enero de 1945, era la siguiente: Letones: 104.000, Tártaros: 12.500, Tártaros de Crimea: 10.000, Estonios: 10.000, Armenios: 7.000, Kalmucos: 5.000, y ¿rusos? Según las cifras oficiales del “gobierno” del Almirante Dönitz, el 20 de Mayo de 1945, estaba la Brigada Rusa 599 de 13.000 hombres, la 600 con 12.000 y la 650 con 18.000.

Si ponemos todo esto junto tal como acabo de hacer, parecería que muchos sirvieron a los alemanes. Pero si tenemos en cuenta que sólo un 20% de esas fuerzas tomaron parte en el conflicto, que fueron reclutados entre millones de prisioneros y que miles pasaron al bando soviético, esas cifras de potenciales combatientes cae por su propio peso. Sin embargo, los prisioneros de guerra no eran conscientes de estos datos. Todo esto se olvida en la historia oficial y para maquillarla sólo parece que, tras la borrachera de violaciones y abusos del Ejército Rojo en Alemania, los mariscales soviéticos ayudaron a alimentar a los alemanes mujeres, ancianos y niños en la primavera de 1945.

Mientras en la Unión Soviética se comía centeno reblandecido al vapor en vez de pan y sopa hecha con carne de perro. El niño entonces Nikita Yallagoz lo dice “sólo poco antes de la muerte de mi abuela, ésta nos confesó que había sacrificado y cocinado a los perros para que no muriésemos de hambre”. ¡Qué falsos eran estos soviéticos haciendo ver que se preocupaban por los alemanes y hacían morir de hambre a su pueblo...! Y cuantos rusos sabían que al mismo tiempo los mariscales soviéticos recibían diferentes órdenes desde el Kremlin con respecto a su propia gente.

Orden de Stalin: “A los Comandantes de las tropas de los Frentes Bielorrusos Primero y Segundo y a los de los Frentes Ucranianos Primero, Segundo, Tercero y Cuarto... Los Consejos Militares de los Frentes prepararán campos de internamiento en áreas de servicio de la retaguardia para el alojo y mantenimiento de los antiguos prisioneros de guerra y civiles soviéticos repatriados... cada campo para 10.000 internos. Se formarán de la siguiente manera: Segundo Frente Bielorruso 15 campos. Primer Frente Bielorruso: 30 campos. Primer Frente Ucraniano: 30 campos. Cuarto Frente Ucraniano: 5 campos. Segundo Frente Ucraniano: 10 campos. Tercer Frente Ucraniano: 10 campos... Para el control y seguimiento de los antiguos prisioneros de guerra y civiles repatriados, se hará de la siguiente manera: antiguos soldados del Ejército Rojo, pasarán a la contra-inteligencia del SMERSH. Los civiles a las comisiones del NKVD, NKGB, SMERSH...
J. Stalin”

Esta orden, según el general Dimitri Volkogonov, Jefe del Instituto de Historia Militar bajo el Ministerio de Defensa de la URSS, era de los archivos secretos personales de Stalin y no constaba, según él, en el Comité de Seguridad Nacional, ni en el Ministerio de la URSS de Asuntos Internos. Pero los campos existieron, por lo que también tienen que haber documentos sobre ellos para saber qué pasó: quién, dónde, qué comían, qué pensaban. Seguramente esta información está dentro del sistema del Ministerio de Asuntos Internos ya que las tropas que llevaban y vigilaban los campos estaban subordinadas a este ministerio. Y seguramente también hay información en los archivos de la Administración para Asuntos de Antiguos Prisioneros de Guerra de la URSS.

La maraña administrativa soviética llega hasta el punto de que el Mayor-General Pyotr Mishchenkov, Primer Diputado en Jefe de la Administración de Asuntos Correccionales del Ministerio de Asuntos Internos de la URSS dijo, sinceramente sorprendido, que “esta es la primera vez que oigo algo sobre este asunto. Me gustaría ayudar, pero no puedo hacer nada. Se que había una colonia en el Distrito de Chunsky en la región de Irkutsk. La gente era llevada allí tras el chequeo y filtrado en los campos mencionados en la orden de Stalin. Todos estaban condenados por alta traición bajo el artículo 58” Eso es una sola colonia o campo ¿Dónde estaban las otras, qué pasó con sus internos? después de todo, no olvidemos que hubo más de 100 campos operativos. Lo que parece que pudo saberse es que “en Octubre de 1945 habían “filtrado” 5.200.000 civiles soviéticos, 2.034.000 habían sido entregados por los aliados, el 98% de los cuales habían estado en Alemania en las zonas ocupadas por los aliados, muchos de ellos prisioneros de guerra. ¿Cuantos volvieron a casa? ¿Y cuantos fueron, según la Orden Nº 270, a los campos de concentración soviéticos? Todavía no están disponibles esos datos a pesar de la cierta apertura de archivos clasificados. Existen estimaciones y algunos testigos oculares.

Un testigo lo cuenta. Un antiguo “traidor a la Madre Patria”, pero entonces contable general del campo de oro de Srednekan, Viktor Masol. Éste Explica que en Junio de 1942 en las estepas del Don y tras la catástrofe de Jarkov estaban desarmados, hambrientos y los tanques alemanes los condujeron y reunieron como ovejas en grupos de miles. Trenes de carga los llevaron a Alemania donde mezclaron cemento y hormigón para el Reich, y tres años después se les mandó en trenes de carga de nuevo desde Alemania, a través de toda la Unión Soviética hasta el Océano Pacífico. En el puerto de Vanino se les cargo en el barco Felix Dzerzhinsky, fundador de la policía secreta soviética, aunque antes ese barco se denominaba Nikolai Yezhov, un antiguo Comisario del Pueblo en Asuntos Internos, es decir NKVD o policía secreta. Ese barco iba con ruta a Magadan. Durante la semana que viajaron se les dio comida sólo una vez, unos barriles con una harina grisácea, cubierta de agua hirviendo que les fue suministrada a través de una escotilla en el techo. Y ellos, quemándose las manos, empujándose unos a otros, se tragaron esa mezcla. Los que murieron en el camino fueron lanzados al mar en la Bahía de Nagayev y los supervivientes marcharon a la taiga, y en ese momento tras las alambradas de sus propios campos de prisioneros. Muy pocos sobrevivieron y volvieron, pero parecían sonámbulos que repetían que era preferible una bala en la cabeza...

¿Y a quien se puede reclamar? ¿A la extinta Unión Soviética? Sería bueno que tras las bellas paredes del Kremlin uno pudiera llamar y solicitar el retorno de la dignidad de los soldados perdida como prisioneros de guerra, y su buen nombre restituido...

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