Si
hablamos de la II Guerra Mundial es importante conocer cómo se gestó la misma.
Por ello, hemos de ir más atrás y tratar de vislumbrar la Gran Guerra 14-18 del
siglo XX, sus motivos y origen. Creo que la I y II Guerra Mundial, son la misma
guerra pero con un periodo sin lucha abierta de unos veinte años
aproximadamente. En el fondo fue una guerra civil europea.
Creo
que la génesis de la I Guerra Mundial hay que buscarla en la guerra
franco-prusiana de 1870 a 1871. Sin embargo esta guerra concreta fue la
culminación de años de tensión entre los dos estados. Francia creyó estar
rodeada por los prusianos Hohenzoller y le declaró la guerra a Prusia para
prevenir esta situación. Prusia, bajo el canciller Otto von Bismarck ganó la
guerra y sin entrar en detalles, el resultado de esa guerra le permitió a
Bismarck unir los diferentes estados, principados y tierras en una
Confederación Germana, incluyendo las dos provincias de Alsacia y Lorena. Hubo
una justificación histórica para ello, ya que habían sido un botín francés
durante el reinado de Luis IV. Además, las poblaciones de Alsacia y Lorena eran
en su mayoría étnicamente alemanes y seguían hablando alemán.
Justificadamente
o no, esta anexión humilló a Francia y ello provocó en Francia una política de
revancha y Alemania se convirtió en su obsesión, sobre todo en su élite militar
y política. La determinación francesa de tener una guerra de revancha con
Alemania fue un factor en todas sus maniobras hasta que desembocó en la I
Guerra Mundial. Ya lo dice J.S. Ewart en su libro de 1925 “The Roots and Causes
of War”: “La anexión de Alsacia y Lorena por Prusia en 1871 fue el factor
principal en las alianzas, contra-alianzas, ententes y antagonismos que
perturbaron la Europa continental durante 43 años... No sólo Francia, sino toda
Europa tenían en su mente que entre 1871 y 1914 se sentó la base de la I Guerra
Mundial”.
Tras
la unificación en un solo estado en 1871, Alemania experimentó un período de
crecimiento económico y desarrollo extraordinario. La industrialización
progresó rápidamente y los fabricantes alemanes empezaron a introducirse y a
ganar mercados a los ingleses. Alemania producía cada vez más productos para
consumo interno e importaba cada vez menos productos ingleses. Pero también
Alemania comenzó a competir con Inglaterra en el comercio internacional y sobre
todo en USA. La producción textil y de acero alemana rápidamente superó a la de
Inglaterra. Alemania invirtió fuertes sumas en Investigación y Desarrollo muy
por encima de Inglaterra, lo que produjo unos avances técnicos impresionantes,
sobre todo en el campo químico, electricidad, motores eléctricos y en aparatos
movidos por esos motores eléctricos. Alemania dominaba en física y química
hasta el punto que un tercio de los Premios Nobel fueron a parar a inventores e
investigadores alemanes.
En
1913 ya producía el 90% del mercado mundial de colorantes y empezaba a destacar
de forma muy puntera en otros campos de la química como la farmacéutica,
película fotográfica, productos químicos para la agricultura y
electro-químicos. Con una población de 65 millones Alemania se convirtió en un
poder económico dominante y fue el segundo país en exportaciones tras
Inglaterra (Inglaterra tenía entonces 45 millones y Francia 40).
Nadie
se había preocupado de Alemania antes de su unificación en 1871. Hasta
entonces, “Alemania” era sólo una expresión geográfica que se refería a
múltiples zonas de habla alemana como reinos, principados, ciudades-estado,
etc, ubicados en la Europa Central. Pero el rápido crecimiento alemán y
poderío, creó una ansiedad creciente entre sus vecinos. El viejo sistema de
equilibrios de poder creado por el príncipe Metternich en el Congreso de Viena
de 1815 al final de las guerras napoleónicas y que había servido de base para
las relaciones europeas, se vino abajo con el incremento de poder alemán.
Alemania desplazó rápidamente a Francia como poder dominante en Europa, lo que
causó consternación entre la élite británica. Inglaterra siempre había visto a
Francia como su enemigo tradicional y rival en el continente, pero Francia ya
no estaba en posición de retar a Inglaterra. Sin embargo Alemania sí podía ser
un país que retase a Inglaterra en todos los aspectos y sobre todo comerciales.
Como
resultado, Inglaterra trató de desarrollar unas relaciones amistosas con
Francia como contrapeso a Alemania. A los ingleses les parecía que todo el
continente europeo acabaría organizado como una sola unión económica bajo la
poderosa Alemania. Cuanto más poderosa era Alemania, más aprensivos eran los
líderes británicos, hasta el punto que empezaron a especular cómo “cortar” esa
Alemania en crecimiento y poder. Una eventual guerra con Alemania empezaba a
verse como inevitable. El 8 de Abril de 1904, Inglaterra inició una “entente
cordiale” con Francia, seguida de una “entente anglo-rusa”. Luego Francia y
Rusia forjaron la “alianza franco-rusa”. Y para rematar se formó la “Triple
Entente” de Inglaterra, Francia y Rusia, con el objetivo de contener el
creciente poder de Alemania.
Para
mejorar las relaciones y suavizar el desarrollo de esas hostilidades contra
ella, Alemania hizo un esfuerzo vigoroso en años previos a la I Guerra Mundial,
para llegar a un entendimiento con Rusia, Francia y, particularmente, con
Inglaterra. No llegó a buen puerto ya que el verdadero problema era la
existencia misma de Alemania en Europa. Cada país tenía tenía sus propios
intereses para un conflicto con Alemania. Primero Rusia quería el control del
estrecho del Bósforo, para salir del Mar Negro con su armada y flota mercante y
estaba preparada para ir a la guerra por ello. El estrecho del Bósforo estaba
controlado por Alemania por su alianza con el Imperio Otomano. Luego Inglaterra
veía a Alemania como una amenaza para su dominio económico y quería
reducir drásticamente ese poder. Luego Francia quería venganza porque perdió la
guerra franco-prusiana de 1871 y quería además las dos provincias de Alsacia y
Lorena.
Las
tres potencias querían reducir el poder económico alemán y la única vía que
consideraban era con una guerra contra ella. Todos los esfuerzos diplomáticos
alemanes fracasaron por estos factores que he citado. Francia y Rusia empezaron
a montar un esquema contra Alemania y desarrollar planes para una guerra.
Inglaterra también buscaba un pretexto para iniciar la guerra con Alemania. Por
ello, puedo afirmar que Alemania no era culpable de nada, sino de su éxito.
Entre
1912 y 1914, el embajador ruso en París, Alexander Izvolsky y el presidente
francés Raymond Poincaré, llegaron a un acuerdo para ir a la guerra contra
Alemania y que “Inglaterra se uniría a ellos si surgía una crisis diplomática”.
Esa crisis esperada fue el asesinato en Serbia del Archiduque austríaco Franz
Ferdinand en Junio de 1914. Austria-Hungría le declararon la guerra a Serbia
después de obtener el respaldo alemán, el llamado “cheque en blanco”. El
“cheque en blanco” se dio porque la élite gubernamental alemana creía que
haciendo eso, Rusia no sería capaz de intervenir contra Austria-Hungría
apoyando a Serbia. Los alemanes razonaban que si Austria-Hungría era vencida
por Serbia y Rusia, entonces Alemania estaría rodeada de enemigos. Por ello era
una cuestión de seguridad crucial para los alemanes. Pero Rusia, que se
consideraba protector y mentor de Serbia (la llamaba "pequeño hermano
eslavo"), ignoró el “cheque en blanco” y amenazó con la guerra contra
Austria-Hungría. Alemania trató de mediar con Rusia para evitar la guerra, pero
Rusia y su aliada Francia, vieron esto como una oportunidad por la que habían
esperado largo tiempo, y rechazaron cualquier conciliación. Rusia ordenó una
rápida movilización general. Ese hecho siempre se ha reconocido históricamente
como una declaración de guerra.
Tras
urgentes llamadas para que Rusia detuviese la movilización sin éxito, Alemania
le declaró la guerra a Rusia el 1 de Agosto empezando rápidamente su propia
movilización. Francia se movilizó tres días después, aunque ya habían avisado a
los rusos que habían decidido ir a la guerra un día antes de la declaración de
guerra alemana a Rusia y tres días antes de que Alemania le declarase la guerra
a Francia. Por ello, la movilización de Francia no fue el resultado de la
declaración de guerra a Rusia. Por ello, Alemania en vez de ser el
agresor en este caso, reaccionó ante las iniciativas rusas y francesas.
No
olvidemos que geográficamente hablando, Alemania era y es una llanura en el
centro de Europa, sin defensas naturales, que estaba rodeada completamente de
enemigos potenciales, y por ello vulnerable a una invasión desde varios frentes.
No estaba en posición de esperar y ver antes de movilizar a sus propias
fuerzas. Alemania estaba al tanto de los complots y planes entre Francia y
Rusia para buscar un pretexto para la guerra y por lo tanto estaba alerta.
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