La batalla de Stalingrado terminó a principios de Febrero de 1943 y
 muchos consideran que fue la gran derrota alemana que ya no permitió 
levantar cabeza a las fuerzas germanas en el frente ruso. Yo 
personalmente opino que la gran debacle alemana, sin menospreciar la 
brutal batalla de Stalingrado, fue la batalla por el saliente de Kurks 
en Julio de 1943. Pero eso nos llevaría a otro debate que quizás algún 
día escribiré en mi blog.
Tuve ocasión de conocer durante una cena en mi casa en los 60’s, a un
 superviviente de la batalla que tuvo la fortuna de poder salir del 
cerco en el último avión Ju52 que pudo despegar desde la ciudad. 
Trabajaba como ingeniero en una conocida empresa de bebidas refrescantes
 americanas. Fue herido en el interior de un Panzer IV, como comandante 
del mismo durante las batallas callejeras por la ciudad. El resto de la 
tripulación murió por el impacto de un obús y él salió malherido, 
perdiendo un ojo, un brazo y una pierna. Me pareció un hombre sin 
resentimiento por todo ello, aunque consciente de lo que allí pasó.
En la actualidad, Stalingrado se llama Volgogrado. Esta ciudad junto 
al Volga y que durante la guerra bordeaba el río por ambas orillas 
teniendo una forma alargada, vio la lucha de más de dos millones de 
hombres entre rusos y alemanes, que se batieron por sus calles con una 
furia descomunal, durante seis meses entre el barro y la nieve y a 
temperaturas glaciales. Fue una batalla en la que los alemanes perdieron
 la iniciativa, tras haber conquistado casi el 90% de la ciudad. Para 
los rusos, esta batalla les ayudó a recuperar el quienes eran y quienes 
querían seguir siendo. 
Stalin tuvo la habilidad de vender a sus tropas y
 al pueblo ruso la Santa Cruzada que representaba aquella batalla 
crucial. Es decir, no hizo morir a sus tropas por el comunismo, que creo
 que nadie hubiese querido morir por ese sistema criminal que ya había 
demostrado cómo se las gastaba, sino por la Santa Madre Rusia y la Santa
 Cruzada contra la bestia fascista. Utilizó argumentos religiosos 
cristianos. De una religión que los comunistas habían prohibido. Lo 
cierto es que Stalin ordenó a sus tropas “ni un paso atrás”. Hitler 
nombró Mariscal de Campo a von Paulus con la esperanza de que no se 
rindiese, ya que nunca en la historia militar alemana un Mariscal de 
Campo se había rendido.
La toma de Stanlingrado se inició a partir de Septiembre de 1942, 
cuando el VI Ejército alemán al mando del General von Paulus recibió la 
orden de dirigirse a la ciudad para proceder a su conquista, como 
enclave vital y sede de muchas fábricas dedicadas al esfuerzo de guerra 
soviético. Como la fábrica de tractores “Octubre Rojo”, donde se 
fabricaban los carros T34. Von Paulus dirigía a más de un millón de 
hombres. Se discute mucho acerca del valor de la ciudad en sí mismo. 
Creo que no tenía tanta importancia y quizás hubieses sido mejor 
rodearla y seguir la marcha hacia los campos petrolíferos del Cáucaso 
Pero eso queda en el terreno de las conjeturas de lo que fue o pudo 
haber sido…
Sergei Markedonov del Instituto de Análisis Político y Militar dice 
que la batalla no sólo fue inmensa en su escala, sino en el tiempo que 
duró. Como se ha dicho más arriba duró seis meses y la batalla no sólo 
fue entre soldados, también lo fue contra el mal tiempo. El invierno 
ruso se demostró brutal para hombres y máquinas de guerra. Encerrados en
 una lucha terrible y amarga, el VI Ejército alemán luchaba entre las 
ruinas de la ciudad, mientras eran rodeados implacablemente por los 
rusos, que les cortaban todas las líneas se suministro. Helados y 
hambrientos, los alemanes se rindieron el 2 de Febrero de 1943, con solo
 90.000 hombres. Markedonov indica que fue más que una victoria militar 
para los rusos en esa Gran Guerra Patriótica “la batalla de Stalingrado 
demostró nuestras posibilidades de ganar. Fue un asunto psicológico y 
moral ante todo”.
El coste humano por ambos lados fue atroz. Cayeron alrededor de un 
millón y medio de hombres, entre muertos y heridos, y de acuerdo con 
Veronika Zaitzeva, guía del Museo de la Batalla de Stalingrado, es una 
cifra que aún hoy asusta a los visitantes. Muchos historiadores creen 
que la batalla de Stalingrado cambió el curso de la guerra y que después
 de esa batalla ya todo fueron retiradas hasta Berlín. El poder de ese 
recuerdo es evidente en la actual Volgogrado, que nunca podrá sacarse de
 encima a Stalingrado.
Sólo regresaron a Alemania tras la guerra y su internamiento en los terribles campos soviéticos, 5.000 hombres.
Es importante que al mismo tiempo que se iniciaba en el frente Sur la Operación Urano, de la cual forma parte la batalla de Stalingrado, se producía en el centro cerca de Moscú la mayor ofensiva, Operación Marte, de hecho se disponía de mayores recursos tanto humanos como materiales que en la Operación Urano. Allí el aclamado Zhukov tuvo que vérselas con la Wehrmacht y el General Walter Model.
ResponderEliminarLos soviéticos fracasaron en su ofensiva principal "Marte" y triunfaron en su segundo objetivo "Urano" La revista militar Serga en su número 28 y 29 lo narran maravillosamente