domingo, 25 de enero de 2015

VISIONARIOS 1/3 (Editado originalmente el 16/11/2013)


"Cada gobierno está dirigido por mentirosos y nada de lo que dicen debe creerse” I.F. Stone (Isidor Feinstein), periodista de investigación, 1907-1989
 
Creo que estaréis de acuerdo conmigo que tal como va todo es conveniente releer a autores que ya atisbaron lo que estaba por llegar con más o menos fortuna, eso es cierto. Desde el punto de vista técnico es divertido y formativo ver lo que decía Julio Verne y sus avanzadas máquinas y cómo sería París en el año 2000, tecnológicamente hablando. Buen ejercicio de proyectiva, aunque en algunos casos jocosa. Eso sí, transmite mucha buena fe en el futuro de la sociedad. Es una opción, ¿por qué no?. Sin embargo, uno que hizo un retrato de lo que vendría fue George Orwell. Y el futuro que presenta en su famoso libro “1984”, no puede ser más terrible para todos nosotros. Es un libro del que siempre recomiendo su lectura y es increíble su actualidad a pesar de haber sido escrito ¡en 1948!
 
Muchas de sus predicciones en las que habla del “Hermano Mayor” (esa es la traducción exacta de Big Brother, y no Gran Hermano), la vigilancia y seguimiento de la población, la corrupción en el lenguaje y el control y la re-escritura continuada de la historia fueron una realidad en los países comunistas y ya en occidente. El poder policial en occidente para interceptar los e-mails y conversaciones telefónicas se han ido extendiendo, se guardan y se van ampliando los ficheros de ciudadanos potencialmente o realmente peligrosos para el sistema, se puede entrar en las casas sin pre-aviso bajo la excusa del terrorismo. Nuestros gobiernos guardan información digital sobre los ciudadanos normales con el peligro de que esa información vaya a parar a un banco centralizado de datos. Nunca hemos estado más desprotegidos que en la actualidad, y eso sólo puede ir a más.
 
Todo ello nos lleva a esquemas totalitarios de sociedad, donde una de las ofensivas ha sido la forma de hablar y presentar los acontecimientos la “Neolenguaje”, con sus términos “políticamente correctos” y anodinos. Por ejemplo, palabras como “democrático”, “socialista”, “fascista”, “criminal de guerra”, “fanático”, “talibán”, “luchadores de la libertad”, “racista” y muchas más, son utilizadas engañosamente, de forma propagandística para crear la histeria en la masa de la población o simplemente asegurarse de que la masa jamás estará cerca de la verdad.
 
En el libro “1984” todo eso queda registrado, pero además habla de forma inquietante del control de la historia o control del pasado. Y esa profecía de Orwell ya ha sido en buena parte cumplida. Cuando oigo lo de la “Memoria Histórica” del nefasto Rodriguez Zapatero, recuerdo siempre a Orwell y el intento socialista de cambiar la historia que fue y que no les beneficia, adecuándola a su conveniencia. El héroe del libro, Winston Smith, trabaja en el “Ministerio de la Verdad”, re-escribiendo y falsificando la historia. 

Allí se hace desaparecer a la gente de la historia, a personajes incómodos, como si no hubiesen existido jamás. Y lo fantástico es que crean figuras históricas que jamás existieron y las encajan el periodo de interés. El “Hermano Mayor” que controla el Estado de Oceanía, utiliza a una “policía del Pensamiento”, para asegurarse de que la gente en el partido y fuera de él se mantiene bajo control. Oceanía está en guerra perpetua tanto con Eurasia como con Estasia y las alianzas entre los tres estados cambian sin una explicación racional. Las “Semanas del Odio” contra Goldstein (nombre judío), el líder de una supuesta oposición subterránea  al “Hermano Mayor” y también “sesiones de odio” contra Estasia y Eurasia se van sucediendo en el relato.
 
Insisto en la importancia del control pasado en el libro y que es algo que muchos comentaristas pasan por alto cuando hablan de la obra. Un ejemplo de ello lo sufrió el propio Orwell ya que se ha suprimido el hecho de que Orwell consideró en un principio titular a su libro “1948” por las tendencias ya a la vista en aquel entonces de un incipiente inicio de un “Hermano Mayor” en la sociedad británica y que ya incluían el control de la historia. Y también queda indicado por la supresión del hecho de que Orwell puso en duda el uso de cámaras de gas en Polonia. Eso no le granjeó muchos amigos. Orwell escribió que “la indiferencia por la verdad objetiva es promovida por el sellado de una parte del mundo sobre la otra, lo que dificulta enormemente descubrir qué está pasando en realidad. Siempre tienen que haber dudas sobre los hechos más importantes... las calamidades o desastres que constantemente se anuncian, batallas como masacres, hambrunas, revoluciones, etc. 

Todo eso tiende a inspirar al ciudadano medio una sensación de irrealidad. Uno no tiene la posibilidad de verificar los hechos, incluso uno no sabe a ciencia cierta de lo que ha sucedido y uno siempre recibe diferentes interpretaciones de diferentes fuentes. Probablemente la verdad no se puede descubrir, pero los hechos son presentados de forma tan deshonesta que el lector normal y corriente está perdido tanto para tragarse las mentiras como para tener alguna forma de opinión” Lo que dice Orwell en este párrafo es indiscutible y es la realidad que nos rodea a diario.
 
Es posible que su experiencia en la Guerra Civil española donde los informes de las batallas no tenían relación con los que pasaba, hizo que Orwell tuviese un gran escepticismo sobre la posibilidad de que incluso alguien con buena fe explicase la verdad. Fue muy escéptico sobretodo con historias sobre atrocidades. Hemos de saber que Orwell trabajó durante un tiempo para la BBC y su “Ministerio de la Verdad” está basado en gran parte en la BBC. Orwell fue testigo de la propaganda falsa de odio que se emitió durante la II Guerra Mundial y el control de la historia a través de noticias censuradas sobre la política genocida aliada de masacrar las ciudades alemanas con bombardeos despiadados continuos.
 
La percepción popular de la historia está basada en un “lavado de cerebro” efectuado por los medios de comunicación masivos, adoctrinamiento en el sistema educativo, auto-censura y “docudramas” televisivos como “Vientos de Guerra”, “Tora, Tora, Tora”, “Gandhi”, “Gallipoli” u “Holocausto”, impregnan a la gente como las pantallas de “1984” y no son más que una mezcla de ficción y realidad. Dan una clara y creíble, pero a menudo manipulada, visión de los hechos históricos. Esto no es nuevo. Shakespeare y sus “docudramas” como Ricardo III, servían a un propósito similar. La impregnación de la televisión y la literatura de masas (Código Da Vinci, 50 Sombras de Grey, y toda esa basura), convierten a la gente en más susceptibles de aceptar el “lavado de cerebro” del “Hermano Mayor” que en el pasado. El siglo XX ha sido el siglo de la propaganda masiva. Debido a los diferentes sistemas de propaganda, la gente en países diferentes como Rusia, China o los Estados Unidos pueden tener diferentes creencias sobre su historia y sobre la historia en general.

No hay comentarios:

Publicar un comentario