domingo, 25 de enero de 2015

NORUEGA (Editado originalmente el 17/5/2013)

Hay un blog en el que aprecen artículos interesantes y que se llama “Gates of Vienna” (Puertas de Viena). Como su nombre indica, hace referencia a la ciudad donde se detuvo a las jenízaros y otras tropas turcas en su invasión de Europa. Evidentemente es un blog identitario, pero muy interesante por los artículos que va publicando. Y concretamente publicaron uno que me ha parecido interesante compartir con vosotros, se titula: Los musulmanes dominan a los habitantes locales en las calles de Noruega.

En alguna ocasión he hecho referencia a lo que sucede en los países del norte de Europa en diferentes campos sociales y la verdad es que esto pinta muy mal. No dejan de ser fotografías de lo que se nos viene encima por nuestra cobardía y dejadez europea, permitiendo que nuestra sociedad admita estas cosas como normales sin reacción alguna de defensa. El artículo explica el desastre y el resultado de la multiculturalidad y la inmigración desbocada. La historia es de sobras conocida por nosotros: las élites fomentan y protegen la inmigración sin tener que pagar los costes sociales que representa. Los costes son pagados por esos, nosotros, que no podemos huir de esas zonas donde impacta la inmigración.

En Noruega, concretamente, los habitantes locales no pueden pagar el trasladarse a lugares más seguros, con habitantes europeos y blancos como ellos, donde puedan mandar a sus hijos a escuelas con otros niños noruegos y donde la lengua es la propia. Esos noruegos autóctonos están forzados a aguantar la humillación y la degradación del hundimiento del comportamiento multicultural, en el cual la élite política y financiera les ha obligado a vivir. Los costes para esos desafortunados son dramáticos. En el artículo se señala lo agresivos que son los musulmanes inmigrantes, especialmente con los chicos noruegos.

Es evidente que una característica de las sociedades occidentales el el énfasis por el individualismo a diferencia del colectivismo de muchas otras sociedades en el mundo. Esta dicotomía esta muy clara en Noruega según el artículo: los musulmanes tiene una enorme red social basada en el parentesco y son agresivos en grupo, siendo cobardes individualmente. El resultado es una jerarquía con un claro dominio: los locales (noruegos) en la parte inferior y los grupos musulmanes en la parte superior. Como decía antes, en el caso de los chicos noruegos esta es una jerarquía en la que están en el peldaño inferior de la escalera. Serán atacados si no aceptan las reglas de juego musulmanas y si no se convertirán en inmigrantes noruegos. Si un chico noruego se mete en problemas, sólo tiene una pequeña familia y una pequeña red social, al revés que un chico pakistaní o somalí, no tiene un clan de hermanos, tíos y parientes que vendrán rápido en su ayuda en caso de conflicto. En la mayoría de los casos el chico noruego sólo tiene un pariente, nada más.

Esta atomización y aislamiento, celebrada como ultra individualismo y el desprecio por la asociación y el bien común por los socialistas, ha inhibido la formación de una oposición masiva europea, sobre todo en las calles. En el artículo se deja claro que no sólo los noruegos están forzados a enfrentarse a las bandas hostiles de musulmanes, sin soporte de amigos y parientes, tampoco tienen la ayuda de las escuelas (en las cuales acomodan a los musulmanes y su cultura y les excusan de sus agresiones como el resultado de la guerra en sus propios países) o los medios de comunicación que rechazan publicar o comentar la vida real en las calles. Debe decirse también que el sistema de justicia también falla contra los noruegos con indulgencia hacia los musulmanes y no invirtiendo recursos contra la epidemia musulmana de violaciones de mujeres noruegas.

Por ello, los noruegos están totalmente aislados. Los musulmanes tienen una enorme red de parentesco que se ayuda entre ellos en los momentos de necesidad. La idea de las sociedades occidentales es que el individualismo permite la construcción de sociedades civiles donde los lazos de parentesco apenas tienen importancia. Es por eso que Siria e Irak no pueden construir sociedades civiles, sino grupos de parentesco que están en constante conflicto. Las sociedades occidentales están basadas en la confianza y ese es el corolario de la psicología del individualismo occidental. El problema es que pensamos que cada uno “es como nosotros”, lo que permite montar esas sociedades individualistas con instituciones democráticas o republicanas. Es la mentira base del multiculturalismo. Pero el colectivismo musulmán es muy eficaz contra el individualismo dentro de una sociedad. Este es, sin duda alguna, la razón principal del triunfo del judaísmo como cultura colectiva en las sociedades occidentales atomizadas e individualistas. La red étnica judía es muy eficaz en el mundo intelectual y en otros centros de poder en todo occidente.

Los grupos muy disciplinados y cooperativos entre ellos, son capaces de barrer las estrategias individualistas. Para mantener esa disciplina la religión es un factor clave con sus “comisarios religiosos” imanes o rabinos que controlan férreamente que se sigan esos preceptos religiosos entre el grupo. En el caso de los judíos y sus intelectuales han formado un grupo muy cohesionado cuya influencia deriva de su solidaridad y cohesión de grupo. La actividad intelectual es como cualquier otra actividad humana: los grupos cohesionados aplastan las estrategias individualistas. El resultado es que el colectivismo se hace dominante, muchos de los individualistas aceptan su subordinación y comienzan a seguir a los colectivistas, como muchos blancos en todo occidente que admiran a los judíos como grupo dominante. 

Como se indica en el libro de Kevin McDonald “Culture of the Critique”, “una vez que los judíos han conseguido la predominancia intelectual, no es ninguna sorpresa que los “gentiles” (es decir, los que no somos judíos) querrán atraer a los intelectuales judíos como miembros de un grupo prestigioso y dominante socialmente y como personas de recursos valiosos”. Como decía el escritor William Barnett editor del “Partisan Review”, sobre su “temor y admiración” por los intelectuales de Nueva York, grupo predominantemente judío “Son seres, a mis ojos, investidos con un extraño y misterioso glamour”

Algo así sucede en las sociedades nórdicas ante los musulmanes donde muchos chicos y chicas noruegos aceptan con admiración las costumbres de esa gente, quieren hablar como ellos, alteran su propia lengua para ello. Y las chicas, naturalmente ven a esos machos dominantes con interés sin tener en cuenta que para ellos no son más que objetos sexuales. Es curioso que los musulmanes puedan buscar chicas noruegas y hacer con ellas lo que les plazca, pero un noruego no puede ni acercarse a una chica musulmana. Y las chicas, según el artículo prefieren a esos musulmanes, posiblemente por su color de piel. Son rudos y tienen dinero a pesar de no tener trabajo. Un chico en el artículo comentaba su experiencia con una chica noruega quejándose de que le pidió para salir de forma romántica, y ella le dijo que tenía la personalidad correcta , pero que el problema era que él era noruego. Ella quería relacionarse con un extranjero. Que las noruegas acepten la dominación de los musulmanes es es el último desastre evolutivo para los hombres noruegos.

Esta dominación sexual y la importancia de nuestras mujeres en nuestra sociedad es la explicación de por qué los judíos y los musulmanes no quieren que nos acerquemos a sus mujeres y podamos procrear con ellas. Sería el fin de su pueblo, como lo está siendo del nuestro. Las mujeres y su rechazo por este tipo de gente foránea y contra la sumisión personal y sexual que representan,  es la base de nuestra continuidad ¿lo conseguiremos? ¿Querrán nuestras mujeres ver esto y rechazarlo?

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