jueves, 15 de enero de 2015

LA JAULA ELECTROMAGNÉTICA (Editado originalmente el 21/6/2011)

Dentro de la enorme cantidad de desarrollos técnicos de todo tipo realizados por los científicos alemanes antes y durante la guerra y al que dedicaré varios artículos en mi blog, me gustaría empezar por uno llamado “Elektromagnetische Käfig” o “Jaula Electromagnética”, aunque también era conocido entre los equipos de investigación como “Vampiro Electromagnético”.
 
Este desarrollo secreto fue sacado a la luz por el Ph Dr. en Geofísica Axel Stoll, en su libro muy recomendable “Im Dritten Reichsdeutsche Enwicklungen und die vermutlich wahre Herkunft der UFO” (Amun-Verlag, 2001). En este libro, el Dr. Stoll habla sobre una supuesta base alemana en el Tibet antes y durante la II Guerra Mundial. Sabemos a ciencia cierta del interés alemán y de las SS en concreto por ese país del Himalaya por muy diversas razones, desde la búsqueda del Sanghri-La, hasta el origen de la raza aria. Incluso hubo tropas y mandos SS entrenados en el Tibet.
 
El Dr. Stoll nos explica en su libro la base subterránea alemana en el Tibet y los sistemas de seguridad que la protegían de posibles espías o ataques enemigos. Entre los sistemas de protección indicados por el autor, nos cita uno que llama poderosamente la atención y es esa denominada “Jaula Electromagnética”, como el sistema máximo de seguridad. Un sistema por el cual, quien entrase en una instalación protegida por el mismo, sufriría las consecuencias fatales e irreversibles del sistema.
 
Nuestro autor pone como ejemplo la antigua Cancillería del Reich. Durante las últimas etapas de la guerra y ante el imparable avance de las tropas aliadas por el oeste y las rusas por el este, los pasadizos y cámaras subterráneas de la cancillería fueron inundadas para evitar que los secretos que no pudieron llevarse en su retirada, no cayesen en manos enemigas. Estamos hablando de bastante profundidad en la tierra, evidentemente de absoluta oscuridad y truculento. El inundar instalaciones subterráneas fue una práctica habitual durante esa última etapa de la guerra. Ahora volvemos a ellos, pero antes algunos datos.
 
Pero ¿de qué se trata? ¿cómo funciona este sistema?. El nombre ya indica buena parte de su funcionamiento: “Jaula Electromagnética”. En la zona donde estaba activo el sistema, un campo electromagnético estaba en stand-by y preparado para recibir al visitante indeseado. Las zonas que podía cubrir eran habitaciones de unos 20/30 m2, donde podían guardarse los secretos más importantes a proteger y que necesitaban la máxima seguridad, y no solamente porque estuviesen bajo tierra en grandes instalaciones. El Dr. Stoll no cita a sus fuentes por razones de seguridad, pero Stoll no es un cualquiera, ni es conocido por sus bromas. Sin embargo, cita una historia espectacular durante los 70‘s, como prueba de los resultados de ese sistema de protección, sucedida en la antigua República Democrática Alemana.
 
La Stasi o Servicio de Seguridad del Estado, de la Alemania comunista u Oriental, que es quien se encargó del asunto que explica el Dr. Stoll, fue una de las más eficientes policías, al mismo nivel que la KGB soviética, y bien conocida por su rudeza y falta de escrúpulos. Unía la efectividad alemana, con los principios comunistas de control de la población.
 
La Stasi se planteó el introducirse en las cámaras inundadas de la antigua cancillería, con el objetivo de recuperar documentos, material y tecnología que pudiese haber quedado allí tras la guerra. 

Evidentemente, disponían de información que parecía indicar que todo ese material estaba allí. Se preparó a un equipo de buzos que deberían entrar en las truculentas aguas, en las que nadie había entrado en más de cuarenta años y rescatar todo lo valioso que allí pudiera haber. Los buzos que se descolgaron con cuerdas y potentes linternas hasta entrar en las negras aguas de la antigua cancillería, no eran boy-scouts o gente débil. Eran tipos duro y profesionaless y habían sido formados por entrenadores soviéticos y alemanes en el Mar Báltico y en Murmansk para su trabajo sub-acuático en cualquier lugar del mundo. Tenían muchas horas de inmersión y experiencia acumuladas cada uno de ellos.
 
Lo que encontraron esos buzos en esas aguas fue el terror en estado puro. Tras regresar a la superficie, según el Dr. Stoll, los buzos presentaban varios síntomas muy extraños. Sus rostros mostraban muecas horribles y el problema es que esas muecas de terror no desaparecieron. Sus rostros se habían deformado en expresiones espantosas para siempre. No sólo habían sido desfigurados por algo desconocido, sino que además habían envejecido durante la inmersión. No sólo aparentaban ser más mayores, sino que incluso parecían unos ¡quince años más viejos! Pero eso no era todo... Funcionando como el sistema perfecto de protección, los buzos no podían recordar nada de lo sucedido bajo el agua. Su memoria había desaparecido y no era amnesia temporal, sino que fue para siempre.
 
Con sus conocimientos técnicos en geofísica, el Dr. Stoll analizó la información y dio la explicación del posible funcionamiento de este sistema de seguridad. Dentro de la zona a proteger por esa “Jaula”, el cuerpo humano se encuentra en una especie de “punto de energía cero”, en el centro físico de la habitación protegida. El cuerpo y su calor, hacen que el sistema se active y proteja el área encomendada. En ese punto, la energía es ¡succionada del cuerpo de la persona que ha entrado! Esa pérdida de energía humana, que hace funcionar el sistema de protección, altera el cuerpo humano y lo consume, pudiendo llevarle a la muerte en función del tiempo de exposición. Por ello, el “Vampiro Electromagnético” era ¿y quizás es todavía? el sistema de protección definitivo ¿Se está utilizando en la actualidad por algún estamento oficial y secreto? ¿Sigue funcionando en las tenebrosas aguas de la antigua cancillería?

3 comentarios:

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  2. No me extrañarían que tuvieran una máquina para vivir eternamente. Sino mirad el trabajo de George Lahkovky.

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  3. Hola Sr. Stroner y gracias por su participación. Desconozco la máquina que cita, pero buscaré información a partir del nombre que indica.
    Muchas gracias, Felipe Botaya

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