jueves, 1 de enero de 2015

INGLATERRA Y LA I GUERRA MUNDIAL (Editado originalmente el 16/9/2012)

La I Guerra Mundial abrió la posibilidad de llegar no sólo a la II Guerra Mundial, sino que sentó muchas de las bases de la sociedad, el sistema político y el poder que hoy tenemos y sufrimos en occidente. Y dentro de los muchos asuntos que conforman esa guerra, hay uno del cual apenas se habla. Uno se da por supuesto: la agresividad militarista alemana y la otra, como decía, apenas se cita: la involucración del gobierno británico en las etapas para llegar al conflicto.

Los medios oficiales, desde el inicio de esa contienda hasta prácticamente hoy, no han cesado en nombrar un culpable único de la guerra: Alemania. Es tarea casi imposible hallar estudiosos o historiadores incluso que rebatan el confortable mantra de que la autoritaria Alemania inició la guerra por su arrogancia y expansionismo militar prusiano. Se ha supuesto siempre que Inglaterra se vio abocada al conflicto tras la violación alemana de la neutralidad belga, en su camino para la conquista de la “democrática” Francia. Así ha sido explicado y así ha sido aceptado sin fisuras por la historia e historiadores oficiales, que no quieren ver su salario y prestigio oficial puesto en duda.

Pero si analizamos la historia veremos que el Secretario Británico de la Oficina de Exteriores, Lord Edward Grey, hizo todo lo posible para lograr el aislamiento de los alemanes y sus aliados austro-húngaros, que estaban preocupados por estar rodeados de enemigos. La llamada “Triple-Entente”, montada por el gobierno de Grey y que buscaba una alianza a largo plazo entre franceses y rusos, rodeaba a Alemania y Austria con ejércitos enemigos. En Julio de 1914, los alemanes se vieron obligados a apoyar a sus aliados austríacos en su guerra contra los serbios, que entonces era un estado-cliente de Rusia. Estaba muy claro entonces que ese conflicto necesitaba a los alemanes para luchar contra rusos y franceses.

Los militares alemanes aceptaron de forma fatídica la posibilidad de que Inglaterra entrase en conflicto con Alemania. Eso hubiese sucedido incluso en el caso de que Alemania no hubiese violado territorio belga, para poder golpear a los franceses antes de enviar a sus tropas a luchar hacia el este contra la invasión masiva de los rusos. Creo que los ingleses fueron cualquier cosa, pero no neutrales en todo este asunto. En el verano de 1914, su gobierno estaba a punto de firmar un acuerdo militar con Rusia, llamando a una cooperación contra la Pomerania alemana, en el caso de una guerra generalizada. Los británicos también habían asegurado al ministro francés de exteriores Théophile Delcassé, que ellos apoyarían a los franceses y a los rusos, que habían sido aliados desde 1891, si se iniciaba una guerra con Alemania. De largo y lo prueba la historia, los ingleses fueron más hostiles que los alemanes.

Teniendo en cuenta que en toda guerra hay un componente económico, el canciller alemán Theobald von Bethmann-Hollweg hizo concesiones muy importantes a Inglaterra y a sus aliados en 1912, dos años antes del inicio de la guerra:

1) La aceptación del dominio británico en la construcción de la línea férrea y el acceso a las reservas petrolíferas en lo que hoy se conoce como Irak.
 
2) Inversiones económicas en el África Central que claramente beneficiarían a los ingleses más que a los alemanes.
 
3) Mansamente seguir el liderazgo inglés en las dos guerra balcánicas, donde el enemigo de Austria, Serbia, le doblaba en territorio.

Los rusos y franceses habían incrementado el tiempo del servicio militar obligatorio para superar a las fuerzas alemanas y austríacas, pero ni las concesiones alemanas ni el “ruido de sables” de los aliados continentales de los ingleses, hizo cambiar al gobierno británico en su actitud hostil a Alemania. Lord Grey, que permaneció como Secretario Británico de la Oficina de Exteriores hasta 1916, nunca se desvió de su visión de que Alemania era el enemigo más peligroso de Inglaterra. Nadie ha sabido o podido dar una respuesta a esa visión, ni en qué estaba basada. 

Evidentemente, los historiadores pasan por alto este detalle y suelen ir directamente al atentado de Sarajevo y el expansionismo prusiano, para justificar los motivos del inicio de la I Guerra Mundial. El infame Tratado de Versalles y su aplicación levaron directamente a sentar las bases de la II Guerra Mundial. Pero eso será otra historia.

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