viernes, 23 de enero de 2015

¿QUIÉN PAGA LAS REVOLUCIONES? 2/2 (Editado originalmente el 7/5/2013)


Siguiendo con el excelente libro de Kerry Bolton “Revolution from Above”, su primer capítulo está dedicado totalmente a la “Escuela de Frankfurt” (y de la cual podéis encontrar varios artículos en este blog), que finalizó en tierra alemana cuando Hitler llegó al poder. En ese momento, y aunque Hitler no los detuvo, no les permitió seguir con su actividad. Tras este cambio político en Alemania y tras recalar en Suiza y París, todo el grupo de supuestos “filósofos” judíos huyó de la capital financiera alemana, Frankfurt, y se re-colocó en la capital del capitalismo, Nueva York, donde fueron acogidos rápidamente y sin problemas por la Universidad de Columbia, que les permitió seguir con su trabajo de demolición occidental y donde nunca les faltaron fondos para el mismo. Allí pudieron continuar con su labor de unir a Marx y Freud, dos charlatanes que han hecho un daño irreparable al mundo.
 
Miembros prominentes del grupo como Herbert Marcuse y Franz Neumann pasaron su tiempo durante los años 40´s, entre la prestigiosa Ivy League University y la Offie of Strategic Services, que fue la precursora de la CIA o Central Intelligence Agency. Estaban absolutamente en el sistema del que decían abominar. Era todo una farsa para incautos.
 
Después, durante los 60´s, Marcuse se convirtió en el “totem” de la “Nueva Izquierda” y a la par con su colega Wilhelm Reich, como el ideólogo principal de la “Revolución Sexual”. Los hippys fueron una creación de la “Escuela de Frankfurt” que se supone que atacaban a la sociedad, pero que sin embargo siempre estuvieron bajo control y fueron los tontos útiles. De Marcuse es la frase “Haz el amor y no la guerra” y recuerdo el cartel hippy diciendo “Marx, Mao, Marcuse”.  Sin comentarios. Bolton documenta cómo el aborto, la homosexualidad, el feminismo, la música psicodelica y el arte degenerado han sido promocionados por la CIA y profusamente financiados por las fundaciones exentas de impuestos de “El Gran Capital”, como la Ford, Carnegie y Rockefeller entre otras.
 
El ícono feminista Gloria Steinem ha admitido haber trabajado para la CIA. También han aparecido pruebas que ligan al gurú de las drogas Timothy Leary y propagador de la frase hippy “turn on, tune in, drop out”, que había estado también vinculado a la CIA. En realidad esto no debería ser una sorpresa para nadie. Por lo menos no lo es para mi. No hace falta decir que si esos supuestos “subversivos” no hubiesen contado con la aprobación y la ayuda de esos que de verdad detentan el poder, no hubiesen tenido la proyección pública e influencia social que tuvieron y nadie los habría conocido. Además creo que hubiesen sido eliminados físicamente... Así de simple. Sin embargo, ellos y muchos más formaban parte de un plan muy bien establecido y actuaban como piñones dentro del enorme engranaje de destrucción occidental.
 
Además de la torpe y auto-impuesta ceguera sobre el factor judío en todo esto, lo más chocante del libro “Revolution from Above” es que Bolton se basa en el testimonio de Aaron Russo en una entrevista con Alex Jones, que no se merece el ser dignificado de esa manera. Russo fue un exitoso emprendedor judío del negocio del ocio y el entretenimiento, que fue manager de Bette Midler y también productor de películas como La Rosa y Trading Places. En la entrevista con Jones que data de 2007, Russo a punto de morir de cáncer, habló de su amistad con Nicholas Rockefeller, un supuesto vástago de la ilustre familia y un “insider” de la élite del poder. Incluso si casi todo lo que dice Russo recordar de sus conversaciones encaja con los acontecimientos actuales, falla absolutamente y hasta puede resultar cómico, cuando dice que la élite mundial está considerando seriamente el traslado del Estado de Israel a Arizona USA. Creo que esa afirmación está más allá de lo creíble. La élite financiera tiene otras prioridades ahora mismo y esa no creo que esté entre ellas...
 
Al margen de algún fallo como este, que yo personalmente puedo entender y que no considero relevante, el libro en su conjunto es una exposición bien documentada de cómo funciona la revolución mundial de la finanza internacionalista, apátrida y cosmopolita. La mayoría de las referencias en las que se basa Bolton son fácil acceso y consultables para el lector que desee verificarlas. También Bolton es muy generoso con las citas en su libro, lo que ayuda a la mejor comprensión y credibilidad de su explicación. Y creo que es especialmente valioso ya que aporta información actualizada para lector inquieto sobre las raíces de las recientes y extrañas subversiones en las naciones de la antigua Unión Soviética y en el mundo musulmán.
 
Y todo ello en un sólo libro que recomiendo sin fisuras.

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