lunes, 26 de enero de 2015

LA PAZ (Editado originalmente el 16/1/2013)


Palabra bonita y que todos suscribiríamos sin pestañear, como las misses en los concursos de belleza, donde ponen a prueba sus conocimientos sobre los asuntos más peregrinos y cuyas respuestas sirven de mofa, vituperio, vilipendio y escarnio del público en directo y luego en Youtube. Sin duda ¿qué clase de ser humano no querría la paz? La paz mundial seguramente es una entelequia de difícil consecución y no porque no estemos todos de acuerdo en quererla, es que pueden haber personas o grupos que no desean que eso suceda. Y ponen todo su poder en llevar al mundo por otros derroteros más afines a sus intereses.
 
Igual que la paz, como he dicho, es uno de los anhelos del ser humano, también lo es la prácticamente unanimidad de de que Hitler ha sido la figura histórica más deleznable y odiosa que se pueda imaginar. Es el ejemplo de la maldad en estado puro, de la anti-paz y que sólo hizo cosas terribles para la humanidad. Sin embargo, y rascando un poco la historia nos sorprenderemos de que incluso mucha gente que se considera a sí misma bien informada sobre Hitler y el III Reich, son absolutos ignorantes de los muy numerosos esfuerzos del mismo Hitler para conseguir la paz en Europa. Estos esfuerzos incluían propuestas muy serias de reducción de armamentos y limitaciones a la expansión de armas. Estos esfuerzos, serios y rigurosos, fueron sistemáticamente rechazados por los líderes de Francia, Inglaterra y otras naciones poderosas.
 
Hitler pronunció un discurso sobre política exterior tras su democrática llegada al poder como canciller, y lo hizo en el Reichstag el 17 de Mayo de 1933. Ese discurso fue un llamamiento a la paz, igualdad de derechos y entendimiento mutuo entre las naciones. Sus argumentos no sólo estaban bien cimentados, sino que fue apoyado por los representantes de la oposición del Partido Social-Demócrata. Dos años después, en su discurso del 21 de Mayo de 1935 en el mismo Reichstag, Hitler volvió a insistir en la necesidad de la paz en base al mutuo respeto e igualdad de derechos. Incluso el “Times” de Londres, se refirió a ese discurso como “razonable, directo y comprensible”. Estas llamadas continuadas a la paz, no eran mera retórica como puede pensar algún lector. El 31 de Marzo de 1936, el gobierno de Hitler anunció un plan sensato para reforzar la paz en Europa. El detallado documento ofrece muchas propuestas bien sustentadas, incluyendo la desmilitarización de la zona del Rin, un acuerdo de seguridad para la Europa occidental, una prohibición categórica de las bombas incendiarias, gases venenosos, carros pesados y artillería pesada. 
 
A pesar de esta amplia oferta y otras como esa, todo fue rechazado por los líderes en Londres, París, Varsovia y Praga. Sin embargo, las iniciativas de Hitler no fueron del todo estériles. Por ejemplo, en Enero de 1934, su gobierno concluyó un pacto de no agresión por 10 años con Polonia (desgraciadamente, el espíritu de este pacto fue roto más tarde por los hombres que llegaron la poder en Polonia tras la muerte del Mariscal Pilduski en 1935). Uno de los éxitos más importantes de Hitler en política exterior fue un acuerdo naval con Inglaterra, firmado en Junio de 1935. Curiosamente este tratado naval no hacia caso del Tratado de Versalles y mostró que ni Londres ni Berlín creían en la validez de ese infausto tratado.
 
Durante años Hitler trató de hallar una alianza con Inglaterra o por lo menos una relación cordial entre los dos países, basada en el respeto mutuo. En ese esfuerzo, tuvo cuidado de no ofender a Inglaterra en su orgullo o sensibilidades, o hacer cualquier propuesta que pudiese amenazar los intereses británicos. El Führer también trabajó para lograr unas relaciones cordiales con Francia, bajo los mismos criterios de respeto con Inglaterra. Durante años, los historiadores han tendido a ignorar las iniciativas de Hitler para reducir la tensión y promover la paz y rechazarlas como un engaño. Pero si los líderes responsables de Inglaterra y Francia durante los años 30, hubiesen considerado que esas propuestas eran un engaño o un bluff, lo hubiesen podido mostrar fácilmente como tales dándoles una consideración seria y comprobando hasta donde llegaba Hitler. Su actitud irresponsable sugiere que entendían que las propuestas de Hitler eran sinceras, pero las rechazaron de todas maneras ya que aceptarlas podría poner en peligro la predominancia militar y política de ambos países en Europa.
 
Hitler no quería la guerra en 1939, como ya he explicado en otros artículos de este blog, y por descontado menos un conflicto a escala mundial. Quiso de forma sincera una resolución pacífica con Polonia, sobre la base de una ciudad-estado, Danzig, étnicamente alemana y su corredor que fue el detonante. Su sinceridad de no querer la guerra ha sido incluso confirmada por eminentes historiadores como el británico A.J.P. Taylor (muy pocos, esa es la verdad). Fue, por supuesto,  las declaraciones de guerra de Francia e Inglaterra contra Alemania del 3 de Septiembre de 1939, con el soporte del presidente USA Roosevelt, lo que transformó un choque entre Polonia y Alemania en un conflicto mundial.
 
Para justificar su declaración de guerra, Inglaterra protestó de que Alemania había violado la soberanía polaca y había amenazado la independencia polaca. Sin embargo lo hueco e insincero de esta proclama queda demostrado por el hecho de que Inglaterra no le declaró la guerra a la Unión Soviética que entró en Polonia dos semanas después. Inglaterra traicionó a Polonia y no sólo en 1939, sino en 1944/1945 cuando permitió que la Unión Soviética se quedará con Polonia y la subyugara sin piedad. Esto es válido para Francia, no lo olvidemos.
 
La exitosa campaña alemana de Mayo-Junio de 1940 sobre Francia y el cuerpo expedicionario inglés muy superior numéricamente al ejército alemán, hizo que Hitler volviese a ofrecer la posibilidad de detener el conflicto dejando escapara a más de 300.000 soldados británicos de Dunkerke e iniciando contactos diplomáticos secretos, pero fue nuevamente rechazado por Churchill con las consecuencias que todo conocemos.











1 comentario:

  1. Hola soy Dorian, no se si esta activo este blog pero es lo único que encontrado de usted tras el cierre de La Coctelera, además del amplio foro de lamarea.com que resulta ser demasiado "mareante" me temo. En fin la búsqueda también me ha llevado a descubrir algunas actuaciones suyas en YOUTUBE e IVOOX, tan interesante como siempre...
    En fin el motivo de escribirle es porque tras el cierre de La Coctelera y perder pues ese enriquecedor ámbito, para dar nueva difusión quizá debería incluir las direcciones sus blogs en internet en su nuevo libro, ahora no tengo a mano los que ya publicó por lo que ignoro si ya esta recogida la reseña de las www..., pero si aún no se ha publicado "EL VUELO DEL AGUILA", quizá sería bueno incluirlas para que almenos sus lectores nos volvamos a encontrar.

    Un abrazo... und Heil Stark!

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