jueves, 15 de enero de 2015

LOS ERRORES DE EINSTEIN (Editado originalmente el 7/8/2013)


En Marzo de 2012 publiqué un artículo sobre el encumbrado en la gloria Albert Einstein, que desde mi punto de vista fue un fraude en muchos de sus supuestos descubrimientos y sobre todo en el de la Teoría de la Relatividad que no sólo le ha hecho famoso, sino que es un dogma que no puede discutirse ¿qué curioso verdad?. Y no es broma. Los responsables del Experimento OPERA, que en el CERN demostraron que se podía ir más rápido que a la velocidad de la luz, fueron despedidos de forma fulminante con absurdas explicaciones oficiales y supuestos errores de medición y cableado. El mito caía y eso obligaba a re-escribir la física y el pequeño grupo que manda de verdad en el mundo no lo podía tolerar. Hemos de seguir un esquema cultural y de héroes científicos establecido. Los demás, no existen.
 
Todo esto viene a cuento por un libro aparecido hace algún tiempo y titulado “Einstein’s Mistakes” (Los errores de Einstein), de Hans C. Ohanian y que incide en lo que yo explicaba (y yo no es que sea más listo que nadie, pero es de sentido común que en el momento que un supuesto acontecimiento histórico o avance científico se convierte oficialmente en dogma y por lo tanto indiscutible y con represalias, es que hay “gato encerrado”). Es un libro que os recomiendo.
 
Einstein se ha convertido en una figura popular que excepto algún supuesto científico televisivo y muy New Age como Carl Sagan, no tiene parangón en el mundo de la ciencia . Si se le pregunta a cualquiera ¿de dónde viene la fórmula E=mc2? casi con toda seguridad el nombre de Einstein aparecerá al momento. Es el nombre emparejado a la fórmula para siempre y que aparece en camisetas, tapas de libros, tazas, etc. Además es el sinónimo de “genio”, como la imagen despeinada y de sabio pirado de Einstein. Una imagen alentada por los medios y aceptada por el pueblo.
 
Pero el problema de todo esto que la famosa fórmula no fue descubierta por Einstein. Se conocía años antes de que él la presentase como trabajo propio en los famosos papeles de 1905 titulados “La Inercia de un cuerpo ¿depende de su contenido de energía?”. Ni siquiera en este caso era completa. Todos deberíamos saber que el joven Einstein trabajó como inspector de patentes en Zurich y allí tuvo acceso a todos los trabajos científicos que deseaban registrarse oficialmente. Lo único que hizo fue tomar “prestado” los trabajos de otros científicos y apropiárselo.
 
Fue en 1911 cuando el físico Max von Laue ofreció la prueba completa de la “Teoría de la Relatividad”, afectando a nuestra noción de la materia y el movimiento. Einstein siempre trató durante años de demostrar algo mejor con su teoría “prestada” pero nunca pudo. Hans C. Ohanian remacha además que los trabajos de Einstein contienen infinidad de errores, a veces pequeños y otros fundamentales que hacían dudar de sus aparentes propias creaciones o investigaciones. Incluso a veces, errores fatales que minaban la lógica de sus argumentaciones. Ohanian habla del “año milagroso de 1905” diciendo que cuatro de cada cinco informes de Einstein vienen de ese año fantástico, justo cuando Einstein trabajaba en la oficina de patentes de Zurich, como he comentado más arriba y que dichos informes estaban “plagados de errores”.
 
La lectura de la tesis doctoral de Einstein, aceptada ese mismo año tras una chapuza que presentó previamente, contenía tantos errores en sus escasas 17 páginas, que cuando se quiso editar bajo el título “Collected Papers”, muchas décadas después, los editores se vieron forzados a añadir 30 notas a pie de página para corregir y hacer inteligible el lío original. Me hubiese gustado saber quien formaba parte del tribunal..., quizás eso explicaría muchas cosas que no se entienden.
 
Y mucho más increíble, hay errores en su Principio de Equivalencia (que tiene que ver con la gravedad y la aceleración), que es una parte muy importante de la Teoría de al Relatividad. Y también hay errores en el esfuerzo de Einstein en introducir una “constante cosmológica” en sus ecuaciones de espacio-tiempo. La constante matemática se suponía que confirmaba la creencia de Einstein de que el universo es estático. Más tarde trató de comprender de que no era estático y se refería a este asunto como su “mayor metedura de pata”. Pero este supuesto acto de contrición no le impidió dedicar los últimos 30 años de su vida en un esfuerzo inútil de formular una teoría del universo basada en los campos unificados.
 
Es de agradecer a Ohanian que no escriba como un físico ya que explica su crónica de errores de Einstein con una prosa clara y para todos. Si alguno de vosotros ha leído alguna de las biografías sobre Einstein escritas por Walter Isaacson o Jürgen Neffe, verá cosas en común, pero lejos de deidificar a Einstein como si no cometiera errores, ni hubiese aprovechado su posición en Zurich para sacar el máximo partido y tratar de pasar a la posteridad, Ohanian nos explica qué tipo de individuo era. Sin embargo los medios y una sociedad de pocas luces y debidamente domada, han hecho el resto.

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