Según se empieza a saber actualmente durante la “Batalla de Inglaterra” en la primavera/verano de 1940, los pilotos británicos tuvieron que confiar en los servicios de búsqueda y rescate alemanes para que les salvasen de morir ahogados. Un 80% de los pilotos ingleses derribados sobre el mar murieron, frente a al 50% de los que lo hicieron sobre tierra. Este problema llegó a ser tan importante que se ordenó a los cazas británicos que tratasen de evitar el vuelo sobre el mar, ya que muchos pilotos morían ahogados.
En el año 2010, durante las conmemoraciones del 70 aniversario de la terrible batalla aérea, se supo que al menos 200 pilotos murieron innecesariamente tras caer en el mar. Este descubrimiento, que había sido ocultado, ha visto la luz como resultado de la investigación del historiador militar el Dr. Richard North. En su investigación, el Dr. North dice que una vez en el agua tenían pocas posibilidades de supervivencia, salvo que le recogiese un barco de guerra o de pesca que casualmente navegase por allí. Dependían totalmente de la casualidad.
El servicio alemán, que ya se había montado en 1935, llegó a ser tan efectivo que los mandos de la RAF ordenaron a sus pilotos derribar los hidroaviones Dornier 24 de la Luftwaffe, que estaban desarmados y pintados de blanco con una gran cruz roja pintada en el fuselaje. De todas formas, se cree que estos aviones eran usados también para misiones de reconocimiento encubierto. El Dr. North dice que “Este fue uno de los más desgraciados episodios de toda la guerra”.
El Dr. North continua, “Para un piloto de la RAF el ser derribado sobre el mar era casi una sentencia de muerte si el servicio de rescate alemán no estaba por la zona. Muchos buenos pilotos se perdieron y eran imprescindibles contra el ataque alemán”. Frustrados por el escaso esfuerzo en el rescate un piloto neozenlandés, el teniente RF Aitken, llegó a “agenciarse” una lancha rápida “Walrus” que pertenecía a la Flota del Aire y salvó a 35 pilotos ingleses y alemanes durante el verano de 1940. Los mandos aéreos asumieron que con el alto volumen de barcos en las costas inglesas sería suficiente para localizar y rescatar a los pilotos derribados.
Pero el 19 de Agosto el Vice Mariscal del Aire, Sir Keith Park, que comandaba el el grupo de caza del sureste, ordenó a sus controladores de vuelo no hacer seguimiento de los pilotos sobre el mar “ya que muchos se ahogaban”. Era perder el tiempo... Sin embargo, el corto número de pilotos estuvo a punto de costarle a los británicos la campaña y cuando los combates aéreos de desarrollaron sobre tierra, las cosas empezaron a cambiar.
No fue hasta el 22 de Agosto cuando en una reunión de emergencia bajo la dirección del Mariscal de Aire Sir Arthur “Bomber” Harris, se analizó el problema del rescate en el mar de los pilotos. Sólo hasta finales de 1941 el “Air Sea Rescue Directorate”, no fue operativo y al final de la guerra la RAF disponía de 18 lanchas de rescate que cubrían el litoral británico. Pero para entonces la “Batalla de Inglaterra” era historia.
La última ironía a toda esta tragedia para los pilotos británicos fue cuando Churchill pronunció el famoso discurso con la frase lapidaria de “Muchos deben mucho a muy pocos”, refiriéndose al sacrificio de los pilotos de caza de la RAF frente a la Luftwaffe, la fuerza inglesa aérea estaba de nuevo sin un servicio de rescate y con sus aviones de reconocimiento “Nimrod” en sus hangares para ahorrar...
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