Lenín dijo en una ocasión en 1921 que “el comunismo quedaría realmente instaurado el día en que se pudiesen construir urinarios de oro”...
En un artículo anterior hablaba sobre la conspiración y los conspiranoicos y hablaba también de algunos acontecimientos históricos, donde grupos y familias que detentan el poder habían conspirado para unos resultados determinados que aún les diesen más poder. Citaba que la tecnología que se había transferido a la Unión Soviética y el soporte financiero de todo ello, era apabullante. Vamos a hablar del oro como elemento de conspiración entre este-oeste y hasta nuestros días.
Sabemos que la Unión Soviética ha sido y es el mayor productor de oro del mundo. Lenín, como cito más arriba, lo tenía claro hasta el punto que llegó a escribir un ensayo en 1921 sobre el oro y recomendando a los bolcheviques que tuviesen un comportamiento “como los capitalistas más implacables, hasta el triunfo mundial del socialismo”. Este criterio, que se ha mantenido válido durante los últimos 70 años convirtió a la Unión Soviética en una enorme empresa especulativa, para manipular las cotizaciones y valores en los mercados del preciado metal. Eso fue así, pero también estaremos de acuerdo en que la Unión Soviética por sí misma difícilmente podía llevar a cabo una operación así sin colaboradores fuera de la misma URSS. Por ello, hacía falta una conspiración a gran escala con los capitalistas para obtener resultados. Recomiendo el libro demoledor del francés Eric Laurent “Moscu á Wall Street”, sobre esta cuestión.
Sabemos que la República de Sudáfrica es prácticamente el único competidor serio en producción de oro frente a la Unión Soviética. Curiosamente ya en los años 20 habían relaciones comerciales sobre el oro entre ambos países. En los años 90 al terminar la URSS, el clima de colaboración comercial y de otras índoles había llegado a su apogeo. Laurent lo demuestra claramente en su libro y que en él dice que los soviéticos y los sudafricanos se reúnen con regularidad para pactar el precio del oro y que no hayan cambios desmedidos. Estas reuniones suelen celebrarse en Londres. Además, la sede del mayor grupo minero mundial, la empresa sudafricana Anglo-American Corp., está en plena City londinense. Es una nebulosa de más de mil sociedades repartidas por todos los continentes ¿es conspiración? ¿es coincidencia?...
Estas sociedades, como es obvio, forman un conglomerado, un verdadero imperio y son propiedad de la familia Oppenheimer. Henry Oppenheimer patriarca de esta saga familiar y sionista de pro, no sólo es unos de los hombres más ricos del mundo, sino que forma parte de las grandes sociedades secretas que dirigen el mundo. No es solamente el primer productor mundial de oro a nivel privado, sino de materias primas estratégicas como el platino, el vanadio o el molibdeno que son vitales para la supervivencia de Occidente. Este caballero controla el 90% del mercado mundial de los diamantes en su sociedad De Beers. El 10% restante es controlado por los clanes judíos en Amberes, Nueva York y Tel Aviv. Todos ellos colaboraron intensamente con la Unión Soviética durante los últimos cincuenta años de esa potencia comunista ¿coincidencia?
La Anglo-American, al igual que otras empresas multinacionales, tiene una filial en Bermudas desde donde tranquilamente se pueden hacer inversiones donde interesa de USA, América del Sur y la ¡Unión Soviética! La Anglo-American Corp., empresa del capitalismo más feroz, comparte el control del oro y de los diamantes con la Unión Soviética... De Beers tiene el permiso del gobierno de la URSS para la comercialización de los diamantes procedentes de la minas de Yakutia, en Siberia, que se extraían con presos políticos y podemos imaginar en qué condiciones... Los encuentros entre De Beers y los soviéticos siempre han sido cordiales, regulares y con objetivos e intereses comunes ¿es conspiración? ¿es coincidencia?...
Hay que dejar claro que el oro sigue siendo el patrón monetario internacional a pesar de su disfraz con teorías económicas, que sólo creen los ilusos. El Este ha tenido una actuación totalmente capitalista, siguiendo la estela y designios de Lenín y la cooperación de empresas como De Beers o la multinacional a la que pertenece, Anglo-American Corp. Ambas empresas son dirigidas por la familia Oppenheimer, gran defensora de los negros contra el “apartheid” y muy amigos de Moscú. No es un secreto, pero la mayoría de los comunistas ignoran este hecho ¿será por casualidad? ¿por conspiración? ¿o coincidencia?....
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