lunes, 26 de enero de 2015

PEARL HARBOR - UN MISTERIO CADA VEZ MÁS CLARO (Editado originalmente el 8/12/2013)


Hoy día 8 de Diciembre de 2013, se celebran los 72 años del ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor, en Hawaii. Ese día, Franklin D. Roosevelt subió a la tribuna antes de una sesión del congreso para solicitar la declaración de guerra contra el imperio japonés. Un día antes, al amanecer, una flota de aviones de combate, que habían despegado desde varios portaaviones japoneses, bombardearon a la flota norteamericana allí anclada.
 
Según dijo el ex-presidente republicano Herbert Hoover “Sólo tenemos un trabajo que hacer ahora y es derrotar a Japón”. Pero a sus amigos que le apodaban “El Jefe”, les enviaba otro mensaje “Vosotros y yo sabemos que pinchar continuamente a las serpientes de cascabel acaban mordiendo a este país”. Hoy en este aniversario del bombardeo sobre Pearl Harbor, se ha escrito una historia muy interesante del período que va de 1943 a 1963 y que por fin ha salido a la luz. Y no es ni más ni menos que la explicación de Hoover sobre qué sucedió antes, durante y después de la II Guerra Mundial, y la implicación de los USA. El título “Freedom Betrayed: Herbert Hoover’s History of the Second World War and Its Aftermath” (Libertad Traicionada: La Historia de la II Guerra Mundial de Herbert Hoover y sus Consecuencias). Está editado por el historiador Georg Nash.
 
El libro es una acusación directa a Roosevelt y los hombres de su equipo, que mintieron de forma prodigiosa sobre su interés en mantener a los USA fuera de la guerra, mientras deliberadamente iban paso a paso para meter al país en ella. Las 50 páginas sobre el inicio de la guerra en el Pacífico están basadas en su memoria y documentos de ambas partes para demostrar la culpabilidad de Roosevelt. Y quizás la mejor forma de demostrar el poderío de este libro es la forma en que Hoover describe los hechos, de forma cronológica e increíblemente semana a semana.
 
Consideremos la situación de Japón en el verano de 1941. Tras cuatro años de guerra con China que no podía ganar ni acabarla y habiéndose trasladado a la Indochina Francesa, Japón se veía a sí mismo cerca del final de su atadura con la guerra. Dentro de su gobierno había una facción poderosa dirigida por el Primer Ministro el príncipe Fumimaro Konoye que, desesperadamente, no quería la guerra con los USA. Esa facción pro “Anglo-Sajona”, incluía a los oficiales de la marina que lucharon junto a los americanos y la Royal Navy en la I Guerra Mundial. Mientras que la parte proclive a la guerra se centraba en el ejército y en su general Hideki Tojo y el Ministro de Exteriores Yosuke Matsuoka, un furibundo anti-americano. El 18 de Julio de 1941, Konoye derrocó a Maysuoka, reemplazándole por el pro “Anglo-Sajón” Tejiro Toyoda.
 
La respuesta USA: el 25 de Julio se congelaron todos los bienes japoneses en los USA, paralizando todas las importaciones y exportaciones y negando a Japón el petróleo del que dependía el imperio japonés. Sorprendido, Konoye aún siguió con la política de paz, ganando el apoyo secreto de la marina y el ejército para verse con Roosevelt en la costa oeste y escuchar y responder a la demandas USA. El embajador americano Joseph Grew imploró a Washington que no ignorasen la oferta de Konoye, que el príncipe le había convencido de que se podía alcanzar un acuerdo para la retirada japonesa de Indochina y el sur y la China central. Sin temer a los ejércitos de Mao o de Stalin, Tokyo quería ser como un parachoques en el norte de China ante los comunistas.
 
El 28 de Agosto, el embajador japonés en Washington presentó una carta personal a Roosevelt de parte de Konoye, implorando una reunión. Tokyo rogó a los USA que mantuviesen la oferta de Konoye en secreto, ya que revelarlo podía poner en peligro el gobierno del Primer Ministro. El 3 de Septiembre, la carta fue filtrada al “Herald Tribune”. El 6 de Septiembre Konoye se reunió de nuevo en una cena de tres horas con Grew, para decirle que Japón ahora estaba de acuerdo con los cuatro puntos que los USA solicitaban como base para la paz. No hubo respuesta.
 
El 29 de Septiembre, Grew envió lo que Hoover describe como “una súplica” para que el presidente no dejase pasar esa oportunidad para la paz. El 30 de Septiembre, Grew escribió a Washington “El barco de guerra de Konoye está preparado y esperando llevarle a Honolulu, Alaska o cualquier otro lugar designado por el presidente”. No hubo respuesta. El 16 de Octubre, el gabinete de Konoye cayó. 

En Noviembre los USA interceptaron dos nuevas ofertas desde Tokyo: una Plan A para acabar la guerra con China y la ocupación de Indochina y si era rechazada un Plan B, una situación estática en la que ninguna parte hiciese ningún movimiento nuevo. Ambas fueron rechazadas. En una reunión del 25 de Noviembre, del Consejo de Guerra de Roosevelt, el Secretario de Guerra Henry Stimson habla del consenso que había entre los presentes “La cuestión era cómo podíamos manipularlos (a los japoneses) para... para que disparasen el primer tiro, sin que nos representase mucho peligro” Frank Knox, Secretario de la Marina escribió “Podemos barrer a los japoneses del mapa en tres meses”.
 
Tal como Grew había predicho, Japón una nación “Hara-Kiri”, se probó capaz de suicidarse a si misma en China en las garras de Mao, las guerras USA en Corea, Vietnam y el crecimiento de una una China soberbia, que muestra muy poco respeto por los USA, la gran superpotencia de antaño.
 
Os garantizo que si que queréis saber la historia que construyó nuestro mundo actual, pasad una semana con el libro de Hoover. No os defraudará y os dará luz de los movimientos bajo mano que pudieron evitar la catástrofe política y la ingeniería social que sufrimos hoy.
 
Y me pregunto ¿Por qué no hay consecuencias contra esos políticos que sabían lo que hacían? ¿Qué directrices seguían? ¿Y de quién? ¿Por qué las seguían? ¿Por qué siguen gozando de una imagen intachable? ¿A quién interesa eso?...

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