Esta semana ha muerto ha muerto uno de los paradigmas de la izquierda caviar y de la nueva izquierda que también quiere ser caviar... Stéphane Hessel. Ha sido el autor de uno de los panfletos más infumables de los últimos tiempos titulado “¡INDIGNAOS! Este librillo de sólo 32 hojas y del que se han vendido más de 4 millones de copias, ha hecho derretirse de placer a una izquierda huérfana, sin ideas y anti-europea, que parece haber encontrado el Santo Grial en él. Ha sido la base del supuesto movimiento espontáneo de los “Indignados” y el “Occupy Wall Street” Pero ¿quien el tipo ese que respondía al nombre de Stéphane Hessel?
Hessel había nacido en Berlín en 1917, en el seno de una familia judía y fue, según el panegírico de turno diplomático, embajador, escritor, superviviente del Holocausto, miembro de la resistencia francesa y uno de los padres de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, junto a la prosoviética Eleanor Roosevelt. También en 2011 fue declarado por la revista “Foreign Policy” en su lista interna como uno de los más importantes pensadores globales. En sus últimos años de actividad tuvo tiempo para dedicarse a los desequilibrios económicos, el conflicto Judío/Palestino y el mantenimiento de la visión social tras la II Guerra Mundial.
Se dice que fue escritor, pero hasta dónde yo sé sólo tiene dos libritos en su haber: uno es su autobiografía “Danse avec le Siècle”, que pasó totalmente desapercibido incluso para los progresistas, y el famoso “INDIGNAOS”. Ambos fueron escritos a partir de sus ¡80 años! Dificilmente se le puede calificar de escritor y menos prolífico.
Hessel, sin duda alguna, pertenecía a la casta intocable de la mundialista ONU siendo, antes que nada, un funcionario a nivel internacional. Es decir, alguien que cobraba del sistema contra el que pretendidamente luchaba con todas sus fuerzas. Un hipócrita como tantos otros. Podemos imaginar el altísimo nivel de vida que ha llevado el pájaro este, que se ha pasado la vida explicándole a los demás lo que debían hacer: “haz lo que te digo, pero no lo que yo hago”. Basándose en su supuesta lucha heróica durante la II Guerra Mundial y santificado por el Holocausto, lo que le hizo autoconferirse de un aura de altura moral, ha vivído de renta y de los tontos que han querido escucharle y leerle a partir de entonces.
Se nacionalizó francés durante los años 30 y fue funcionario en el imperio colonial francés en África, contra el que nunca luchó ni denunció entonces (por supuesto) y que tras acabarse el mismo, obtuvo diversos puestos chollos en la administración francesa como la presidencia de la Agencia Reguladora de los Medios audiovisuales en Francia es decir, la censura. Este es el modelo actual del CAC en Cataluña... Recibió numerosos galardones en Francia como la Gran Cruz Orden del Mérito y la Legión de Honor, entre otras. Durante los 60/70 y 80 participó en fundaciones, comisiones, grupos y un larga retahila de empresas buenistas debidamente regadas generosamente con dinero de los contribuyentes franceses.
Curiosamente y siendo judío se erigió como defensor del Gobierno de Hamás en Gaza. Tenía buena vista. Sin duda una causa muy popular entre la izquierda. Y llegó a decir que “los ataques israelies eran un crimen contra la humanidad” Seguramente, jugaba a dos cartas... Este asunto le garantizó la pleitesia de los progres y a los que dio su librito ¡INDIGNAOS! que no deja de ser sino la cúspide de la corrección política y la memez izquierdista y la consecuencia lógica de un trilero durante más de cinco décadas de dar consejos a cuenta de los contribuyentes.
Yo he leído el libro ya que lo primero que tiene que hacer cualquiera es conocer al enemigo, aunque recomiendo leerlo con una pinza en la nariz... El texto es un compendio de adoquinazos y rollos de buenismo y progresía. Sus afirmaciones de pelmazo, sustentadas en el marxismo, el existencialismo o la recuperación del nacionalismo francés, revelaron a alguien que, en esencia, no aporta nada nuevo, salvo el ir contra un sistema del cual he formado parte de forma notoria e implacable.
Puedo garantizar que al ser corto se ha hecho mucho más fácil su lectura por parte de la juventud más iletrada de la historia y sobre todo de izquierdas. Puesto que es un planfleto, eso hizo que fuese aceptado de inmediato por los buscadores de ideas progres para dominar el mundo tras el fracaso del comunismo convencional soviético y chino. Por ser un planfleto y en consonancia con lo que digo más arriba, lo que expone ha sido tragado sin problemas por los progres ya que no tiene profundidad, ni coherencia alguna sobre todo cuando sabes que quien lo ha escrito ha sido un vividor y funcionario del sistema.
Por supuesto, fue aceptado inmediatamente como pensador y filósofo por el mentecato de Zapatero, que seguramente es el único librito que ha leído en su vida, tras titánicos esfuerzos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario