jueves, 28 de diciembre de 2017

LAS MENTIRAS DE LOS SEPARATISTAS


Con los acontecimientos que aún humean en Cataluña y lo que durarán, creo que es el momento adecuado de hablar un poco de historia y sobre todo de la historieta sobre la que está basada toda la pantomima separatista que tanto daño ha hecho y hace a Cataluña. Si lo analizamos bien, veremos que a pesar de intentonas cómicas y ridículas durante los siglos XIX y XX, todo esto lo inicia seriamente y sin escrúpulos Jorge Pujol y lo desencadena Arturo Mas.

Y lo hacen para crear su “paísito” a su medida y sobre todo para eludir a la justicia (creando aquí su propia justicia) por los robos desaforados de dinero público continuados, mientras se decía que esto era el “oasis catalán” y Pujol nombrado “Español del Año” y se vestía con la bandera catalana. Ambos personajes, Pujol y Mas, y toda la corte de aduladores, buscavidas, sicarios, mercenarios, despistados y demás, iban tocando la fibra sensible del llamado “pueblo catalán”, al que definían como diferente de los retrasados y mesetarios españoles, con una misión en la Tierra similar a la del pueblo judío, autoproclamado  como “el pueblo elegido”. Pujol y todos los jerifaltes catalanes de todos los partidos, han admirado siempre a Israel.

Si tocamos la parte sensible podemos empezar con la canción de combate catalana contra los españoles o eso dicen ellos... Els Segadors (Los Segadores). Esa canción fue la de la sublevación de los campesinos en el llamado Corpus de Sangre de 1640, contra la presencia de las tropas de Felipe IV, en las guerras de España contra Francia. Si analizamos más la canción y su origen se trata de un romance del siglo XVII con música de Francesc Alió y letra de Emili Guanyavents. Los separatistas lo han adoptado ya que creen leer en sus líneas y escuchar en sus acordes, el que parece el enfrentamiento victorioso y sin piedad contra el resto de España. Por supuesto todo falso.

Seamos claros, los payeses a los que me refiero arriba no luchaban ni buscaban independencia alguna y le cortaron el cuello al virrey Dalmau de Queralt por tener que pagar impuestos por el mantenimiento de las tropas en territorio catalán, pero no porque representase a la monarquía. No olvidemos que también se sublevaron contra Pau Claris, entonces presidente de la Generalidad, cuando trató de proclamar la república independiente de Cataluña. Seguramente no estaban para chorradas, sobre todo por las penurias y el hambre que pasaban frente a los bien aposentados jerifaltes en Barcelona.

Por ello es ridículo ver a los separatistas cantando esta canción con su estrofa más conocida “¡bon cop de falç!” (¡buen golpe de hoz!), creyéndose que cortan los cuellos de los españoles, sus congéneres y conciudadanos, cuando todo fue una sublevación del pueblo contra la injusticia y el poder en el sentido amplio de la palabra. Creo que está canción tiene más sentido hoy aplicada a los catalanes que estamos hartos de los gobiernos separatistas que nos empobrecen, que les pagamos ridículas e innecesarias embajadas en el extranjero (salvo para las mamandurrias y colocar a los suyos), subvenciones de inmersión lingüística, shows identitarios absurdos, mientras recortan en educación (containers como aulas) y sanidad (menos recursos y listas de espera interminables) y ayudan y promueven la entrada de negros y moros en Cataluña. Ni siquiera se puede escolarizar a los niños en el idioma que quieren los padres.

El 11 de Septiembre, fecha sagrada separatista, se celebra una derrota con un tal Rafael Casanova que huyó herido de la muralla barcelonesa disfrazado de monje y que la gran mayoría de independentistas creen que murió en esa épica batalla. Sólo fue herido pero le hicieron pasar por muerto lo suyos. Encima ignorantes... Fue una guerra de sucesión, no de secesión. Casanova era un patriota español, pero no un nacionalista catalán. El enfrentamiento fue entre Felipe de Anjou (Casa de Borbón) y el archiduque Carlos de Habsburgo (Casa de Austria). Los territorios en España tomaron partido por uno u otro. El litoral mediterráneo y Aragón se decantaron por la Casa de Austria y la Corona de Castilla con Madrid al frente por la Casa de Borbón, al igual que navarros y vizcaínos cuyos fueros respetaba Felipe.

La iniciativa militar y política la llevó el rey Felipe V y el asedio a Barcelona era el último acto de esa guerra de sucesión que seguía siendo fiel a la Casa de Austria. Era evidente que poco podían hacer los resistentes de Barcelona, pero no querían rendirse. El general Antonio de Villarroel buscó la capitulación en un momento en que la situación era desesperada, ya que llegaban las tropas de del Duque de Berwick para que aplastasen la resistencia. Apareció entonces Rafael Casanova (y no Rafael de Casanova, otro invento de los separatistas...), que era un abogado prestigioso y “conseller en cap” (consejero en jefe, por debajo del presidente de la Generalidad) de la ciudad de Barcelona. También quería rendirse pero ante la oposición de los demás, aceptó resistir. Y aquí viene lo bueno ya que ante la terrible situación, editó un bando que decía lo siguiente “Se confía en que todos, como verdaderos hijos de la patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados con el fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida, por la patria y por la libertad de toda España”. Ya lo había dicho poco antes el general Villarroel “Por nosotros y toda la nación española combatimos”.

En el ataque final Casanova portó la bandera de Santa Eulalia, signo inequívoco del gran peligro. Casanova fue herido, retirado del combate, disfrazado y huido de la ciudad. Los burgueses de la Barcelona esperaban el gesto de Carlos de la Casa de Austria, que no se produjo ya que él estaba tan ricamente en Austria. Tenía suficiente. Cuando la ciudad cayó por fin, Felipe V hizo algo que no debía y fue suprimir los fueros catalanes. Mientras tanto Casanova perdió embargados sus bienes. Un tiempo después fue amnistiado por el rey, regresó a Barcelona y siguió con su trabajo como abogado hasta su muerte en San Baudilio del Llobregat, rodeado de sus nietos. Como anécdota, los Mozos de Escuadra fueron creados por Pere Anton Veciana un felipista entusiasta de la ciudad de Valls y para represaliar a los restos de guerrilleros austriacistas que aún quedaban por las montañas. No fue un cuerpo creado como seña identitaria del catalanismo separatista. Todo mentira.

Y como colofón, los separatistas utilizan una bandera claramente masónica, a la que llaman “estelada”, ideada por un venezolano en el siglo XIX, que ha sido la base de muchas banderas centroamericanas y que copió aquí en 1908 un tipo llamado Vicenç Albert Ballester, miembro de la Unió Catalanista y a que le gustaba la bandera cubana. Y los chinos a ganar dinero con ese trapo fabricado allí. Aquí son así de tontos...

2 comentarios:

  1. "Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado".

    De nuevo por aquí sale a relucir la famosa cita de 1984 de George Orwell y de nuevo con todo el sentido del mundo.

    Nunca se estará lo suficientemente agradecido a paladines como FBG. Gracias.

    Por otro lado, ya que señalas el asunto de la bandera masónica, creo que se ya se ha mencionado anteriormente en el blog pero nunca está de más refrescar a quien interese:

    Descárguenla en el ordenador y gírenla 90º de tal modo que en vez de quedar tal y como queda colgada en vertical de las ventanas y balcones, quede en vertical con la estrella en la parte inferior. ¿Que ven?.

    Pues ni más ni menos que un pentáculo invertido dentro de una pirámide con unas líneas que van de la pirámide y la "tierra" al "cielo". Otra de esas casualidades aleatorias que pasan...

    Un saludo.

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  2. Perdón, la bandera hay que girarla 180º si se parte de la posición verical y no 90º para que quede tal y como se sugiere en el comentario, 90º es si se parte de la versión en horizontal.

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