lunes, 30 de marzo de 2015

LOS CICLISTAS-ESPIAS DE HITLER



En la campiña británica, en pleno verano de 1937, ¿qué puede ser bucólico cuando ya refresca al caer el día que un grupo de ciclistas haciendo turismo y pedaleando de un lugar histórico a otro, y haciendo acampada en plena campiña durante el viaje? Seguramente no hay nada más bucólico... El único problema era que en ese verano esos grupos de ciclistas eran jóvenes alemanes que pertenecían a las Juventudes Hitlerianas.


En una época sin fotos satélite, cuando preparar mapas detallados era complicado de realizar con una tensión creciente en Europa, en el MI5 estaban preocupados de que estos inocentes ciclistas fuesen una tapadera de espionaje. El MI5 decía que los grupos de jóvenes de las Juventudes Hitlerianas que hacían visitas a países extranjeros estaban preparados para rellenar un detallado cuestionario, que incluía preguntas sobre el terreno, población y visión política de la gente. Se les pedía que tomasen fotos, especialmente de fábricas y conseguir listas de nombres de todos aquellos que participasen en movimientos anti-alemanes.

En Mayo de 1937, el diario británico “Daily Herald”, incluyó un artículo sobre los “spyclist”, como les llamaban y que se basaba en la traducción de un anuncio de la Asociación Ciclista Nacionalsocialista, para los miembros que viajaban al extranjero. Se solicitaba a esos viajeros que tomasen nota cuidadosamente de todas las características del terreno de los países que visitaban diciendo: “Mantened en vuestra mente todos los puntos de interés  como campanarios y torres y todos los puentes y puertos, así como estudiarlos bien hasta el punto que seáis capaces de memorizarlos incluso de noche”.

Incluso una de las figuras importantes de la Juventud Hitleriana, Joachim Benemann, se trasladó a Londres a principios de ese año para estudiar. MI5 sospechó que el objetivo real de Benemann era desarrollar la Juventud Hitleriana en Inglaterra. En una visita anterior durante 1934 y 1935, Benemann montó unos campamentos anglo-alemanes para jóvenes, uno en Bryanston School, y trató de desarrollar enlaces entre la organización alemana y los Boy-Scouts, sin demasiado éxito. Por ello, el jefe del MI5, el coronel Sir Vernon Kell, decidió seguir la pista de los ciclistas alemanes en Inglaterra. Se solicitó a los agentes que los controlasen, que tratasen de ver cuales eran sus rutas, sin preguntar a los responsables alemanes de los grupos.

De los archivos que pueden consultarse, parece que identificaron siete grupos cada uno de ellos de unos veinte jóvenes. Eran generalmente miembros ya más mayores entre los 18 y 20 años. Sus itinerarios eran visitas a los lugares históricos de Inglaterra, Oxford, Cambridge, Londres, etc. Incluso un grupo llegó a Escocia y otro a Gales. El MI5 no seguía a los ciclistas muy de cerca, por lo que no se reportó dónde estuvieron o con quién se encontraron. Algo se habló en prensa local, por ejemplo el “Boston and Spalding Free Press” reportó que el Spalding Rotary Club, preparó una cena especial para un grupo, que disfrutó de la comida y que los alemanes encantaron a los lugareños por sus buenos modales.

Lo jóvenes alemanes que viajaron a Inglaterra habían sido seleccionados de forma especial e incluso varios habían sido entrenados previamente en campos de formación. Algunos de ellos se encontraron o compartieron campos de estancia con grupos de Boy-Scouts británicos. El más sorprendente fue el Tamworth Scout Troop, para los cuales era una visita de retorno ya que habían sido invitados por la Juventud Hitleriana en Hamburgo a principios de ese verano gracias a su monitor pro-alemán. No sólo estuvieron allí, sino que participaron en un desfile de antorchas. Uno de los chicos, Les Fardon, dijo en el programa de Radio 4, “Document Programme” hace pocos años “Era como la legión romana. Habían esos largos estandartes y marchabas al son de la música... Era  muy excitante”

Otro de sus compañeros scouts recordaba que era un viaje también muy excitante y señalaba como incluso los chicos británicos hacían el saludo con el brazo en alto “Les gustaba que lo hiciésemos”. Ambos chicos se hicieron amigos de algunos alemanes. 

Cuando los jóvenes alemanes vinieron a visitarles, se demostró como algo controvertido y pronto hubo un intenso debate en las páginas de la prensa local, el “Birmingham Post”. El jefe del MI5 solicitó ver las cartas. El más pro-alemán fue R. Charles Lines, quien escribió sobre la cena de despedida de los jóvenes alemanes “Muchos comentarios me llegaron de los residentes de Tamworth donde mostraban la maravillosa impresión que esos chicos les había causado durante su estancia. No hay duda de que Tamsworth ha disfrutado entreteniéndoles y sé cómo la gente local ha sido espléndida con ellos”.
 
Hubo una rápida respuesta de otro con ironía, un tal WFA, quien escribió “no es fácil de entender que cuando uno tiene información de primera mano de la persecución y crueldad de los jóvenes nazis en Alemania, uno sospecha de su conducta perfecta en el extranjero. Uno se pregunta ¿es un truco de confianza?”. La ofensiva de “encanto” se había llevado a cabo incluso a niveles más altos. En Noviembre de 1937 Lord Baden Powell se reunió con el jefe de las Juventudes Hitlerianas en la embajada alemana. El viejo jefe de los Boy-Scouts había sido un admirador de Hitler desde hacía tiempo, y desarrolló una unión más próxima.
 
Se le preguntó a Baden-Powell si visitaría a Hitler personalmente y no dudó en decirles a los alemanes que él “estaba a favor de cualquier cosa que llevase a un mejor entendimiento entre las dos naciones”. El gobierno británico entró de lleno para paralizar todo esto. Una nota en un archivo muestra que Lord Cranbourne, Sub-Secretario de Asuntos Extranjeros, llamó al sucesor de Baden-Powell, Lord Sommers, a los 15 días. La nota dice que “prohibía totalmente” una relaciones más estrechas con Alemania.

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