miércoles, 5 de julio de 2017

RECORDANDO MIDWAY

                                                           EL YORKTOWN ALCANZADO

Mis amigos norteamericanos con los que hablo con frecuencia están de acuerdo en que hoy hay poco por lo que sentirse orgullosos en los USA e incluso de ser norteamericano. Los USA de hoy dejan mucho que desear frente al mundo. Es cierto que ha sido y es en algunos casos, un país pionero y de desarrollo pero su intervencionismo es horroroso. Le lastran los shows políticos en Washington y los lobbys de presión, la brutal e inepta política en Oriente Medio contra enemigos pobremente armados, contaminación galopante y una cultura social basada en la basura y en la violencia. Mis amigos no se andan por las ramas.

Algunos autores dicen que para ver como eran los USA se debe retroceder a tres días concretos, del 4 al 7 de Junio de 1942, hasta la batalla naval de Midway. Tras seis meses del ataque japonés a Pearl Harbor, las tropas USA y las de sus aliados en el Pacífico Oeste fueron machacadas por la marina imperial japonesa y su ejército de tierra. El estratega y líder naval el almirante Isoroku Yamamoto planeó una acción decisiva cerca de las Isla de Midway para atraer a los tres portaaviones americanos a la batalla y hundirlos. Las naves americanas eran el Enterprise, el Yorktown y el Hornet, que se habían enviado lejos de Pearl Harbor antes del ataque japonés. Si hubiesen estado en el puerto, es muy probable que Japón hubiese ganado la guerra del Pacífico en Diciembre de 1941. Pero no estaban ahí ese día por sugerencia milagrosa de la administración Roosevelt, ya que sabían de antemano los planes japoneses.

De hecho, los analistas de códigos habían descifrado muchos mensajes secretos de la marina de guerra y de los diplomáticos japoneses que Tokio creía totalmente seguros. Los USA también rompieron los códigos militares secretos alemanes. Y ocho décadas después, la NSA continúa con su acceso ilegal a códigos privados y públicos en cualquier lugar del mundo, como parte de la tradición. Por eso no sorprende la obsesión con la comunicación segura por parte de los USA y su ELINT o Inteligencia Electrónica. Sin duda, en la II Guerra Mundial fue un factor clave de la victoria.
 
Es muy fácil hablar y pontificar a toro pasado, pero Yamamoto cometió un error muy grave durante el ataque a Pearl Harbor. Debería de haber enviado a sus acorazados para atacar directamente con artillería naval la base USA y acabar el trabajo de los aviones. Los japoneses tenían cierta preocupación con las baterías costeras USA de 16’’ en Oahu, pero así y todo Yamamoto tenía que haber bombardeado los depósitos de gasolina y talleres de la base. Hubiese puesto en serios problemas logísticos a toda la flota USA. En el Pacífico, los acorazados fueron de poca ayuda durante la guerra y la mayoría fueron hundidos por los aviones USA. En el caso de Pearl Harbor hubiesen hecho un trabajo espectacular.
 
Volviendo a Midway, las fuerzas navales japonesas estaban muy dispersas y contaban con cuatro portaaviones, que se dirigían a Midway, un pequeño atolón a unos 5000 km al Oeste de Hawai, para conducir a la US Navy a la batalla. Lo que no sabía Yamamoto es que la inteligencia USA estaba leyendo todas sus órdenes y siguiendo el movimiento de todos sus barcos. Y que además se enfrentaba a tres de los mejores almirantes de la historia militar de los USA: Chester Nimitz, Frank Fletcher y Raymond Spruance.
 
Al mismo tiempo, Yamamoto había enviado una potente fuerza naval a las remotas islas Aleutianas de pabellón USA, cerca de Alaska, para asegurarse la retaguardia del ejercito imperial japonés para la batalla que se acercaba en Midway. Es curioso que durante la II Guerra Mundial la marina y el ejército japonés parecían trabajar en rivalidad continua y eso afectaba a sus resultados militares. El ejército quería atacar la Siberia soviética y abrir un segundo frente para ayudar a su socio alemán, mientras que la marina estaba determinada a capturar los recursos petrolíferos en el sudeste asiático. No había casi coordinación entre los dos y el Emperador fracasó en imponer un único mando.
 
En un ejemplo milagroso de la capacidad USA, el portaaviones Yorktown, muy castigado durante la batalla del Mar de Coral, fue reparado y enviado rápidamente al combate ante el asombro de los japoneses. Las dos flotas comenzaron a buscarse mutuamente, un proceso sin radar donde funcionaba la “suerte ciega”, como en una lucha a navajazos. Desde luego los USA sabían dónde se encontraban muchos de los barcos japoneses y una vez que comenzaron a avanzar fueron rápidamente eliminados. La batalla entre portaaviones es una de las artes militares más consumadas, un proceso que requiere un absoluto dominio técnico, habilidades del alto mando del barco, nervios de acero y mucha suerte... Los almirantes japoneses Yamamoto, Nagumo y Kondo tenían experiencia y habilidad, pero los almirantes USA estaban a un nivel superior.
 
La clave para la batalla que se iniciaba, que estaba más allá del campo de visión, fue la búsqueda del enemigo. Los aviones USA tanto de los portaaviones como los que venían de tierra, se mantuvieron volando buscando a los portaaviones japoneses Akagi, Kaga, Soryu y Hiryu, todos ellos veteranos del ataque a Pearl Harbor. Los japoneses buscaban con más intensidad. Irónicamente, un hidroavión japonés que buscaba en un cuadrante en donde los portaaviones USA se hallaban, tuvo que regresar de su vuelo por problemas mecánicos y fracasó en localizar a los barcos USA. El almirante Nagumo mantuvo la mitad de sus torpederos y aviones de ataque en picado, armados y en reserva por si los barcos USA eran avistados. A las 8:00, un avión rastreador japonés indicó que había visto portaaviones USA, mientras que Nagumo aún se mantenía en atacar Midway. Sin que Nagumo lo supiese, el almirante Fletcher ya había ordenado a su aviones torpederos atacar a su flota, que había sido localizada por los aviones rastreadores USA.
 
A las 9:20, el 6º escuadrón de aviones torpederos despegando el Enterprise y volando con los obsoletos aviones “Devastator”, atacaron a los portaaviones japoneses. El escuadrón USA fue masacrado por los “Zero” japoneses que volaban por encima como techo de protección. Al menos fallaron 13 de los torpedos que impactaron en los portaaviones sin estallar. Los aviones torpederos USA eran notoriamente no fiables en comparación con los mortales aviones torpederos japoneses. Todos los aviones USA fueron derribados en este ataque. En ese momento terrible, tres escuadrones de aviones “Douglas Dauntless” de ataque en picado, llegaron desde el Entreprise y el Yorktown, mientras los japoneses estaban distraídos por los ataques de los torpederos. Y peor aún, los portaaviones japoneses estaban en el proceso de re-armar sus aviones para nuevos ataques. Las pistas de aterrizaje estaban llenas de bombas, torpedos y tubos de gasolina.
 
A las 10:22, los “Dauntless” atacaron. En pocos minutos los tres portaaviones japoneses estaban en llamas. El Hiryu que seguía operativo, lanzó un ataque y hundió el Yorktown. Los aviones USA localizaron al Hiryu y lo hundieron. Cuatro de los seis portaaviones japoneses fueron hundidos y muchos pilotos y mecánicos veteranos murieron. Ambas partes pararon la batalla en ese punto para lamerse sus heridas. Midway marcó el punto álgido de la ofensiva japonesa en el Pacífico. Tras la batalla, Japón perdió su iniciativa militar y pasó a la defensiva hasta el final de la guerra. Japón no pudo reemplazar los portaaviones perdidos, ni las tripulaciones perdidas en la batalla. La guerra continuó y la potente industria USA produjo ocho veces más barcos de guerra y transportes que el debilitado Japón.

5 comentarios:

  1. Magnífico artículo, como todos los suyos, D. Felipe.
    Esta batalla marco de forma definitiva el curso de la guerra y sus enseñanzas no deben ser olvidadas.

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  2. Que capacitad, que frescura en los textos.
    Hasonbrosso.

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  3. Excelente artículo, como siempre.

    Si me lo permites, hago un inciso sobre el Gran Almirante Isoroku Yamamoto. La más preclara mente de la Flota Imperial y que sería asesinado por los USA. Antes de iniciar la guerra dejó constancia proféticamente de cómo se desarrollaría y el casi seguro final.

    Cuando leí sobre el ataque a Pearl Harbor pensé lo mismo que tú: tendrían que haber finalizado la destrucción de la base.
    Tan solo el que haya "navegado" con el ya fallecido Luis de la Sierra habrá podido ver hasta qué punto la guerra en el mar es distinta a la imagen popular que se tiene de ella y hasta dónde algo en principio puramente continental, como fue la campaña del III Reich en la URSS, dependía en gran medida de la supremacía marítima en el Atlántico, sobre todo en los primeros años de guerra.
    El punto de inflexión, el año 1943, vino marcado no solo por el inicio de la victoria en producción industrial de los "All lies" sobre el "Eje del Mal", también fue el año que se perdió la Batalla del Atlántico por parte de Alemania, lo que sellaría el destino en el frente Oeste y acortaría la guerra en el Este.

    Yamamoto no se hacía ilusiones y posiblemente no haya habido en la Historia un almirante más capaz estratégica y tácticamente hablando.

    En sus palabras. Afirmó que aunque se destruyese Pearl Harbor y la Flota del Pacífico eso daría a Japón una ventaja de 6 meses o a lo sumo 1 año en el desarrollo de la guerra, pasado ese tiempo Japón debería librar una guerra de defensa.
    Las naves japonesas perdidas sería muy difícil o imposible sustituirlas, en especial los portaaviones y sus tripulaciones de aviación meticulosamente entrenadas durante años.

    Por estos motivos, posiblemente, Yamamoto declinó seguir con el ataque a Pearl Harbor y prefirió no arriesgar y retirarse porque al igual que sucedió en Midway, los japoneses desconocían dónde se encontraban los portaaviones norteamericanos (casualmente retirados un poco antes del ataque) con lo que ello implicaba...

    "Irónicamente, un hidroavión japonés que buscaba en un cuadrante en donde los portaaviones USA se hallaban, tuvo que regresar de su vuelo por problemas mecánicos y fracasó en localizar a los barcos USA".

    "La suerte es la mitad en el resultado de una batalla"
    -Napoleón-

    Seguramente la tripulación del Birmarck pensaría lo mismo...

    La apreciación que haces sobre los acorazados es correcta pero aún estaba lejos el momento de los ataques "suicidas" como el realizado por el Yamato y no los trataban todavía como "calderilla". Por otro lado el problema real no eran las baterías de costa, eran los portaaviones USA "desaparecidos" de Pearl Harbor.
    Ya había quedado demostrado que los aviones podían hundir o dejar fuera de combate rápidamente a los acorazados, lo habían hecho precisamente los japoneses en con el acorazado británico Prince of Wales y el crucero de batalla Repulse.

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  4. Y por otro lado el punto crucial para el desarrollo de la guerra en el Pacífico no era Pearl Harbor, sino precisamente Midway, como su nombre indica.
    En mi humilde opinión es éste el punto que la Flota Imperial tendría que haber machacado con los acorazados a su vuelta a Japón desde Pearl Harbor. Es poco probable que Yamamoto no cayese en la cuenta por lo que si no lo hizo posiblemente obedezca más al carácter japonés de entonces que a motivos tácticos. Solo cabe especular y realmente no hubiese cambiado el resultado de la guerra.
    Tras el ataque a Pearl Harbor USA se permitió tranquilamente el lujo de la política "Germany First" y era porque podía hacerlo holgadamente:

    Desembarco Día D 6 de Junio de 1944:
    Soldados:156.000 aprox.
    Barcos: 6.939
    Bajas: 4.413

    Desembarco en Saipán 15 de Junio de 1944:
    Soldados: 128.000 aprox.
    Bajas: 14.224
    Barcos: 535

    Ahora bien, al margen de lo que para el artículo en el que estamos implican estas cifras y fechas, ¿quién ha oído hablar del desembarco de Saipán?. Y ¿Quién ha oído hablar del desembarco del Día D?.
    ¿Por qué será?

    "Algunos autores dicen que para ver como eran los USA se debe retroceder a tres días concretos, del 4 al 7 de Junio de 1942, hasta la batalla naval de Midway".

    Me parece que esos USA están tan desaparecidos ya como la gente que los constituía.

    Un saludo.

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