miércoles, 2 de noviembre de 2016

DE NUEVO CON LA CORRECCIÓN POLÍTICA


Ya sabéis que la “Corrección Política” es una de mis debilidades. Aunque el asunto yo ya lo movía a principios de los 90‘s, en 2002 di una conferencia en la UPC de Barcelona con gran éxito y la cúspide fue la publicación en 2010 de mi libro  “No le Llame Negro, Llámele Subsahariano. Guía para evitar lo políticamente correcto” de Editorial EAS. Sigo recogiendo palabras, frases, modismos que tiene que ver con esta dictadura que nos imponen con una sonrisa o con la cárcel. He de reconocer la infinita creatividad malvada del NOM.

De hecho, puedo afirmar sin equívoco que si no fuese por el tremendo impacto que está teniendo ya en varias generaciones de blancos, la corrección política podría ser un ejercicio cómico de ingeniería social. Algo absurdo que apenas merecería la atención de cualquier persona inteligente y, por supuesto, mucho menos su consideración. Pero esto no es así. Desgraciadamente, sigue persistiendo y no ha sido combatida de forma seria por nadie. Somos unos pocos los que lo hemos tenido claro desde hace años y desde nuestro púlpito hemos luchado y luchamos hasta donde buenamente podemos. Y reconozco que la gente se queda asombrada y recapacita ante lo que descubre.
 
La corrección política basa su éxito en una acción muy bien pensada y desarrollada por los miembros del NOM y sus psicólogos y psiquiatras mercenarios de alto nivel, ya que para muchos ha sido percibida como una broma o en el peor de los casos como una molestia, pero que ha evolucionado hasta convertirse en una entidad malvada con carácter propio y que si no se controla rápidamente, nos amenaza (y lo ha conseguido en buena parte) con robarnos nuestro corazón y mentes para siempre. Y hablo de cualquier ser humano sobre el planeta. Y es por esta razón precisamente que sugiero que usemos la corrección política en nuestro favor, como una ventaja. Sí y no es broma, como ventaja para nosotros los que aún conservamos el sentido común.
 
El hecho es que para aquellos que quieran ponerse en ello, tenemos una gran panoplia de oportunidades por las cuales, podemos hacer que la corrección política sea nuestra arma y no nuestro castigo. Lo bonito de todo esto es que, si se lleva a cabo de forma adecuada, será un esfuerzo para nuestros detractores el no poder hacer nada y que lo acepten a regañadientes. Y si no lo hacen será mentir sobre lo que ellos defienden como causa, como la igualdad y aceptación para todos.
 
Por ejemplo, se nos dice que eso es lo correcto que debemos hacer, a pesar del hecho de que ninguna persona viva sea participante directo de los hechos, y es el llevar a cabo compensaciones económicas con los negros o “migrantes” y ser apologista de los ciudadanos de otras razas, como podría ser en el caso de los negros en USA, cuyos ancestros sufrieron la esclavitud en manos, no nos engañemos, de un pequeño puñado de blancos e incluso de otros negros esclavistas con los suyos.
 
Para poner en duda la supuesta lógica de los progresistas en su defensa de la tesis arriba indicada, vale la pena poner sobre el tapete con formas exquisitas, el hecho que decenas de millones de blancos de origen europeo no llegaron como inmigrantes a las costas de los USA, sino mucho tiempo después de que la esclavitud fuese abolida. Sin embargo sus dólares sí son adecuados para pagar esas supuestas compensaciones. A esos descendientes de europeos que no tuvieron nada que ver con la esclavitud (pero sí para pagar) se les llama “fanáticos”, “racistas” o simplemente “que no tienen compasión”. Podemos aplicar el ejemplo con la marea brutal de “migrantes” negros y de Oriente Medio que llegan a nuestras costas cada día. El caso es exactamente el mismo que en los USA, yo no tengo ninguna culpa de su situación. Así de claro. Y no quiero pagar por ello o que me desmonten el edificio estatal de ventajas construido con nuestro esfuerzo. Puedo lamentar su situación en sus países, pero ellos son los que lo han montado así. Y lo sé bien ya que yo he vivido varios años en Oriente Medio, pagando impuestos y sin pedir carne de cerdo, una iglesia católica o que respeten mis derechos. Si hubiese hecho algo así, las carcajadas se hubiesen oído en Europa y luego me hubiesen explicado mis derechos allí de forma contundente y quizás definitiva.
 
Propongo que discutáis, siempre con exquisitez y tranquilidad, estos asuntos cuando tengáis la oportunidad. Tenemos datos, personas, lugares, fechas, etc., para discutir con tranquilidad cualquier tema y hacerles callar la boca con una sonrisa. Soy cristiano de educación y religión aunque reconozco que no soy muy bueno como tal. Es la verdad. Pero ello no me ciega a que mi Iglesia ha tenido un papel decisivo a lo largo de la historia en cossa muy buenas, pero también en el sometimiento y sufrimiento de mucha gente. Sigo creyendo que bastante menos que el judaísmo y el islamismo. Hay datos históricos de todo ello y para ello hay que hacer acto de contricción como primer paso. Nuestro verdaderos ancestros blancos no pueden ser castigados continuamente y si tuviéramos que poner un euro por cada blanco que ha sufrido, ha sido torturado o asesinado por las religiones ajenas a la nuestra, podemos imaginar la cantidad de dinero que generaríamos. Hasta podríamos pedir compensaciones a todas esas religiones ajenas a nosotros y que aún hoy nos hacen sufrir sin piedad alguna ¿o creéis que no?
 
Mientras que los seguidores de esas religiones ajenas no han de aceptar consejo o cambio alguno por nuestra parte y se sienten ofendidos si lo hacemos, nosotros los occidentales de raíz cristiana, debemos aceptar sus aberraciones y sinsentidos por nuestro bien. Los apologistas de la corrección política y traidores a nuestra raza, nos dicen lo que no podemos difamar o criticar, tampoco discriminar a cualquiera porque tiene un aspecto diferente o cree en cosas diferentes a nosotros. Yo no tengo que estar siempre de acuerdo con cualquiera que venga a decirme cómo he de comportarme con él en mi propia casa y respetarle siempre. Es de sentido común.
 
Esto nos lleva al último punto y es que no debemos aceptar el mantra de “victimismo” con que nos atosigan. Aceptar algo así quiere decir que rechazamos nuestras creencias básicas e históricas de Fuerza-Integridad-Coraje. No necesitamos la aceptación o afirmación de esos que no son como nosotros, y en un plano personal no debería importarnos lo que digan de nosotros. Si de verdad hay una minoría en este mundo ¡somos nosotros! Mientras no nos preocupemos ni necesitemos seguir el camino pavimentado por otros, no veo razón para preocuparse. Particularmente en una sociedad donde se nos dice constantemente que ese tipo de aceptación políticamente correcta es la “verdadera virtud”.
 
Quizás solicitando la aplicación de las “verdaderas virtudes” de la corrección política en donde nuestras gentes y fe se vean comprometidas y atacadas directamente, nos ganaremos el respeto y trazaremos nosotros nuestro propio camino hacia la libertad y no ellos que nos llevarán al matadero. Quizás ya triunfaremos abriendo más los ojos a la imposición de lo absurdo y malvado de la corrección política. En cualquier caso, yo los consideraría una victoria y un esfuerzo que vale la pena.

7 comentarios:

  1. Una idea excelente, como verás cuando me refiero a tí como Maestro, está plenamente justificado y por otros motivos también.

    Un fuerte abrazo y nos ponemos a ello mein OGF.

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  2. Berkeley Students Demand 'Spaces Of Color': Harass Whites


    https://www.youtube.com/watch?v=rqtTNnI_504

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  3. Por cierto, podrías hacer un video con JL de mundodesconocido sobre el plan kalergi?

    Gracias

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  4. Lo más triste es que los que nos imponen toda esta basura son, como aquí se les llama, los traidores a su raza, que se venden a intereses ajenos a todo lo suyo.

    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Quieren que "El Todo" sea "suyo", cuando ellos no son más que una pequeña parte.
      En fin, una cuestión ilusoria y temporal, con la transcendencia individual para cada uno que esto tenga o pueda tener.
      Tradicional saludo.

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    2. Ya sabemos todos que a lo máximo que se puede llegar es a Bramin.
      Bien discípulo, bien docente.
      Incluso ambas y más a la vez.
      Ese el juego debe ser.
      Despedida mencionando al Refranero.
      Donde las dan, las toman.
      (Con lo que esto quiera decir)

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  5. Estoy de acuerdo en su exposición, gracias y un saludo cordial.

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