domingo, 2 de agosto de 2015

¿TUVO ALGO QUE VER LA BANCA MUNDIALISTA CON LA II GUERRA MUNDIAL?


Sabéis que siempre he dicho y podéis comprobarlo en algún artículo mio, que la II Guerra Mundial lejos de ser un capricho de Hitler y de su supuesto ánimo de conquistar el mundo, fue una maniobra de los poderes financieros occidentales, anglosajones-USA en concreto, para destruir Alemania y la amenaza que representaba para el control del mundo por parte de esos financieros apátridas e internacionalistas asentados en la City y en Wall Street.
 

No es ningún secreto que esos poderes financieros utilizaron sus herramientas (en las que nadie puede meter su nariz a investigar) como el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal, con el ánimo de preparar el siguiente conflicto tras la I Guerra Mundial. Pero esta vez tenía que ser a nivel mundial, no sólo europeo para conseguir objetivos como el dominio del mundo por parte de la élite financiera apátrida. El Tratado de Versalles, totalmente injusto e impagable a sabiendas, fue el inicio del plan. El recientemente creado en aquel entonces Banco de Pagos Internacionales (Bank for International Settlements), que no sólo controlaría desde entonces al resto de bancos centrales del mundo desde Suiza, debía ser el receptor de la cifra que Alemania debía pagar por la I Guerra Mundial. Se inició al mismo tiempo una masiva introducción de capital especulativo extranjero en la economía alemana para su control y la generación de deuda para someter totalmente al país, con supuestos créditos para su desarrollo (lo que pasa hoy, no lo olvidemos...). Todo ello debidamente aderezado con una República de Weimar totalmente desnortada y con violentos incidentes internos entre una pléyade de partidos de todos los colores, que convirtieron las calles de Alemania en peleas continuas.
 
Pero no nos engañemos y pensemos en reacciones públicas espontáneas. Sabéis que siempre he dicho que las revoluciones siempre vienen de algún sitio y luego la pregunta que hacia Plá ¿Quien paga todo esto?. Os recuerdo que el pueblo no tiene ni organización no dinero, pero la élite sí y mucho de ambos. Si rascamos en la tramoya de lo que pasó entonces en Alemania, aparecen nombres muy conocidos en el campo de las coincidencias: la familia Rockefeller, los Morgan, Lord Montagu que era el Gobernador del Banco de Inglaterra, e incluso Hjalmar Schacht que era presidente del Reichsbank y luego Ministro de Economía de Hitler. Y hemos de tener claro que el gran plan de Morgan y Rockefeller era someter económicamente a Europa, saturar a Alemania con inversiones, créditos y deuda venidos del extranjero e incrementar su poder con el propósito final de que atacase a la Unión Soviética, para que ésta volviese al mundo capitalista como colonia sometida a la finanza internacionalista.
 
La operación contaba con Montagu Norman que se convirtió en el eje fundamental de las conversaciones entre los financieros USA-Inglaterra y los responsables de las empresas alemanas necesitadas de dinero en plena inflación. Aquí el papel de Schacht fue básico en la reconstrucción del sector de la industria militar que era un gran motor y su recuperación tras el veto versallesco. Se debe decir que el presidente del Reichsbank mantuvo un perfil bajo en todo ello de cara al público, es decir movía hilos hilos desde las bambalinas, con Hitler como principal ejecutor de las decisiones. Pensemos que entre 1924 y 1929, Alemania recibió fondos por un total de 1.000 millones de dólares actuales (65% de USA y 35% de GB). Todo ello estaba contemplado en el Plan Dawes, llamado así por el comité presidido pro Charles G. Dawes, para cobrar de Alemania las reparaciones de guerra contempladas en el Tratado de Versalles.
 
Todo ello hizo que Alemania comenzase a ser de nuevo la segunda potencia industrial, a pesar de los continuos desmanes callejeros que la República de Weimar era incapaz (o no quería) finalizar. Durante los primeros años 30, Alemania siguió recibiendo inversiones y créditos siguiendo el Plan Dawes que he citado anteriormente. El plan fue presentado por Owen D. Young, fundador y presidente de la RCA norteamericana, además de miembro del consejo de administración de la Fundación Rockefeller. Seguramente una coincidencia, nada más. Según el plan, el Banco de Pagos Internacionales en Suiza creado para que Alemania pagase las reparaciones de guerra debería recibir ese dinero, sin embargo, el dinero pasó de USA-GB a Alemania. 

Por ello, para las empresas importantes y estratégicas para la nación el dinero de que disponían era casi al 100% norteamericano y una pequeña parte bajo el control de inversionistas y especuladores de GB. Por ejemplo, la Standard Oil manejaba las refinerías de petróleo y el proceso de la gasolina sintética. Esta empresa pertenecía a los Rockefeller. Otra coincidencia, nada más. El Grupo Morgan controlaba al gigante químico IG Farben. General Electric controlaba AEG, Osram y Siemens. El 30% de la propiedad de Focke-Wulf estaban en manos de la ITT, así como el 40% del negocio telefónico en Alemania. Otra coincidencia es que General Electric e ITT eran del Grupo Morgan. Y el 100% de Volkswagen estaba en manos de la Ford...  El Dresdner Bank, el Donat Bank, el Deutsche Bank y otros estaban bajo control USA. Esto demuestra que el los USA y GB controlaban sectores estratégicos en Alemania, casi 300 empresas en total. Todo eso hasta que llegó Hitler al poder en 1933.
 
Cuando Hitler fue nombrado canciller en Enero de 1933, la élite financiera internacionalista que había soportado en buena medida económica la llegada de Hitler, pensó que sería su marioneta como otros dirigentes occidentales. Esto no es ninguna broma. Pensemos que Hjalmar Schacht estuvo en USA en 1930 para coordinar con financieros americanos la futura llegada del Führer a la máxima jefatura de Alemania. Se aprobó esta candidatura y seguidamente Schacht hizo esfuerzos enormes durante todo 1932 con industriales alemanes sobre la bondad de Hitler como máximo dirigente, hasta conseguir el beneplácito de los mismos. El resultado de estas gestiones desembocó en que los industriales y banqueros más potentes de Alemania, exigieron por carta a Hindemburg que traspasase su poder a Hitler tras las elecciones. De hecho, la última reunión con financieros en Alemania para pulir los detalles que quedaban se celebró el 4 de Enero de 1933, en casa del banquero Kurt von Schroder, en la ciudad de Colonia. La consecuencia de todo esto, al margen de facilitar la llegada de Hitler al poder, fue que las relaciones económicas, bancarias y financieras entre ingleses y alemanes se hicieron aún más estrechas si cabe.
 
El primer golpe que pegó Hitler a los financieros fue negarse a pagar la deuda por reparaciones de guerra y dijo claramente que tanto Francia como Inglaterra tampoco podían pagar las suyas, que era deuda hacia los USA, por su ayuda militar durante la I Guerra Mundial. Curiosamente, no sólo no pusieron los aliados ninguna objeción por suspender el pago de la deuda, sino que GB le concedió un préstamo a Alemania de casi 2.000 millones de dólares, fruto de la visita a Londres de Schacht para entrevistarse con Montagu Norman. ¡Qué coincidencia que no hubiesen represalias en ese momento por el impago de la deuda contra Hitler!. 

Si rascamos de nuevo la historia, comprobaremos que esa complacencia con Alemania fue porque ya en 1932, la Unión Soviética había puesto en marcha su plan quinquenal de desarrollo y todo apuntaba a que llegaría a ser una gran potencia industrial. Era el plan de la finanza internacionalista. Por ejemplo, habían surgido miles de empresas en la industria pesada y cada vez más, la Unión Soviética era más independiente ya que había rebajado sus importaciones de materia prima y productos industriales acabados. Esto sólo podía querer decir que la Unión Soviética no podía ser sojuzgada económicamente y que la única solución era la guerra con Alemania. Sólo quedaba militarizar rápidamente a ese país.
 
En aquel entonces y como objetivo último de lo que acabo de comentar, la obtención de créditos desde los USA no era problema alguno para Alemania. Fue casi una carrera entre dos mandatarios, Hitler y Roosevelt, que llegaron al mismo tiempo al poder y con países bajo severas crisis (la del 29 en USA, la de la posguerra e inflación en Alemania). El dinero que recibieron venía de las mismas manos y con objetivos similares. Sin embargo el llamado “New Deal” de Roosevelt pronto demostró problemas en su aplicación, hasta el punto que en 1937 USA volvía a estar en crisis. No lograba hacer despegar económicamente a los USA. Rexford G. Tugwell, un economista del gabinete de Roosevelt ya dijo en 1939 que el gobierno había fracasado. De hecho y corroborando a Tugwell, en 1939 la capacidad industrial USA no pasaba de un 33%. La guerra podía ser una solución excelente a los problemas laborales del país...
 
Hitler aplicó desde su nombramiento además de no reconocer ni pagar la deuda, el trueque entre países con gran éxito, sacó a Alemania del concierto económico mundial y comenzó a imprimir su propio dinero sin pedirlo a bancos internacionales generando deuda. Esto fueron golpes demoledores a la finanza internacional, que veía en Hitler un mal ejemplo para otros países que podían despertar... Esta situación no cambió hasta 1939 con el inicio de la II Guerra Mundial. A partir de ese momento, los financieros no dieron tregua hasta conseguir incitar a Hitler a atacar a la URSS. En todo este movimiento entre bambalinas y lejos del público, el Banco de Pagos Internacionales fue un actor imprescindible ya que garantizaba el contacto entre las empresas alemanas con sus homónimas en USA y GB. Este banco ofrecía una zona libre o franca en Suiza que protegía y daba cobijo al capital internacionalista de cualquier guerra, política, indagación, sanciones o miradas indiscretas.
 
Este banco fue creado por banqueros de la Reserva Federal de Nueva York vinculados, otra coincidencia, con el grupo Morgan, por Montagu Norman gobernador del Banco de Inglaterra y banqueros alemanes como Schacht y su sustituto al frente del Reichsbank, Walter Funk e incluso Emil Puhl. Entre sus creadores también figuraban los bancos centrales de Francia, Italia y Bélgica, así como varios bancos privados. Detrás de todo este entramado bancario estaba la mano de los Rothschild..., bueno, aún está... No podemos olvidar tampoco que el Banco de Pagos Internacionales no tiene nada que ver con un banco convencional, no está sujeto a ninguna regulación ni control. Es totalmente inmune a cualquier control estatal, incluso en impuestos. Todo esto está garantizado por un acuerdo internacional firmado en La Haya en 1930 que lo protege. Es una isla de libertad bancaria para que los banqueros hagan y deshagan a su gusto y sin rendir cuentas a nadie, sólo a ellos mismos. Este banco existe actualmente y sigue siendo así.

Como anécdota decir que en los Juicios de Nuremberg, el amigo Hjalmar Schacht quedó libre sin cargos y Walther Funk, sus sustituto al frente del Reichsbank, fue colgado por crímenes contra la humanidad. Sin comentarios...

4 comentarios:

  1. El asunto está claro y es simple: que pasó en la I y II guerra mundial (con diferencias), problemas economicos intrinsecos al capitalismo sionista hace que sea necesaria una guerra con las necesidades de deuda que implica mantenerla por parte de los paises beligerantes, estos se destrozan en Europa y al final llega el amigo yanki y nos salva y de paso gana las 2 guerras.
    Hoy es lo mismo y se pretende la misma solución, empezamos en Europa (Rusia) por Ucrania, Irán o el ISIS y en la voragine distraemos lo que podamos, aparecemos al final y nos llevamos las ganacias y nuestros balances impolutos.
    La pregunta es ¿seremos los Europeos o lo que queda de Europa tan ingenuos como para cometer el mismo error 3 veces?.

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  2. Me temos que sí, amigo Pablo. No soy optimista.
    Un abrazo, Felipe Botaya

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  3. Siempre me he preguntado por que hitler no invadió Suiza,desde mi punto de vista es un sin sentido,que opinión te merece esto,Felipe.Un saludo

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  4. Hola Newworldsoldier por tu aportación.
    Es una pregunta muy interesante y que alguna vez me he hecho. Es sólo una conjetura, pero yo creo que no lo hizo por el amplio caracter germano de los suizos (a pesar de franceses e italianos) además de ser una confederación antigua. También por la ayuda bancaria que brindó Suiza a Alemania siempre y los contactos industriales bajo mano que le permitió. Y sobre todo, como explico en mi último libro EL VUELO DEL ÁGUILA, Suiza fue la base de operaciones económicas tras la guerra y entiendo que él no quería acabar con esa base en Europa.
    Por si no lo sabías, tras la caida de Francia en 1940, sí que pareció haber un interés alemán por invadir Suiza (Operación Tannenbaum), pero porque Hitler no lo hizo es algo que no se sabe. Misterio.
    Te ofrezco mis conjeturas.
    Un abrazo, Felipe Botaya

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