MUNICH

No voy a referirme a Munich como “Haupstadt der Webegung” o “Capital del Movimiento” como fue conocida en tiempos más serios. Cualquier parecido con la ciudad de aquella época es pura coincidencia, es como comparar un huevo y una castaña. A pesar de ello y eso no puedo negarlo, la capital de Baviera sigue siendo aún la más alemana de las ciudades, al igual que Baviera sigue manteniendo el espíritu de la Alemania más tradicional.

Puede ser considerada y así la consideran muchos, como la capital del barroco y de las artes ya que hay unos 60 teatros, 4 operas y museos de todo tipo. Al margen de cervecerías como la Höfbrauhaus donde se puede degustar el codillo con sauerkraut y escuchar música bávara o la conocida Oktoberfest anual, Munich ofrece al visitante jardines y parques enormes donde descansar y congraciarse con la naturaleza. Una ciudad de un tamaño y edificios a escala humana.
 

Se dice que Munich y como añadido toda Baviera, es la zona más conservadora de Alemania. Es un “land” rico, con un nivel de vida envidiable y donde el día a día transcurre con tranquilidad. Sin embargo, todos podemos recordar la masacre de la Olimpíada de 1972 y que llevó desde entonces, a que Baviera y los políticos alemanes tratasen de proteger a sus ciudadanos del terror islamista formando el llamado GSG9 (Grupo de Protección Fronterizo 9 de la Policía), una unidad de élite contra el terrorismo. Pero se ha demostrado como un fracaso absoluto.
 

El último ataque a Munich se cobró 10 muertos y 21 heridos. Y no sólo es una catástrofe para Munich, lo es para toda Europa y la cultura occidental, objetivo indudable de los seguidores de la “religión de la paz”. Si hemos de buscar a un lacayo culpable a esta situación y el por qué el terrorismo se ceba en Europa, un nombre resplandece entre tanta oscuridad: Angela Merkel y su política anti-Europa.
 

Recordemos que hace pocos días, un supuesto refugiado afgano de 17 años, hirió a cinco persona en un tren en Würzburg con un hacha al grito de “Alá es grande”. La pregunta es ¿qué tiene en común estos ataques?... Han sido dos llamados “lobos solitarios”, jóvenes y con un historial de “refugiados”. En ambos casos, las autoridades y los medios dijeron que “los motivos no estaban claros” y que “no estaban relacionados con el terrorismo islámico”. Evidentemente es otra mentira. Por supuesto que lo están.
 

Sin embargo y en honor a la verdad, no sólo es la crisis de los inmigrantes ya que el problema que sufrimos tiene raíces más profundas. Alemania, al igual que Francia, desde hace tiempo ha tenido un flujo de inmigración insostenible y que empezó seriamente al caer el Muro. En los 90, 1 de cada 10 niños era de origen extranjero y turco concretamente, hoy ya se habla de 1 de cada 3... Caminando por cualquier ciudad alemana, las mayoría de las caras que se ven son claramente turcas o negras. Me atrevo a decir que ya no hay un solo taxista de origen alemán, los camareros son no alemanes. Según los números del Consejo Estadístico de la ciudad de Munich, en los 90’s el porcentaje de extranjeros era del 17%, hoy es de cerca del 30%. La sátira nos dice que si quieres que te entiendan en Alemania, no hables alemán...
 

Pero este no es el mayor problema. Europa ha sido y está siendo inundada de extranjeros racialmente diferentes. No discuto que habrá gente honrada y que busca mejorar de forma sincera, pero no son la mayoría. La mayoría son hombres entre 20 y 35 años, edad militar y que han entrado sin control (así lo ordenó A. Merkel), y no mujeres o niños que se supone que se han quedado en esos países en guerra para... ¿combatir?.
 

Creo que el terrorismo no sucede por los inmigrantes, pero los inmigrantes son utilizados para que suceda. Y ese es el punto que nos interesa. Se ha traído el terrorismo a Europa bajo la frase “se un buen cristiano y dale asilo a esos que los solicitan” y las acciones de A. Merkel que está ocupada sirviendo a los USA e ignorando a sus compatriotas y el daño que está haciendo a Europa. Incluso el nefasto Papa que tenemos se ha aliado hace tiempo con el mundialismo y nos exhorta para que cobijemos a esa gente, olvidando las masacres de cristianos en Oriente Medio. Sólo unos pocos políticos honestos han dado la voz de alarma y han demostrado conciencia por lo que está pasando, por ejemplo el presidente de Baviera Horst Seehofer o el ministro del interior bávaro Joachim Hermann que pide controles más estrictos en la frontera.
 

Mientras tanto la lacaya de la Merkel sigue en silencio y con su plan, dictado desde más arriba...