No hay duda de que hay una gran cantidad de libros sobre la figura de Adolf Hitler, lo he dicho en otros artículos. Y no sólo libros también hay artículos, reportajes, columnas, programas, etc. Mucha de esta información ha sido elaborada por renombrados historiadores. Dudo que haya otra figura histórica con un tratamiento en los medios tan intenso y continuado como él. Por eso, hoy quiero hablar del libro de 2019 titulado “Hitler: A Global Biography” de Brendan Simms, historiador de origen irlandés, de la Universidad de Cambridge y profesor de Historia de las Relaciones Internacionales.
Cada vez que se lanza un nuevo libro sobre dicho personaje, se convierte en un auténtico fenómeno en Alemania. Antes de la publicación de este libro, se publicó en la revista “Der Spiegel” una entrevista con el autor en la cual resume su tesis principal: el empuje fundamental de Hitler tanto a nivel en la propia Alemania como en su política exterior, surgió de su relación amor-odio con lo que el profesor denomina “Anglo-America”. No era tanto el comunismo y la URSS lo que le llevó a la guerra, sino el pulso con Inglaterra y los USA y su temor al capitalismo internacional.
El libro explica que las experiencias de Hitler durante los años de la Gran Guerra 1914-1918, fueron muy formativas con respecto a ese temor arriba indicado. “Admiración y respeto aparecen debidos a sus experiencias en la guerra. Hitler se refirió muchas veces a la dureza de los ingleses, tal como la experimentó en el frente” nos dice el libro. Según el autor, incluso el anti-semitismo de Hitler no aparece al principio por un profundo odio a los judíos, sino por la constatación de que el “capitalismo mundial” establecido en los los USA, estaba dominado por los judíos en posiciones de poder.
Sin embargo, el autor Ian Kershaw y sus dos mastodónticos volúmenes sobre Hitler se centra en la interacción de Hitler y el pueblo alemán. Según este autor, Hitler fue capaz de actuar de esa manera porque los alemanes consideraron la fundación de la ideología Socialista-Nacional a su propia iniciativa. Como si hubiese surgido del mismo pueblo. Sin embargo, antes y después de Kershaw, otros biógrafos de Hitler alemanes y de otros países enfocan sus trabajos en aspectos diferentes sobre este capítulos de la historia.
Por ejemplo, el periodista alemán Joachim Fest escribió sobre Hitler un libro de unas 1000 paginas, que se convirtió en un fenómeno de ventas y se consideró durante largo tiempo como el estándar sobre el personaje. Luego se demostró que Fest había cometido varios errores en su investigación, parcialmente debido a que Fest se basó en el libro de Albert Speer, Ministro de Producción y Armamento.
El cómo Hitler y su gabinete político ha de ser interpretado es una larga disputa entre dos tipos de historiadores. Unos los llamados “internacionalistas” que ven a Hitler como un líder potente e importante, cuyo pensamiento e ideología tuvieron una influencia decisiva en los que sucedió en los años 1933 hasta 1945. Y por otro lado los llamados “estructuralistas”, que están más interesados en la cooperación y oposición de grupos competidores dentro del sistema Socialista-Nacional, que en el peso político de Hitler mismo.
El saber cómo el Socialismo-Nacional pudo funcionar bajo Hitler y sus colaboradores fue el objetivo de otras interpretaciones controvertidas. Por ejemplo, diferentes análisis han investigado la estabilidad psicológica de Hitler… Y en eso llega el libro que cito en el artículo escrito por Brendan Simms y que provoca reacciones encontradas y variadas. Hay publicaciones como “The Guardian”, que critican el peso excesivo de la tesis que defiende que Hitler actuó solamente debido a su obsesión con Inglaterra y los USA. “News Network” critica al autor por defender que Hitler era “mentalmente estable”, actuando como una “persona racional” y dicen “Simms le acepta como una persona dirigida por una ideología con una superestructura intelectual definida y no como una sociópata narcisista y profundamente inseguro”.
“National Review” fue algo más gracioso en todo esto diciendo que la obsesión de Hitler en la que se centra Simms con los USA llega demasiado lejos, pero que vale la pena leer el libro a pesar de sus defectos. Y añade que es más una contribución al debate que una interpretación final de la figura de AH. No es, como admite Simms, “El Hitler completo”. Y escribe al inicio del libro que “el presente libro no es un trabajo definitivo sobre el tema, pero no será el último” Y algo más tarde nos dice de forma clara que “La biografía de Hitler y quizás de la historia del III Reich, debe de ser revisada”.
Simms insiste de forma casi religiosa en la fijación de Hitler sobre la política, sociedad y cultura “Anglo-USA”, pero también hay otros aspectos chocantes en su interpretación de la historia. Según su visión, Francia y también la URSS, jugaron solamente un papel subordinado en el desarrollo histórico de los acontecimientos del momento, ya que Hitler no veía a esas naciones como competidoras. Según Simms, durante mucho tiempo Hitler no vio a la URSS como una amenaza.
También entra en otro punto. Simms cree que Hitler tenía una visión muy negativa de su propio pueblo, incluso después de 1933. “Continuó sin pensar demasiado en el pueblo alemán como un conjunto. Era dolorosamente consciente de su pobreza e ignorancia”. Incluso dos años antes del inicio de la guerra, Hitler fue consciente de que la competencia con ambas naciones, Inglaterra y USA, con referencia a sus estándares de vida, estaba perdida. “En Mayo de 1937, Hitler admitió la derrota” escribe Simms en su libro.
Pero la relación de Hitler con el reino “Anglo-USA” fue muy contradictoria. Por ejemplo, según dice Simms que en los años previos, Hitler se expresó casi envidioso “un asunto principal de su interés fueron los USA, que él empezó a ver como un estado modelo, más que Inglaterra”. Según Simms, parece que Hitler admiraba la posición geográfica y sus ventajas. Y también porque era una nación llena de expatriados alemanes. Por eso, dice Simms, Hitler forzó por el “espacio vital” para los alemanes en la parte Este del continente europeo.
Simms añade que durante mucho tiempo, Hilter “solo”estaba interesado en hacer de Alemania un “gran poder” en Europa, pero nada más. Quería crear un contrapeso frente a los USA como poder mundial “El objetivo de Hitler no era la dominación mundial, sino la supervivencia de la nación” remata Simms.
El autor concluye “La estrategia completa de Hitler consistió hasta el final, en usar la amenaza del bolchevismo que buscaba ejercer influencia política en Alemania, Europa y, sobre todo, en “Anglo-USA”
Personalmente creo que es un libro interesante aún sin estar de acuerdo en varios de los planteamientos que hace el autor. Sin embargo y como siempre, Hitler fue un personaje histórico poliédrico, de difícil análisis simple. Por eso, no habrá jamás un solo y único libro que ofrezca “El Hitler Completo”, por lo tanto hay que recurrir a muchos autores y muchos libros con diferentes enfoques, para acercarse al máximo al personaje y su época. De lo que no se puede dudar fue de su influencia a todos los niveles en el mundo y que hoy, 80/90 años después de todo aquello, sigue siendo del máximo interés de académicos, escritores y personas normales en nuestra sociedad. Y así será por muchos años…
"Ladies and gentlemen, the captain has now turned off the fasten seatbelt however, for your own safety, we ask that you keep your seatbelt fastened while seated"
sábado, 7 de noviembre de 2020
OTRO LIBRO SOBRE EL FÜHRER, Y VAN…
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Bueno, por algo el famoso tren de Hitler se llamaba "AMERIKA" hasta finales de 1941. Pero no creo que se engañase sobre la monstruosidad aberrante y criminal que son tanto los USA, como la URSS.
ResponderEliminarOtra historia es que admires las cosas buenas que tienen USA o UK o que te parezca que se encuentren en enamoramiento con unos bolcheviques que tienen recursos naturales ilimitados y que necesitaban desesperadamente, en especial desde el boicot de 1933 en adelante, incluyendo remotas regiones donde probar los "panzer" sin miradas inoportunas.
De no haber publicado "Mein Kampf" quizá le hubiese ido mejor al III Reich o quizá hubiese ganado algo de tiempo usando la misma hipocresía y mentiras que los USA y su "paz" en vez del conocido manifiesto.
Por la boca vive el pez y también por ella muere...
Un saludo.