sábado, 16 de septiembre de 2017

ROMMEL (3)

Char B destruido
De todas formas, para el ejército francés la crisis sólo estaba comenzando. Durante el 13 y 14 de mayo, los tres cuerpos de tanques alemanes habían logrado formas cabezas de puente en el lado oeste del Mosa, y Reinhardt estaba en precario en Monthermé y Guderian en el Sedan estaba algo mejor aunque había sufrido un intenso bombardeo aéreo. Y fue en ese momento difícil del 15 de Mayo, cuando Corap ordenó la retirada de su 9º Ejército en una nueva línea hacia el oeste. Esto provocó el efecto como se descorcharas una botella.. permitió que tanto Reinhardt como Guderian abriesen sus cabezas de puente hacia adelante ante la floja reacción francesa, entrando abiertamente en Francia. La línea francesa ahora tenía una brecha de 80 km, y nada para taponar la situación.
 
En oposición al XV Korps de Hoth, la nueva línea de Corap incluía la nueva línea que iba desde el Este de Philippeville, a 20 km al oeste de donde la división de Rommel había cruzado el Mosa. Antes de que la nueva línea pudiese ser ocupada, fue penetrada por el 25 Regimiento Panzer. Los panzers de Rommel, ahora con soporte aéreo de la Luftwaffe, atacaban la retaguardia y evitaba el contraataque hacia Dinant por la recién llegada 1ª División Blindada francesa o DCR (Division Cuirassee Rapide). La división francesa tenía escasamente 150 tanques ante los 218 de Rommel, pero más de la mitad eran los modelos pesados B que superaban a cualquier tanque alemán. El tanque medio francés, Somua S35, era el mejor carro en el campo de batalla en la primavera de 1940, rápido, bien protegido y con mayor potencia de fuego que el Panzer III.
 
Una desventaja para ambos modelos, el B y el Somua, era que un solo carrista debía cargar, apuntar y disparar el cañón de la torreta, mientras que en un tanque alemán habían varios tripulantes que podían coordinar una mayor cadencia de fuego. El cañón de 75mm de los modelos B también estaba montado en el cuerpo del tanque, no en una torreta lo que quería decir que si se quería dirigir el tiro había que mover el vehículo entero. Si la 1ª División Blindada hubiese aparecido inesperadamente en el flanco derecho de Rommel, le hubiese dado una sorpresa muy desagradable. En vez de eso y cerca de Flavion, los alemanes cayeron sobre los franceses justamente cuando éstos estaban aprovisionando sus tanques con gasolina. Otra desventaja de los tanques pesados franceses era que consumían muy rápidamente el carburante, lo que limitaba su radio de acción a menos de seis horas antes de tener que ser reaprovisionados. Y sus camiones cisterna, muchos de los cuales eran vehículos civiles, no tenían cadenas capaces de operar en terreno abierto y campo y se retrasaban muchas horas hasta que podían cargar los tanques.
 
El combate de tanques se produjo a muy poca distancia entre los vehículos. Los panzers disparaban contra los pesados tanques franceses en sus flancos más vulnerables. Lo mejor era disparar a las cadenas en vez de al blindaje frontal, ya que no podían perforarlo. Sólo un tercio de los tanques franceses eran operativos al final del día. En la mañana del 16 de Mayo, sólo 17 funcionaban. Durante ese plazo de tiempo, la 7ª Panzer Division completó la destrucción de otra unidad francesa muy importante, la 4ª División Norteafricana, que había entrado en combate en Onhaye. Llegando a la frontera justo al Oeste de Sivry, Rommel se enfrentaba ahora a atacar la Línea Maginot. Los alemanes no hacían diferencia alguna entre la “verdadera” Línea Maginot que acababa en Longuyon y su extensión por el Norte, que estaba hecha por un cinturón de fortines, casamatas y obstáculos anti-tanque, lo que explica la precaución de Rommel cuando llegó a esa  línea fortificada.
 
Parece que hubo cierta confusión en la mañana del 16 de Mayo. Rommel recibió un mensaje que decía que debía permanecer en el cuartel general de la división, por razones desconocidas. Y no fue hasta las 9:30 en que se le dio permiso para volver a su cuartel general en primera línea. Tras llegar y discutir el ataque con su jefe de operaciones el Mayor Otto Heidkaempfer, fue visitado por Kluge, que le expresó su sorpresa porque el ataque no estaba todavía en marcha. Rommel le explicó su plan, un detallado asalto que fue rápidamente aprobado. Las defensas francesas fueron exitosamente sobrepasadas tal como acababa el día y los panzers se encontraron en campo abierto al inicio de la noche. A la cabeza de la división, montado en el tanque de mando de Rothenburg, Rommel ahora conducía la vanguardia de la división algo más lentamente.
 
El avance continuó tal como estaba planeado bajo la luz de la Luna. La derrota de la 1ª División Blindada francesa se completó en la ciudad de Avesnes, con sólo tres tanques que pudieron escapar. Incapaz de hablar por radio con Hoth, Rommel rechazó detener su avance. Bajo su propia iniciativa ordenó a sus panzers continuar hacia el Oeste, hacia Landreis, causando estragos en la retaguardia francesa. Al amanecer del 17, las fuerzas de Rommel estaban a 10 km al Oeste de Landrecies, en una colina al Este del pueblo de Le Chateau, cansados y casi sin gasolina y munición. Dos batallones de panzers estaban en ese momento a casi 80 km por delante hacia el Oeste y eso en 24 horas. La acción fue muy audaz. El ataque de Rommel a Avesnes había formado un pasillo de casi dos kilómetros de ancho dentro de territorio enemigo. Según el autor Alistair Horne “El éxito más espectacular del día para los alemanes y quizás de toda la campaña, fue el conseguir la reputación de Rommel”.
 
El resto de la división estaba ahora muy lejos, peligrosamente lejos según algunos miembros del personal de la división como Heidkaempfer. Más tarde éste escribió un memorandum enviado a Rommel y Hoth, quejándose de que un comandante de división debe permanecer en la retaguardia o cerca de su cuartel general. Rommel estaba todavía aprendiendo el cómo dirigir una división panzer en movimiento y si la situación se volvía complicada él improvisaría la solución. Este tipo de improvisación fue tomada como un fallo por un “Mayor del Cuartel General” como un signo “de que el mando de la división ya no era seguro”. Pero en este caso, Rommel fue juzgado de forma correcta. Los efectos y avances de esa noche agresiva en un ejército francés ya casi destruido, 9º Ejército, habían sido decisivos.
 
Las unidades francesas estaban más desorganizadas y desmoralizadas cada vez que Rommel avanzaba más y más hacia el interior de Francia. Ahora el II y XI Cuerpos de Bouffet y Martin habían sido completamente destrozados y el ejército de Corap había dejado de existir. De los 70.000 soldados franceses que empezaron la campaña, sólo quedaban 7.000. Por estas acciones tras el cruce el río Mosa, Rommel fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. Hanke le entregó la condecoración en nombre del Führer el 26 de Mayo, dándole los saludos de Hitler, una gestión inusual para un joven oficial. Rommel le devolvió el favor, recomendando a Hanke para la Cruz de Hierro.

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