Panzer IV cruzando el río Mosa |
Para poder evitar la artillería pesada francesa mientras cruzaban el río Mosa, Rommel ordenó quemar las casas de la zona para crear una cortina de humo. Siguiendo por las limitadas carreteras de la época, la 7ª División Panzer encontró la primera oposición seria por parte del ejército belga durante las primeras horas del 11 de Mayo, contra los soldados del 3er Regimiento de “Chasseurs Ardennais” en Chabrehez. Su papel fue luchar en acciones que retrasasen el avance alemán hasta que los franceses pudiesen cubrir el flanco, cerca de su propia frontera. Ese trabajo correspondía al 9º Ejército francés, dirigido por el general André Corap. Éste tenía 62 años en ese momento y había desarrollado su carrera en las colonias francesas de África del Norte. Era, quizás, un representante del pensamiento de la vieja escuela francesa, mientras que Rommel era la nueva escuela de guerra empleada por los alemanes.
Los franceses habían enviado a sus mejores ejércitos hacia la parte central y Norte de Bélgica. Los ejércitos que habían sido enviados para cubrir las Ardenas, incluyendo el 9º Ejército, eran mucho más débiles. El ejército de Corap incluía dos divisiones motorizadas y siete de infantería. De ellas, sólo dos eran unidades regulares, mientras que las otras eran reservistas. Para poner las cosas incluso peor, el 9º Ejército había sido asignado a un sector de 80 km de largo en el río Mosa, aunque de hecho era más largo ya que el río no es una línea recta y tenía meandros, giros y curvas. El río Ourthe fue cruzado por la 7ª División Panzer por tres pueblos: Beffe, Marcour y La Rouche. Poco después, en Marche, las tropas francesas se enfrentaron por primera vez a los alemanes. Eran elementos dei 4º Regimiento de Vehículos Blindados, de la 4ª División Ligera de Caballería.
En dos días, 7ª División Panzer había avanzado más de 50 km. Otros 25 km se avanzarían el 12 de Mayo. La 5ª División Panzer, sin embargo, había sido retrasada en su avance por la dificultad del terreno y los bosques tupidos de las Ardenas. Rommel habla de este hecho cuando escribía a su mujer diciendo que “estaba por delante de sus vecinos”. Se debe decir que no sería la primera vez que la división de Rommel avanzaría muy por delante del resto del ejército alemán. Las divisiones francesas de caballería, bajo las órdenes de Corap, se retiraron por detrás del río Mosa durante ese día, con los alemanes pisándoles los talones. La necesidad de Rommel de capturar intacto el puente utilizado por los franceses, era crítica. La idea francesa era que la caballería retrasaría a los alemanes durante cinco días, pero Corap las retiró a los dos días y medio cuando el soporte de la infantería no se produjo con la necesaria rapidez.
El río Mosa era profundo y amplio, con orillas escarpadas y difíciles. Los franceses, de todas formas, tuvieron éxito al volar varios puentes cruciales ante el avance del XV Cuerpo de Ejército, incluyendo el puente ferroviario en Bouvigne. Además, las defensas habían sido reforzadas por la transferencia del 2º Batallón del 39 Regimiento, de la 5ª División Motorizada del II Cuerpo de Ejécitos del general Bouffet, al XI Cuerpo de Ejércitos del general Martin. El nuevo batallón tomó posiciones en una colina cerca del pueblo de Grange. Pero los alemanes aún no tenían la victoria en su mano. Los franceses habían asumido que tenían cinco días para reforzar y organizar su defensa, por si los alemanes lanzaban un ataque fuera del bosque de las Ardenas, pero Rommel no estaba para permitirles estos lujos.
Para poner las cosas peor para los aliados, el sistema de comunicación era muy pobre tanto entre los propios franceses, como entre los franceses y los belgas. La moral entre los aliados ya mostraba signos de ser cada vez más baja. Rommel llegó al río Mosa en un coche blindado, examinó la orilla opuesta con unos prismáticos y viendo que estaba bien defendida dijo que ese era un trabajo para la infantería. Su infantería motorizada llegó y “controló firmemente el lado Este del rió Mosa entre Dinant y Houx” el 12 de Mayo.
El ataque alemán se llevó a cabo en las primeras horas del día siguiente. El lado Oeste del Mosa, frente a los alemanes estaba defendido por dos divisiones francesas de infantería, la 18 y la 22. Ambas divisiones estaban todavía llegando tras una dura marcha a pie. Los soldados de de Rommel del 7º Regimiento de Infantería Motorizada empezaron a cruzar el Mosa en Dinant e infantería de su 6º Regimiento lo hizo entre Leffe y Houx. Y de hecho fue en Houx en vez de en el Sedán, donde las unidades alemanas cruzaron por vez primera el Mosa a las aproximadamente 21:30 del 12 de mayo. Un batallón motociclista, dejando sus motos atrás, cruzaron al abrigo de la oscuridad por una vieja presa que conectaba una pequeña isla que daba a ambos lados del río.
Hay una cierta disputa sobre si fue el batallón motociclista de la 7ª o el de la 5ª División Panzer el que cruzó el Mosa en Houx, y el asunto es más confuso por el hecho que el comandante del Cuerpo, el general Hermann Hoth, había transferido temporalmente el control de la 5ª División Panzer a Rommel que avanzaba muy rápido. La presa no había sido volada ni por los franceses ni por los belgas por temor a que haría bajar el nivel del río y permitiría atravesarlo por muchos otros sitios. Lo cierto es que nunca se debería haber dejado la presa sin vigilancia. Los alemanes tuvieron suerte. La isla en Houx quedaba a la derecha de dos Cuerpos de Ejército franceses, el II y el XI y, por una única y fatal circunstancia, nadie estaba seguro de quien era el responsable de su defensa.
El cruce del río en la mañana del 13 fue realizada en su mayoría con botes de goma hinchables. Las ametralladoras y los cañones bien situados de los franceses tuvieron mucho trabajo ese día. Como he dicho más ariba y observando que el cruce por parte del 6º Regimiento era bajo mucho fuego enemigo y faltaba una unidad que creáse una cortina de humo, Rommel ordenó quemar casas del valle del Mosa para “dar cobertura con el humo que nos falta”. El ataque en Houx fue afortunado también en el sentido de que la 18 División de Infantería francesa aún estaba llegando a la zona del Mosa, y las unidades que ya estaban en posición estaban muy cansadas por la marcha forzada de casi 80 km. Incluso fue peor el hecho de que mientras el General Martin no fue informado hasta las 7 de la mañana, las unidades alemanas ya estaban en el Mosa antes de la medianoche del día anterior. Martin trató de contactar con el General Corap, su Comandante de Ejército, pero no pudo hablar con él por teléfono. Corap no fue consciente hasta la noche de la cabeza de puente alemana en Houx y la amenaza que representaba.
Volviendo al 7º Regimiento, Rommel vio que mientras habían formado una cabeza de puente con una compañía en la otra orilla, su equipo para cruzar había sido destruido por el fuego enemigo y hubo que parar el avance. Los tanques y la artillería llegaron por fin y fueron utilizados para hacer callar ese fuego enemigo, permitiendo que más tropas pudiesen cruzar y retirar a los heridos de la orilla opuesta. Rommel tomó el mando personalmente del 2º Batallón, 7º Regimiento y lo llevó cruzando el río y entrando en contacto con las unidades que ya habían cruzado. Pero los tanques franceses se aproximaban. No eran conscientes de la falta de cobertura anti-tanque en el lado alemán. Rommel ordenó abrir fuego con armas de mano contra el blindaje de los tanques y el ardid fue suficiente para convencer a los franceses de iniciar la retirada.
En la mañana del 14, la punta de lanza del 7º Regimiento de Infantería Motorizada había llegado a Onhaye, a casi 4 km al Oeste de Dinant. Comunicando por radio que “ya había llegado” (eingetroffen), el Coronel Georg von Bismarck fue malinterpretado y se pensó que había sido “rodeado” (eingeschlossen). La comunicación por radio falló creando una crisis que llegó hasta el Alto Mando. Von Kluge, el comandante del Ejército, habló de una “Crisis en Onhaye” y desvió unidades hacia allí. Rommel inmediatamente organizó los tanques disponibles en el lado Oeste del río Mosa para ir rápidamente en ayuda de Bismarck. El ataque fue dirigido por el Coronel Karl Rothenberg, comandante del 25 Regimiento Panzer, con Rommel siguiéndole muy cerca en uno de los pocos tanques Panzer III. Y tan cerca que de hecho el tanque de Rommel estuvo bajo el fuego anti-tanque francés, recibiendo dos impactos. Tratando de escapar, el tanque patinó por un terraplén empinado donde quedó inmovilizado. Rommel salió del tanque con la tripulación y logró escapar con un rasguño en su barbilla. Era un aviso y no sería la última vez que la vida de Rommel estaría en peligro durante la campaña. El ataque lanzado esa noche re-estableció el contacto con von Bismarck y finalizando la “Crisis en Onhaye
excelente articulo, espero publiques las demas partes . un saludo desde el imperio que vendra
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