martes, 20 de abril de 2021

ER IST WIEDER DA

“HA VUELTO” (Er Its Wieder Da), es el título de un libro del alemán Timur Vermes de 2012 y de una posterior película de 2015, donde se recrea el hipotético regreso de Adolf Hitler a la Alemania actual. Tanto el libro como la película gozaron de una excelente acogida. La película fue número uno a las tres semanas de su estreno y el libro ya ha vendido casi un millón y medio de ejemplares, habiendo sido traducido a 41 idiomas. 

La sinopsis es muy simple (y muy compleja desde el punto de vista de la física), tras ser misteriosamente transportado hasta la zona del bunker en el Berlín actual, el Führer es tomado como un comediante, un imitador, que rápidamente atrae a los medios de comunicación y a muchos admiradores. Hitler expresa desprecio por la sociedad alemana actual, incluida la televisión y los partidos políticos, a pesar de que simpatiza con los Verdes y por su amor a la naturaleza.  

He de reconocer que viendo la película, que se ajusta muy bien a la novela, es difícil no llegar a la conclusión de que que no es mala cosa el pensar o hacer algo que Hitler aprobaría. Para el Führer, no solo nacionalismo, sino también el coraje, la naturaleza y Wikipedia son importantes para sus intereses. Tras avergonzarse por dispararle a un perro, Hitler hace una donación a la causa de la protección de los animales, otro de los grandes intereses de la causa Socialista Nacional. Todo esto ayuda a eludir la moda moderna de relacionar todo lo que no es políticamente correcto con Hitler, tratando de acabar cualquier discusión.

Parece que el autor está de acuerdo en que el tener algo en común con Hitler no es causa de pánico. En una entrevista en el “Sidney Morning Herald”, pone en claro “que cree que existen representaciones de Hitler que no son realistas. Se muestra a Hitler en cualquier circunstancia, como un monstruo o ‘el Hitler gracioso’, pero la mayoría de personas no pensarían como una posibilidad que si él volviese a la vida actualmente, tendría de alguna forma un cierto atractivo”. Los lectores estaban de acuerdo en que los hechos históricos quedarían oscurecidos por considerar a Hitler “tanto una figura cómica o la encarnación del mal”.

Timur Vermes parece tener sentido del humor ya que puso el precio de su libro a 19.33€, una referencia clara al año en que Hitler subió democráticamente al poder. Esa fue su respuesta al la propuesta previa del editor de poner el libro a 19.45€, año del final de la guerra. Mientras que la mayoría de alemanes creen o al menos tienen la esperanza de que ellos se hubiesen opuesto fuertemente a Hitler si hubiesen vivido en esa época, la película y el libro parecen indicar exactamente la dirección contraria. No solamente la gente corriente se muestra impresionada por él, sino que la gente más hostil a Hitler no es mostrada positivamente.

Eso incluye no solamente la connivencia del ejecutivo de la televisión Sensebrink, al menos inicialmente, también una mujer judía mayor con demencia y por supuesto el periodista independiente Sawatzki, el típico tonto. Éste, es el primero en descubrir a Hitler y le ve inicialmente como una gran oportunidad. El Führer no se impresiona por lo que es el “neo-nazismo” en la moderna Alemania, incluyendo manifestantes callejeros, cocina vegana y los integrantes de un fallido partido nacionalista llamado NPD (Partido Democrático Nacional de Alemania). Lejos de ser capaces de construir el IV Reich, Hitler remarca que “no son capaces ni de montar una estantería de IKEA”. Tampoco todos los “nazis” actuales piensan bien de este nuevo Hitler, a pesar de que muchos expresen su simpatía

El nuevo y más prominente partido nacionalista Alternative for Deutschland (AfD), es presentado en la película, pero no como pro-Hitler. El Führer se interesa en conocerles y su representante es mostrado quejándose de que caracterizan al partido en los medios como de extrema derecha, mientras el mismo Hitler reposa su cabeza sobre su hombro. Evidentemente, en vez de aprobarles se duerme ya que considera su plataforma política muy aburrida. 

Algunas escenas parecen intentos de presentar a los que tienen ideas parecidas a las de Hitler en el asunto de la inmigración, como ignorantes. Un hombre cree que el promedio de inteligencia de los africanos en Alemania está entre el 40 y el 50, y que el promedio en todo el país ha bajado al 80. El promedio actual en el África negra se estima que está entre el 65 y el 82, lo que está bastante por debajo del promedio alemán que se sitúa en 102.

Durante la mayor parte del relato y la película, es fácil estar de acuerdo con lo que Hitler y sus nuevos seguidores dicen sobre la política y la sociedad. Está preocupado por el desempleo, la degeneración cultural y el declive poblacional. Sus comentarios denunciando varios problemas sociales resuena entre la audiencia, que se ve personificada en lo que dice este nuevo Hitler. Mucho de esta película se hizo sin guión. El actor que da vida a Hitler interactúa de forma real con gente normal por la calle. Muchos están felices por asociarse son él y algunos incluso le saludan con el brazo en alto.

Obviamente, muchas mujeres en la película encuentran a Hitler muy excitante, incluyendo a muchas que no son actrices en escenas callejeras y las que sí lo son y siguen un guión. Tanto la ejecutiva Bellini y la joven secretaria Krömeier, lo muestran claramente. En su primer encuentro con Hitler, la joven secretaria está muy contenta por la oportunidad de estar con él trabajando y le saluda con un entusiasta brazo en alto. En contraste con el “Buenos días, mi Führer” de Krömeier, una chica en la calle saluda a Hitler con un “¿puedo abrazarle?”. Y esto es espontáneo.

Desde luego se presenta al Führer teniendo fallos. Se enfada rápido e incluso le dispara a un perro que es demasiado pequeño para ser una amenaza real. Tras tocar una valla eléctrica como una prueba de coraje ante Sawatzki, trata de negar que le duele a pesar de de su obvia reacción física al shock eléctrico. Otra prueba de una cierta deshonestidad se muestra en la película cuando Hitler le dice a Bellini que infló los números de la organización que fundó, el Partido Alemán de los Trabajadores, empezando a contar sus miembros en el número 500, en vez del uno.

El odio de Hitler por los judíos puede ser considerado un fallo muy serio por los alemanes actuales y este asunto no se omite en la película, pero está muy lejos del enfoque del film. Incluso trata de no darle importancia, especulando que a pesar de que la abuela de su secretaria Krömeier, es judía, la chica quizás no es de pura sangre judía. Y esto nos trae una frase muy interesante de la película “El cuerpo puede sobrellevar una cierta cantidad de judería”

Hitler también tiene sentido del humor, incluso más que Sawatzki. Tras haber intentando convencer a Hitler que la palabra “negrata” que suena en la radio del coche ahora quiere decir “amigo”, Hitler decide practicar este nuevo sentido de la palabra. Coge los restos del perro que acaba de matar y los levanta hacia el periodista mientras conduce y dice “Hey, negrata”. Hace que el perro muerto bese a Sawatzki que, a pesar de ser un soltero, parece no apreciarlo…

Hay algo interesante también en la película sobre la absurdidad de fantasear con el regreso y el asesinato de Hitler antes de su llegada al poder. Hay una secuencia hacia el final de la película en la que Hitler es llevado pistola en mano por un enloquecido Sawatzki hasta el tejado de un edificio, ya que ha descubierto que el “comediante” es el mismo Führer, el auténtico. Aquí se permite a Hitler el responder a la acusación de Sawatzki de que “usted engaña a la gente con su propaganda”. “Los alemanes que me votaron no estaban simplemente convencidos por una retórica clara” responde Hilter “En vez de eso, supieron escoger a un líder que reflejaba sus valores”.

En esa escena en el tejado, el Führer responde al ser acusado de monstruo pronunciando palabras de forma calmada y mirando a Sawatzki “Si me condenas como a un monstruo, ¿estás condenando a todos esos que me votaron? Ellos fueron gente común, normal”. Y en lo que parece el final de Hitler, con un desencajado Sawatzki disparandole al rostro, se torna en una irónica situación ya que, inexplicablemente, regresa de nuevo después de que su cuerpo desapareciese tras el disparo. Y le informa Sawatzki de que los alemanes jamás se desharán de él. Hitler representa algo mucho más grande que él mismo; y dice “soy una parte de todos vosotros”. 

La idea de asesinar a Hitler es condenada por el hecho de que la persona que lo lleva a cabo, Sawatzki, está claramente enfermo mentalmente. Y por ello atrae la atención del personal de un hospital y acaba siendo internado en un manicomio.

La película termina con la ejecutiva Bellini conduciendo un Mercedes Benz con Hitler y un periodista que le pregunta a ella si teme la llegada de un nuevo Hitler. Ella responde que  “Nuestra historia ha sido fijada durante más de 70 años. Los estudiantes están enfermos de escuchar cosas sobre el III Reich. Deberíamos tener un poco de fe”. 

Recomiendo la lectura o la visión de la película. He de decir que la ví con una cierta reticencia, pero creo que refleja bastante bien ideas y situaciones muy bien encajadas con el personaje. Obviamente y a pesar de ser una ficción al 100%, tiene un punto de realismo que no he visto en otras películas sobre esa persona.

1 comentario:

  1. La película es original, da que pensar y ha tenido buena acogida. La recomiendo.

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